Capítulo 39 - Tenemos que controlarnos

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  Bueno, como les prometí que cuando me volvieran a poner internet iba a subirles dos o más capitulos en el día, aca va el segundo del día de hoy. Espero que lo disfruten.



Cuando Brady se fue, me quedé sentada unos minutos en la escalera, luego entré a la casa. En la sala seguían estando Carlisle y Edward, pero nadie más. Me pregunté en dónde estaba Cam, pero no tenía ganas de preguntarles. Seguí caminando, cuando me detuve en la cocina. Cam estaba sentado en la mesa, mirando sus manos. Levantó su vista cuando entré y me miró. Me dirigió una falsa sonrisa, respondí con otra igual, pero un poco más creible. Me senté en frente de él.

 -¿En qué piensas?-le pregunté.

-No lo sé. En nada. Tengo la mente en blanco-me dijo con indiferencia-. Sarah... si ellos no quieren ayudarnos, ¿Volverás conmigo, o te quedarás aquí, con ellos?

 -Ellos si van a ayudarnos.-le dije, evitando su pregunta.

 -Pero si deciden no hacerlo...-dijo, pero lo interrumpí.

 -Cam... ellos si van a ayudarnos.-dije, pero sonó más frío de lo que quería.

 -No quieres responder eso... ¿verdad?-me preguntó, mirandome.

 -No. No quiero hacerlo, pero solo porque no sé la respuesta.

 -Oye, Sarah... si decidieras quedarte aquí, yo lo entendería. Aquí tienes a tu familia, a tus hermanos, a tus amigos.-dijo, tomando mi mano. Yo dejé que la acariciara por unos momentos antes de responder.

 -No todos parecen querer que me quede.-dije en un susurro.

 -Tu hablas por ese tal lobo-me dijo. Definitivamente no había sido una pregunta-. No te molestes por él. No le hagas caso. Sigue a tu corazón.

 -No puedo. Él es mi corazón, pero ahora piensa que no tengo. Ni corazón ni alma, y al parecer tampoco sentimientos. Él cree que estoy vacía por dentro.

 -¿Quieres contarme que fue lo que les pasó?-me preguntó.

 -No quiero hablar de eso.-dije, retirando lentamente mi mano, que seguía en la suya.

  Yo sentía que debía hablar de eso con alguien, contarles como me sentía, pero a la vez no quería que los demás se enteraran, que supieran como me siento. Además, no estaba segura de que Cam fuera la persona indicada para contarle sobre esto, para escuchar problemas de amor.

 -Está bien. Pero sabes que cuando necesites hablar de ello con alguien, puedes contar conmigo. Siempre estaré para escucharte, Sarah.-dijo, y comencé a escuchar algo.

  Un suave golpeteo como el tic-tac de un reloj. Un sonido que había escuchado con claridad solo una vez. La vez que yo... asesiné a la prostituta para alimentarme, y cuando vi pasar a la pareja de la mano. Yo sabía qué era ese sonido, y cada vez se escuchaba con más claridad y más cerca. Y yo sabía que Cam también podía escucharlo, por que ambos nos mirabamos.

 -Cam... no. Controlate. Tienes que controlarte. A ellos no puedes hacerles daño.-le dije lo suficientemente alto como para que solo él me escuchara.

 -Sarah... necesito salir de aquí. No me alimenté hace tres días. Necesito sangre.-me dijo con la mandíbula apretada.

  Me levanté de mi silla y lo tomé de la mano, llevandolo hacia la puerta de la cocina. Luce apareció allí parada con una sonrisa en su rostro, pero yo no me detuve a observarla. Cam me apretó la mano y yo seguí tirando de él. Pero Cam ya no caminaba. Él se había detenido. Yo me giré para verlo, y él me estaba viendo a los ojos, con dolor y necesidad en ellos. Y supe, por que pude presentirlo, que algo malo estaba por pasar.

 -Sarah... Lo siento.-me dijo, y me soltó la mano, avalanzandose sobre Luce, sin que yo pudiera hacer nada, quedandome parada, petrificada, en shock en el medio de la sala, a solo unos pocos metros de la puerta. Cam no había podido resistir dos metros más, ya estaba sobre Luce. Y yo no hacía nada para evitarlo.

Sarah, la niña adoptada por vampiros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora