Cap 27: Más decisiones

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Era martes cuando Sara decidió que iría a dar un paseo por el terreno de la escuela después de clases

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Era martes cuando Sara decidió que iría a dar un paseo por el terreno de la escuela después de clases. Los pasillos estaban llenos de estudiantes hablando sobre las vacaciones de primavera, pero en su mente solo había espacio para una conversación que no podía dejar de tener.

—Sara, ¿quieres acompañarnos a la cancha después de clases? —preguntó Camila, mientras arreglaba algunos papeles en su escritorio.

Sara la miró, sus ojos se centraron en su prima, que estaba usando una camiseta de los Lakers.

—Nah, yo iré a dar una vuelta por el campo. Necesito pensar un poco.

—Piénsalo —Camila le dijo con una sonrisa triste—. Cualquier cosa que decidas, sé qué será lo mejor para ti.

Sara asintió. No había mucho que Camila pudiera decir o hacer para cambiar la situación en la que se encontraba. A medida que avanzaba por el campus, notó cómo la gente la miraba con más frecuencia de lo normal.

Su reputación, ya fuera por su destreza intelectual o por los rumores, era bien conocida. Aunque nunca lo dijera en voz alta, podía sentir las miradas, y eso no le molestaba. Más bien, las usaba a su favor.

Un rato después, su paseo la llevó a una de sus zonas preferidas de la escuela: la zona de deportes, donde el bullicio de los equipos  generalmente la dejaba tranquila. Sara estaba a punto de dar media vuelta cuando el sonido de unas voces familiares la hizo detenerse.

—¡Sara! —gritó el profesor Parker, uno de sus  maestros favoritos y también uno de los pocos adultos que realmente comprendía la mente ágil de Sara. Era un hombre corpulento, de cabello castaño y una risa que iluminaba la sala cuando entraba—. ¿Qué tal va todo?

—Bien —respondió Sara, cruzando los brazos mientras observaba al profesor acercarse—. Pensaba en algunos planes futuros. Aún no he tomado decisiones.

Parker asintió, llevándose una mano al mentón mientras evaluaba a la joven.

—Yo diría que no te apresures. Eres una de las mentes más brillantes que he visto en años. Las decisiones importantes necesitan tiempo. Aunque claro, ya que decidiste  estudiar criminología, siempre habrá trabajo para ti aquí... o en algún lugar cercano.

Sara lo miró con una mezcla de cariño y cuestionamiento.

—¿De verdad crees que esto es lo que quiero hacer? ¿Ser detective? ¿Ayudar a resolver crímenes?

El profesor Parker la observó durante un par de segundos antes de responder.

—Creo que tienes mucho más que eso, Sara. Tu inteligencia es una de tus mayores armas, pero tu instinto para encontrar soluciones, tu capacidad para leer a las personas, va más allá de la ciencia criminal. Sin duda podrías lograr mucho en un campo como ese, pero, con todo lo que eres, sé que puedes llegar más lejos.

La mente de Sara comenzó a reflexionar en silencio mientras su profesor se despedía, dejándola de nuevo sola con sus pensamientos. Los comentarios de Parker hicieron eco en su cabeza: podría ser mucho más que una detective, si, desde luego ya lo sabía. Tenía la capacidad de liderar, de estar en lo más alto de un servicio de inteligencia... pero ¿qué tan segura estaba ella de que podría llegar a ese futuro?

Con esas preguntas en mente, Sara decidió caminar un poco más, sin destino fijo, dejándose llevar por las calles aledañas a la escuela. Mientras caminaba, sintió la vibración de su celular en el bolsillo. Era un mensaje. De Dain.

"Sé que no quieres hablar conmigo, pero necesito verte. Prometo no hacer ninguna locura. Solo quiero hablar.¿Nos encontramos hoy?"

Sara miró la pantalla, con una expresión fría en su rostro. ¿Por qué Dain quería hablar ahora después de tanto tiempo? Pensó que él lo había dejado claro al irse a España, ¿verdad? ¿Qué razón tendría ahora para acercarse a ella?

"No tengo tiempo para ti hoy. Prefiero que sigas tu camino."

Puso el celular de nuevo en su bolsillo. Sin embargo, una voz conocida la hizo girar por completo.

—Sara...

Era Dain. Estaba a una corta distancia, con una expresión ligeramente nerviosa, pero confiada. Se veía un poco distinto: había madurado, pero la apariencia del joven que conocía estaba todavía presente.

Sara se quedó en silencio por un momento, mirándolo sin mostrar emociones. No permitiría que nada en su exterior traicionara lo que sentía por dentro.

—¿Vas a quedarte ahí todo el día o planeas hablarme? —preguntó Sara, sin cambiar su tono.

Dain dio un paso hacia ella, su mirada sincera, tal vez un poco triste, pero su voz aún con ese tono tan familiar.

—Sé que no me tienes mucha fe. Y con razón... —se detuvo un segundo, como si pensara bien lo que iba a decir—. Cuando me mudé a España, no pensé cómo te afectaría, no pensé que tal vez quería que siguieras siendo una parte de mi vida.

Sara no se inmutó.

—Parece tarde para eso, Dain. Hace más de un año. Y te fuiste sin decir nada. Así que no puedes esperar que, ahora, todo vuelva a ser como antes.

La respuesta de Dain fue rápida.

—Lo sé. Y si te soy sincero, Sara, ha sido lo peor que he hecho. Te fallé, y lo lamento con todo lo que soy. No sé si es muy tarde, pero... quiero verte feliz, y tal vez eso signifique que te deje ir. Pero, si hay algo que pueda hacer por ti, por nosotros... quiero hacerlo.

Sara suspiró, su expresión vacía, fría, como era común en ella.

—Déjame pensar, Dain. A veces, las cosas no son tan fáciles como parecen.

El resto de la conversación no fue como Dain había esperado. Sara se mantuvo distante, preguntándose si realmente valía la pena abrir su corazón a alguien que ya lo había dejado atrás antes. Al final, él se despidió con la esperanza de que aún había una oportunidad.

De vuelta a su casa, Sara se dirigió a su habitación y apagó las luces. Se recostó en la cama y cerró los ojos, permitiéndose un breve momento de reflexión.

Había algo claro, algo que ya no podía ignorar: no sólo pensaba en su futuro profesional, sino también en lo que quería de sus relaciones, de su vida personal.

Con la creciente presión sobre su futuro y la constante presencia de Dain, Sara finalmente sintió que tenía que tomar una decisión, pero ¿era suficiente el pasado con Dain para dejarlo entrar de nuevo en su vida?

Genio en exceso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora