El viento frio soplaba con fuerza en la cuidad, las nubes anunciaban con ligeras gotas que pronto se avecinaba una gran lluvia en la cuida, dos jóvenes caminaban apurados en búsqueda de algún lugar que sirviera de refugio antes de que la lluvia se desate en su totalidad, ambos se percataron de que se encontraban cerca del bar Satélite, así que ambos decidieron emprender rumbo hacia el bar.
Caminaron unos pocos minutos hasta llegar a este, desde fuera se escuchaba las risas y murmullos de las conversaciones que se daban dentro del bar, además de desprender un agradable olor a comida recién preparada, ambos se acercaron a la puerta.
– Pasa tu primero Belle – le dijo a Belle.
– Gracias Justhin – mientras ella entraba al bar.
Al entrar se escuchaba un jazz ligero proveniente de la vieja rockola que era opacado en parte por aquellos que conversaban mientras disfrutaban de su comida, bebida, aquellos que jugaba en la mesa de jockey de aire o por los que disfrutaban del partido del beisbol en la televisión, ambos escanearon rápidamente el bar, en búsqueda de un buen lugar para sentarse a esperar que la lluvia pasase y tal vez comer mientras hacían platica para hacer pasar el tiempo de forma más amena.
Ambos se miraron a la vez y haciendo un pequeño gesto con la mano a la vez, caminaron hasta la mesa que estaba cerca de la rockola, se sentaron y tomaron los menús que estaba sobre la mesa, para ver que podrían pedir.
– Todo en el menú se ve bastante bueno, pero yo estaba vez pediré un club sándwich grande con un jugo de chinola, tú que piensas pedir Justhin – le dijo Belle, mientras ella dejaba de mirar el menú para mirarlo a él.
Justhin, sumergido el menú, mirándolo de arriba hacia abajo, se le notaba el notaba en su rostro que no tenía claro que pedir. Belle lo miro por unos segundos antes de levantarse y sentarse al lado de él, Belle se inclinó sobre el para poder ver el menú que el sostenía en sus manos, Justhin al sentir el pecho de Belle ejerciendo presión sobre su brazo y sentir levente su respiración, comenzó a sentirse nervioso por esta situación, así que rápidamente señalo un club sándwich pequeño con papas y un jugo.
– Niña, vete a sentar a tu lugar – le dijo Justhin con ligero nerviosismo en su voz.
– Esta bien loco, yo quería ayudarte a elegir algo – le respondió mientras se levantaba para regresar a su asiento.
Justhin, aunque nervioso por lo que acababa de pasar, no pudo evitar que sus ojos se quedaran clavados en Belle, en especial cuando esta se levantó y sus ojos se quedando clavados en sus nalgas y el cómo estas se movían al caminar lo dejo embobado.
– Justhin, Justhin... ¡Justhin! – le grito Belle, mientras este salía del pequeño trance en el que estaba.
– Oye, ¿te encuentras bien?, te noto al rojo –
– Le dijo Belle, mientras acercaba su mano a la frente de Justhin, antes de que pidiera tocarla, Justhin la aparto.
– Estoy bien, solo es que me sofoque un poco porque caminamos con prisa hasta acá, mejor ya llamemos al mesero – Le dijo, mientras hacía señas al mesero que se encontraba cerca de la barra.
Rápidamente el mesero llego a su mesa.
– Buenas tardes jóvenes, que desean pedir – le dijo el mesero.
– Yo quiero un club sándwich pequeño con papas y un jugo de naranja, y ella quiere el club sándwich grande con un jugo de chinola – le respondió Justhin.
– Excelente, en un momento les traigo sus pedidos – dijo el mesero antes de marcharse a la cocina del bar.
– Y que tal vas con tu asunto de elegir una universidad, tu madre me comento que piensa ponerte en la Pedro Henríquez – le dijo Justhin.
– Hubiera sido bueno que te hubieran puesto en la UASD, así estaríamos en la misma universidad y nos podríamos ver seguido –
– Le comento con un ligero tono de tristeza.
– Sí, es que loco, las universidades son cara, pero mami me dijo que ella conoce a mucha gente que estudia medicina en la UASD y me dice que esa gente se mata estudiando, además de que tienen muchos años, porque hay profesores que son malísimos con los estudiantes y los reprueban por nada, así que es mejor que vaya a una privaba, porque es más suave, pero lamentablemente no podre trabajar para poder ayudar a mami a pagar la universidad – le comentaba Belle, mientras jugaba con el menú.
– Me gustaría mucho poder ayudarla, pero me ha dicho que no puedo trabajar mientras estudio medicina, porque me atrasaría mucho y tardaría muchos años en terminarla – Le siguió comentando mientras se recostaba sobre la mesa –, ¿Y qué tal te está yendo a ti en la universidad? – le pregunto Belle.
– Pues regular, hay materias donde los compañeros son una mierda y otras donde los compañeros si aportan algo – le dijo mirando a la barra de forma pensativa.
– Oh, ¿entonces has logrado hacer un par de panas en la universidad? – le pregunto Belle.
– Realmente no, se me ha complicado bastante y solo hablo con mis compañeros para temas de clases, no he podido encontrar a alguien con quien formar una amistad, por eso a veces me hacen falta los tiempos de escuela, donde tenía al grupo de la mata y a ti – le respondió formándosele una leve expresión de melancolía en su rostro.
– Tranquilo bro, ya encontraras gente con la que podrás ser amigos, pero hasta entonces nos tienes al grupo y a mí, para pasar unos buenos papus momentos – le dijo Belle tratando de evitar que la conversación tome un rumbo triste.
– Aquí tienen jóvenes, un club sándwich grande, otro pequeño, unas papas, un jugo de naranja y uno de chinola, que lo disfruten – le dijo el mesero con una sonrisa.
– Gracias – le respondieron al unisonó.
Pronto el mesero se marcha a otra mesa.
– Bueno, comamos antes de que se enfrié – le dijo Belle a Justhin.
– Esta bien – este le respondió.
Mientras disfrutaban de sus comidas, comenzaron a conversar sobre temas más alegres y a recordar vivencias divertidas que pasaron juntos, poco a poco el ruido de sus voces y sus risas, fue uniéndose al alegre y acogedor ambiente ya formado en el bar. Mientras comían ocasionalmente Justhin se detenía a ver los labios de Belle, para él estos lo estaban llamando con su colores y formas, además de sentir curiosidad acerca de su suavidad al tocarlos, pero pronto vuelve a dejar de esta embobado mirando sus labios y retoma el ritmo de la conversación.
– Diablo loco, estuvo buena la comida – dijo Belle mientras se sobaba la barriga.
– Sí estuvo bastante bueno –.
– Oye, ¿Cuánta oportunidad me queda? – le dijo Justhin mirándola a los ojos.
– ¿A qué te refieres? – le pregunto Belle confundida.
– Ha que tú y yo tengamos una relación, tu trato amable y cariñoso me gusta, tu hermoso rostro acompañado de eso bellos labios me hacen pensar mucho en ti, además, de que aquella ves que fuimos novios, se tuvo que terminar porque te cambiaron de escuela y siento que pudimos llegar a ser más, que pudimos forjar una fuerte y duradera relación – le dijo con cierto nerviosismo.
– Por ello te pregunto, que cuanta oportunidad me queda, por a mí me gustaría volver a ser algo más que mejores amigos, volver a sentir todas esas cosas hermosas que me hiciste sentir, hacer bellos planes contigo y quien sabe si hasta envejecer junto a ti, porque yo te amo, no como amigo, sino como algo más – dijo mirándola a los ojos, mientras esta sonrojado por sus propias palabras.