Kaleb 34

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Mi sangre hervía de celos. No podía creer que Eric hubiera invitado a Jane  a cenar y ella hubiera aceptado sin miramientos. ¡Demonios ! recién se conocían. La horrible sensación me carcomía por dentro. Pensar en ella en brazos de otro hombre entregándole su boca, su cuerpo, dándole placer con su boca como lo había hecho conmigo, no simplemente no podía con esa imagen en mi cabeza y me sentía un adolecente hormonal y celoso.

Necesitaba saber si Jane había olvidado lo que habíamos vivido en Paris. Necesitaba volver a sentirla y a hacerla sentir que yo era quien la había hecho temblar de placer. En el auto Jane le dio a Dylan una tarjeta diciéndole que Serra le pidió que la llamara, cuando Dylan leyó el mensaje escrito detrás una sonrisa apareció en la cara de mi amigo. 

Yo conocía su historia. Su padre trabajaba como un esclavo para pagarle el internado en donde nos conocimos y sabia todo sobre su historia con Serra y como termino. Era agradable saber que quizás su historia tendría un buen final si Serra se animaba a plantarle cara al bastardo de su padre por fin. Entramos en la mansión después de dejar a Dylan en su casa. Realmente me gustaba mas la casa de Dylan que mi mansión. La había amueblado con Jane y tenia ese aspecto de hogar cálido, al lado de ella mi casa parecía un  frio museo.

Salude a Jane si mirarla y me fui a dar una ducha. Inútilmente trate de sacarla de mi cabeza pero solo podía pensar en quitarle ese vestido y ver si estaba de nuevo desnuda debajo de el como en Paris. Creí estar tranquilo cuando vi que lo de ella y Dylan había dado paso a una amistad algo traviesa pero amistad al fin, sin embargo cuando el la abrazaba o le robaba un beso jugando mis celos se disparaban sin que pudiera contenerlos.

 Yo quería tener esa clase de complicidad con Jane pero ella siempre era algo mas. Eric era otra cosa, lo conocía bien, era un depredador y si Jane le gustaba de veras como había visto haría lo que fuera para estar con ella. Aun si eso significaba jugar sucio.

Salí de la ducha sin unan gota de calma, envolví la toalla en mi cintura y salí para ir a buscar una copa. Pase por la habitación de Jane y la puerta estaba entreabierta, ella estaba secándose el cabello con una toalla pequeña rodeando su hermoso cuerpo, sus piernas estaban desnudas y cuando se bajo a la cómoda a dejar el cepillo pude ver el comienzo de su hermoso trasero escapar de la toalla y totalmente lo perdí. Entre a la habitación y ella se dio vuelta mirándome asombrada, pero no le di tiempo de reaccionar la tome en brazos y la bese profundamente. Ella reacciono a mi beso y abrazo mi cuello con fuerza, su toalla callo y deje ir la mía. Enrede sus piernas en mis caderas haciendo todas mis fantasías realidad. La lleve contra la pared, mientras mis besos viajaban de su boca por su cuello hasta sus increíbles pechos, ella gemía y cuando la penetre estaba tan lista para mi que tuve que usar todo mi autocontrol para no venirme.

La folle contra la pared con fuerza, tal como había soñado una noche. luego cuando mis fuerzas flaquearon la di vuelta en mis brazos y la lleve a la cama. Me perdí en su cuerpo  haciéndola llegar al orgasmo con tanta fuerza que creí que se desmayaría en mis brazos. Sus gemidos eran la luz que guiaba mi camino a casa. Nunca me sentí tan verdadero como cuando estalle dentro de su cuerpo.


SALVAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora