Les juro que continuar con ésto de no comer me matará dentro de poco. No soporto más el hambre pero me resisto porque considero que no es bueno comer, ni dormir, creo que estoy bien así, digo... aunque mi madre me vea sufriendo, no pasa nada, yo estoy bien porque... me siento mejor así, no engordaré y sé que es muy bueno comer pero no quiero subir de peso.
Necesito ganar algo más de peso. Pero comer es malo.
- Anda, que ya ni sabes quién eres.
- Joder, K, déjame pensar -bufé y rodé los ojos.
- Te andas contradiciendo a cada rato, ¿vas a comer o no?
- ¿Qué dices tú?
- No.
- Sí -interceptó L.
- A ver... ¿como o no como? Pónganse de acuerdo.
- ¿Tienes hambre? -contestaron a unísono con otra pregunta, hundí los hombros, mi estómago se revolvía y rugía con ganas, mi tráquea estaba seca y con la sensación de vomitar pero no podía hacerlo porque no había ingerido nada en el día- ¿Cómo es que no lo sabes? -mi cuerpo pedía comida, pero mi yo interior la negaba, no sabía qué decir- Kirk... reacciona...
- Mejor voy a espiar a Lars -opiné, cogí mi botella de agua y di un gran sorbo para tratar de calmar mi situación física.
- Anda, ve y sufre, porque amas el dolor que te causa el amor de tu vida -asentí ante las palabras de K, llenas de sabiduría.
- ¿No crees que es algo tonto, Kirk? ¡Lars no es buena influencia!
- L, deja al niño que se divierta y juegue con fuego, él adora eso.
- Sin embargo, el niño odia las quemaduras que le causa el fuego.
- OHHHH -gritaron varias personas, mierda, ¿ellos también oían a los fantasmas? ¡Qué miedo!
Salí corriendo asustado del pasillo del colegio, ya son tres semanas del segundo semestre y me acabo de percatar de que otros humanos también pueden oír a los fantasmas, ¡con razón me miraban tan raro cuando yo contestaba a lo que L y K me hablaban! ¡Seguro creían que yo fui quién trajo los fantasmas al colegio y me veían como un rarito! Joder, ¡qué gente más pesada!
En mi carrera frenética, anhelé buscar a Lars. Verle y espiarle hasta el final de los tiempos, admirar su hermosa anatomía, delirar con su sonrisas y llorar porque no podía tenerlo entre mis brazos de nuevo.
- ¡Eh, chaval, se te cayó la chapa! -oí que gritaron, ¿era para otra persona? ¿O nuevos fantasmas que querían molestarme? ¿O es que hay otro chico que vea fantasmas como yo?
Lo ignoré y fui desacelerando mi paso porque las piernas me dolían, joder, estaba cansado, mi condición física está fatal desde que dejé de comer.
- ¡Tú, el de pelo largo!
Volví a ignorarle, hasta que me tocaron el hombro, volteé asustado, un chico un poco más alto que yo, cabello largo rizado y castaño, con ojos azules y muy pálido, era él quién me llamaba. ¿Era real o...?
- Te decía que se te cayó ésto -me enseñó una chapa de Led Zeppelin que solía estar enganchada a mi mochila.
- Ah, gracias... -hice una mueca, tomé mi chapa e hice un pequeño roce con la mano de este sujeto, lo que me aseguró de que era un humano...
Un humano, joder, miré a sus ojos y luego al suelo, aterrado, ¿iba a matarme? ¿Se burlaría de mi? ¿Stella ya le habría enseñado mi foto con poca ropa? Maldita sea, no entiendo nada, ¿por qué sigue mirándome este sujeto raro? ¿Por qué no me dejaba en paz? ¡Qué miedo todo! Ah, me desespera...
- Vaya, que suerte, a mi también me gusta esa banda -le contemplé confundido, aterrado todavía, éste me señaló su camiseta-. Led Zeppelin... -se explicó- También me gusta mucho esa banda.
- Ah, que bien... -forcé una sonrisa, mierda, hambre...
- ¿Cómo te llamas, eh? Yo soy Jason.
- Kirk... -murmuré, incómodo.
- Ah, creo que te conozco -me miró fijo-, sí, ¿eres el alumno ejemplar que debería ir en mi clase pero reprobó el año pasado y ahora estás un curso más abajo?
Vaya, todavía me recuerdan como el nerd que reprobó curso, genial.
- Ah, sí... ¿eres nuevo? Es que no te recuerdo de ningún lado -traté de ser amistoso, plan fallido, una parte de mi sólo deseaba salir corriendo.
- Sí, llegué este semestre... se me hace genial encontrar chicos como tú, que les guste el rock. Es poco común en una sociedad llena de niños swag, ¿no? -sonrió, y luego soltó una leve risita, hice una mueca.
- Sí, opino lo mismo...
Joder, vete, Jason, vete...
Tocó la campana para regresar a clases. Vamos, que suerte la mía.
- Nos juntamos en el recreo siguiente, ¿no? -asentí, arrepintiéndome de inmediato.
- ¡Adiós! -me despedí en pánico, mientras me echaba a correr.
Habiendo casilleros y la posibilidad de dejar mis cosas en mi pupitre, yo prefería ahora acarrear mi mochila a todas partes ya que miro a la cara a los de mi clase y al ser humano en general, joder... en serio, ¡ya veo que me roban, malditos bastardos!
Dejé mis cosas sobre mi pupitre y traté de poner atención a la clase de historia... Já, quería.
Es que K... maldito, ¿cómo es que de la nada logró dominar mi mente? En contra de mi voluntad, él me tenía cortándome las venas con lentitud, de manera tan tentadora y placentera, es que... lo juro, perder sangre y el dolor físico, siento que lo merezco. Era agradable sufrir de esta manera, nunca lo entenderé ni hallaré un motivo lógico a eso.
La idea no era desangrarme esta vez, sino, dejarme llevar por el enorme placer que daba sentir el dolor... ¿masturbarse? ¡Eso es de maricas! Es mejor sentir la cuchilla afilada abriendo tu piel con lentitud, diseccionando muy exquisitamente. ¿Qué mejor placer que ese?
Recreo de nuevo. Joder, ¡qué rápido!
Salí de mi salón y...
- ¡Hey, Kirk! -llamaron, no estaba seguro quién era, la voz era familiar, pero... ¿era un fantasma? Y si era un humano... ¿me atacaría? ¿Me robaría la mochila?- ¡Niño fan de Led Zeppelin!
Voltee, era Jason, oh oh...
- Hey -forcé una sonrisa, mientras mi estómago se revolvía con fuerza.
- ¿Estás sólo? -asentí- ¿Podemos estar juntos? -asentí de nuevo, sólo por cortesía- Vale, es que quiero hacer tiempo antes de que toquen la campana porque me retirarán de clases, iré al médico.
- Oh, qué interesante... -dije a su vez que caminábamos juntos por el pasillo del colegio, me seguía dando mal rollo este chico.
- Tengo unas lesiones en la columna y tengo que revisármela -vaya, eso explica porqué camina tan encorvado.
- Ah, que mal... -contesté cortante.
- Sí, es una lata... -hizo una mueca- ¿Y qué haces tú para entretenerte en el colegio?