Damian se quedó en trance al ver a Dieter alejarse entre el tumulto de gente.
Su pecho comenzó a doler por la culpa. Eso no era lo que quería decir, no con esas palabras, ni siquiera tenía que haber pensado en eso, él sabía que Dieter no era ese tipo de persona, Dieter jamás se acercaría con esas intenciones.
Si lo sabía ¿Entonces por qué había dicho eso?
Samantha se acercó para hablarle pero Damian solo dijo:
-Te hablo después -Y salió corriendo en busca del más alto.
Desesperado buscó afuera, Dieter parecía del tipo de persona que le gusta salir a tomar aire cuando se siente mal.
Ya no sabía por dónde andaba, solo seguía las direcciones que su corazón le dictaba. A lo lejos pudo ver una pelea, y si su visión no le estaba jugando mal, uno de los chicos era Dieter. Sin pensarlo dos veces se acercó a ayudar a su amigo (si es que aún se podía seguir llamando así) fue de poca ayuda porque igual los asaltantes los dejaron adoloridos en el suelo. Al parecer querían robarle a Dieter pero al final le robaron las pertenencias a ambos.
Adolorido se sentó en el suelo junto a Dieter, quien estaba llorando. Hacer a Dieter llorar era un dolor que no se comparaba para nada con un dolor físico. Se sentia inutil, solo supo abrazarlo mientras él pelinegro lloraba.
Diana vino poco después, sin entender la situación.
Nos robaron -Avisó Dieter entre sollozos.
Diana los llevó a la comisaría, allí trataron un poco las heridas de los puñetazos y cortes de ambos, y pusieron la denuncia.
El bonito rostro de Dieter estaba lleno de moretones, y las lágrimas aún no dejaban de caer. Diana los dejó por un momento para hacer una llamada, estaban solos otra vez.
Lo siento, de verdad lo siento, eso no era lo que quería- Pero fue interrumpido por
un fuerte sollozo.
No, callate, me quedó bastante claro -Abe y Diana se acercaron a Dieter. Vio al
azabache marchar, y otra vez le dolió mucho.
Diana miró al castaño con brazos cruzados, se sentía pequeño a su lado.
¿Quieres que te llevemos? -Preguntó ella. Damian negó.
Hablaría con Dieter luego. Cuando el más alto se calme y el más bajo pueda ordenar sus pensamientos.
No podía ordenar sus pensamientos, ni tampoco comunicarse con Dieter. Siempre que quería acercarse a hablarle, el azabache se excusaba diciendo que estaba ocupado. Podía ser mentira o no, el chico se veía cansado.
Antes de que se diera cuenta ya estaba buscando siempre a Dieter con la mirada, comparando a sus amistades y ligues con él, algo que no estaba bien para nada.
Es cierto eso que dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Dieter parecía ya estar mejor, ya sonreía y parecía que se había amigado mucho más con Abe.
Los vio a los dos en una cafetería hablando animadamente, sus ojos se clavaron en ellos todo el tiempo que estuvieron allí.
No pudo evitar el deseo de estar con ellos, de hablar con ellos, de volver a ver reír a Dieter a su lado. El egoísta era más que obvio que había sido él.
Cuando había tomado el coraje de acercarse se dio cuenta que tenía clase y salió corriendo rumbo a la universidad.
Estaba en la sala de su hogar viendo una película junto a Elijah, tomó una palomita mientras estaba pendiente de la escena. Uno de los personajes le recordó a Dieter, soltó un pesado suspiro.
Ya no quiero seguir existiendo -Soltó Damian de la nada, asustando a su hermano.
No digas eso -regañó el menor- Aún tienes gente en este mundo que te quiere. ¿Es
algo de la universidad? Solo resolverlo en vez de estar perdiendo el tiempo en una película.
¿Crees que yo me estaba mortificando por una tarea? Tengo todo a tiempo.
Entonces... ¿Tiene que ver con Dieter? -preguntó Elijah. Damian quedó mudo, no
sabía que decirle- Camila me lo dijo -El mayor volvió a soltar otro suspiro.
Si... tiene que ver con Dieter.
Si tanto quieres volver a amigarte con él, solo hablale. Ordena tu mierda y cuando
puedas disculparme lo haces. Busca bien tus palabras, no lo lastimes más, Camila dice que le dolió mucho -Por un momento Damian se sintió como el hermano menor en esa conversación- Oh, me perdí la mejor parte.
Lo siento, tengo clase -volvió a escuchar esa excusa de parte del más alto. Damian
frunció sus cejas.
No es cierto -Espetó el castaño con una sonrisa lastimera- Puede que haya pedido
tu horario. No tienes clases.
Eso es acoso -Dijo Dieter tratando de soltarse del agarre de Damian- Tengo... tengo
que estudiar.
Puedes estudiar en casa sin ningún problema, sabes que soy fan de verte estudiar.
A pesar de que Dieter podía soltar su muñeca del agarre de Damian fácilmente. El azabache no se opuso.
Llegaron al departamento y lo primero que hizo Jack fue saltar y pegarse a la ropa de Dieter.
Wow ya estás tan grande -Soltó Dieter cargando al gato entre sus manos con una
enorme sonrisa en su rostro. Como extrañaba esa sonrisa, fue imposible no contagiarse de ella.
¿Ya comiste? Yo no, voy a cocinar.
No, no he comido, pero tampoco tengo hambre -dijo el azabache con una mueca
dejando a Jack otra vez en el suelo. También extrañaba lo expresivo de su rostro. El más bajo soltó un suspiro de alivio con una sutil sonrisa por volver a ver a Dieter.
Me voy a enojar si no comes. Necesitas comida para que tu cerebro trabaje de
manera eficiente y puedas estudiar mejor. ¿Estás estudiando medicina y no pones en práctica esos conocimientos? ¿Qué clase de médico eres? -Cuestionó Damian entre risas.
El castaño se dirigió a la cocina, con Dieter a sus espaldas. El más alto fue a lavarse las manos y volvió a la cocina.
¿En qué te puedo ayudar? -Preguntó el azabache. Damian sonrió divertido, tomó las
manos de Dieter, lo llevó a la mesa e hizo que se sentara allí.
Quédate allí y dame apoyo moral - Dieter frunció las cejas.
No quiero ser inutil.
No estas siendo inutil, me puedes ayudar dándome apoyo moral. Es un trabajo