Capítulo 27: El loquito consiguió amigos.

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Les juro que continuar con ésto de no comer me matará dentro de poco. No soporto más el hambre pero me resisto porque considero que no es bueno comer, ni dormir, creo que estoy bien así, digo... aunque mi madre me vea sufriendo, no pasa nada, yo estoy bien porque... me siento mejor así, no engordaré y sé que es muy bueno comer pero no quiero subir de peso.

Necesito ganar algo más de peso. Pero comer es malo.

- Anda, que ya ni sabes quién eres.

- Joder, K, déjame pensar -bufé y rodé los ojos.

- Te andas contradiciendo a cada rato, ¿vas a comer o no?

- ¿Qué dices tú?

- No.

- Sí -interceptó L.

- A ver... ¿como o no como? Pónganse de acuerdo.

- ¿Tienes hambre? -contestaron a unísono con otra pregunta, hundí los hombros, mi estómago se revolvía y rugía con ganas, mi tráquea estaba seca y con la sensación de vomitar pero no podía hacerlo porque no había ingerido nada en el día- ¿Cómo es que no lo sabes? -mi cuerpo pedía comida, pero mi yo interior la negaba, no sabía qué decir- Kirk... reacciona...

- Mejor voy a espiar a Lars -opiné, cogí mi botella de agua y di un gran sorbo para tratar de calmar mi situación física.

- Anda, ve y sufre, porque amas el dolor que te causa el amor de tu vida -asentí ante las palabras de K, llenas de sabiduría.

- ¿No crees que es algo tonto, Kirk? ¡Lars no es buena influencia!

- L, deja al niño que se divierta y juegue con fuego, él adora eso.

- Sin embargo, el niño odia las quemaduras que le causa el fuego.

- OHHHH -gritaron varias personas, mierda, ¿ellos también oían a los fantasmas? ¡Qué miedo!

Salí corriendo asustado del pasillo del colegio, ya son tres semanas del segundo semestre y me acabo de percatar de que otros humanos también pueden oír a los fantasmas, ¡con razón me miraban tan raro cuando yo contestaba a lo que L y K me hablaban! ¡Seguro creían que yo fui quién trajo los fantasmas al colegio y me veían como un rarito! Joder, ¡qué gente más pesada!

En mi carrera frenética, anhelé buscar a Lars. Verle y espiarle hasta el final de los tiempos, admirar su hermosa anatomía, delirar con su sonrisas y llorar porque no podía tenerlo entre mis brazos de nuevo.

- ¡Eh, chaval, se te cayó la chapa! -oí que gritaron, ¿era para otra persona? ¿O nuevos fantasmas que querían molestarme? ¿O es que hay otro chico que vea fantasmas como yo?

Lo ignoré y fui desacelerando mi paso porque las piernas me dolían, joder, estaba cansado, mi condición física está fatal desde que dejé de comer.

- ¡Tú, el de pelo largo!

Volví a ignorarle, hasta que me tocaron el hombro, volteé asustado, un chico un poco más alto que yo, cabello largo rizado y castaño, con ojos azules y muy pálido, era él quién me llamaba. ¿Era real o...?

- Te decía que se te cayó ésto -me enseñó una chapa de Led Zeppelin que solía estar enganchada a mi mochila.

- Ah, gracias... -hice una mueca, tomé mi chapa e hice un pequeño roce con la mano de este sujeto, lo que me aseguró de que era un humano...

Un humano, joder, miré a sus ojos y luego al suelo, aterrado, ¿iba a matarme? ¿Se burlaría de mi? ¿Stella ya le habría enseñado mi foto con poca ropa? Maldita sea, no entiendo nada, ¿por qué sigue mirándome este sujeto raro? ¿Por qué no me dejaba en paz? ¡Qué miedo todo! Ah, me desespera...

The Dream is my Reality (Metallica, KLARS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora