Capitulo 36

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Al día siguiente me llevó a otro parque, esta vez de animales y eso. Hacía calor entonces Lauren me dijo que tenía que cubrir mi cabeza para que el sol no me haga mal.

Estaba entretenida mirando en un puente a los hipopótamos, pero al darme vuelta ella no estaba a mi lado. Me desespere un poco pero al ver unos pasos más lejos ahí estaba ella, comprando dos gorras de Mickey y Minnie. Vino hacia a mi sonriendo y me colocó la gorra de la ratoncita y ella se puso la otra. Eramos demasiado tiernas entonces decidí sacarnos una foto.

-Bueno amor, es momento de comer. Donde te gustaría ir? – Me pregunta mientras acerca mi cuerpo a mi con sus manos en mis caderas. Yo pongo mis brazos en su cuello.

-No lo sé, pero quiero pizza.

-Entonces busquemos un lugar que vendan la mejor pizza de este parque. – Me dijo y después me beso la punta de la nariz, como ya era costumbre.

Cuando por fin estuvimos frente a un local de comida entramos, era bastante lindo porque era como una gran cabaña de paja y madera con un gran ventanal hacia la "selva".

Nos sentamos en una mesa de dos frente a este ventanal para tener una vista de lo que ocurría.

-Esto es lo más lindo que alguien hizo por mi Lo. – Me incline sobre la mesa para depositar un pequeño besito en sus labios.

La pizza llegó junto a dos grandes vasos de sprite muy fría.

No dejamos ni migas en los platos, pagamos y seguimos recorriendo lo que nos faltaba. Caminando de la mano yendo hacia el safari escucho la risa de Lauren.

-Que pasó? – Pregunto divertida.

-Nada, es sólo que ayer se me pasó un poco la mano y te deje un par de marcas en el cuello. – Se acercó y dejo dos besos en donde supongo estaban las marcas.

-No hay nadie que pueda retarme ahora, no?

El safari fue medio aburrido pero me gustaba ver la cara de Lauren al ver tantos animales. Tomé un par de fotos de ella mirando hacia afuera y alguna que otra a los animales.

Volviendo al estacionamiento Lauren paró a comprar recuerdos y compro tres llaveros, tres muñecos de Mickey y un vaso del estilo safari.

-Me parece que te faltó uno Laur, no son 4 en tu familia? – Le pregunto riendo.

-No bebé, es que estos son los que le vas a llevar a tu familia. Además me parecio lindo que mi cuñadita tenga este vaso mientras está merendando o desayunando. – Sonrió con las mejillas rosas que tanto amaba.

-Ey, no tenías que hacer eso! – Le digo mientras la abrazo.

De camino al hotel no hablamos mucho, estábamos muy cansadas. Ella tenía la mano derecha en mi pierna y yo acariciaba su antebrazo.

La miro y pienso. Pienso que no es real, que esto es solo un hermoso sueño. Como alguien tan hermoso, tan inteligente, tan bueno, sea sólo para mi? Debí portarme bien en otra vida para tener un regalo como este. O debí ser algún sirviente que se había enamorado de la hermosa pero inalcanzable princesa Lauren e hice algún hechizo para que hoy yo la tenga conmigo.

-Que tanto miras Cabello? – Me dice con la media sonrisa mirando hacia la ruta de vuelta.

-Solo miro lo horrible que sos. – Le digo graciosa.

-Por suerte mi papá me dijo que tengo que ser buena porque si no nadie estaría conmigo. – Dijo con esa hermosa risa que hacía que tenga mariposas en el estómago. – Esta noche quiero que te pongas muy linda. Vas a llegar al hotel y vas a entrar, vas a ducharte y vas a ponerte el vestido que te dejé en el guardaropas, si?

-Está bien. – Le dije medio insegura.

Ella sonrió con los labios y estacionó fuera del hotel. Pero no bajó.

-Laur, no bajas? – Le dije asomándome por la ventana.

-No amor, tengo que arreglar un par de cosas. Cuando estés lista me llamas, si? – Me dijo. Sus ojos verdes brillaban.

Ya era casi de noche, el atardecer ya estaba tomando color oscuro. Camine hacia nuestra habitación y entre rápido a la ducha. Cuando salí abri curiosa el guardaropas y ahí estaba, un hermoso pero simple vestido blanco, con pequeños breteles del mismo color. Era cortos hasta las rodillas.

Arriba en un bretel tenía una nota que reconocí la letra.

"Camz, este vestido te va a quedar hermoso si lo usas con esas converse negras tuyas.

Preparate para una noche que nunca vas a olvidar.

Lolo"

Sonreí ante esto. Me puse el vestido sin corpiño, me calcé las converse que me había pedido y me termine de peinar. Me puse un poco de perfume y la llamé.

-Lo, estoy lista. 

-Genial, en diez minutos estoy ahí. - Me dijo y sabía que estaba sonriendo. 

-Esperaré afuera. - Le dije y corté la llamada mientras salía para la entrada del hotel.  


Mi compañera de habitación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora