Capitulo 3

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Miles de recuerdos me segaron por completo durante la noche, y me encontré con un bulto al lado mio por la mañana, dí un respingo ya que no sabía quien era, lo moví y solo escuché un gruñido, moví nuevamente y se trataba de mi padre, ya que me dijo princesa, y sonreí, amaba tanto a este hombre, me giré dandole la espalda y me encontré con otro bulto.

-Hola hija- susurró con voz rasposa

-hola mamá, ¿que hacen en mi cama?

-tuviste una pesadilla, y nos preocupamos, no queriamos dejarte sola durante la noche y pues decidimos hacerte compañia.

-¿De que pesadilla se trataba?

Sentí su cuerpo tensarse, sabía de que se trataba ese silencio

-¿De el accidente?- pregunté, ya que no respondia

-Si amor- susurró nuevamente

-Okey- hise una pausa y suspire- lo siento mamá

-no importa pequeña, no es tu culpa- acaricio mi mejilla

-Como quisiera poder...

-Ya, ya shhh. Lo sé cariño, pero no tienes la culpa de eso, nadie puede cambiar eso.

Sollozé.

-tranquila princesa- Mi padre tocó mi espalda

-Creí que no despertarías- dije soltando una risita. Con mis padres siempre fue así antes de que tuviera el accidente, ellos se dormian a mi lado cada vez que tenia pesadillas de algo.

-Solo me estaba haciendo el dormido- se escusó

Tocaron a la puerta

-Voy yo- saltó de pronto mi padre

-Mamá, que tal si me haces uno de esos panqueques que te quedan tan deliciosos, me levante de muy buen humor.

-Pues entonces, ¿que esperamos? A cambiarse

Se empezó a levantar

-¿Mamá?

-¿Si?

-¿Tu crees que encontraré a alguien que me haga tan feliz como mi papá a ti?

Se quedo un momento en silencio

-Por supuesto cariño, eres hermosa

Sonreí

-¿Mamá?

-¿Si?

-¿Mis ojos son lindos?

-¿por qué las preguntas?

-Es que, en realidad no recuerdo de color son mis ojos, mamá- agaché la cabeza

-Son Esmeraldas cariño, como los de tu padre- escuché que sacaba cosas de mi armario- ¿te gustaria una blusa con un short?

-Si, y un collar

-Bueno, entonces, una blusa de jeans y un short negro.

-Zapatillas ma, siempre se te olvidan

-ah si, soy cabeza hueca, es que es por la edad

Solte una carcajada

-Si lo sé...

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Bajamos las escaleras despues de que mi madre se cambiara y luego pasaramos las dos juntas al baño.

Escuché a mi padre en la sala conversando con alguien, nos acercamos y todo se quedó en silencio.

-Hola...

Mi pequeña ciegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora