Capítulo 34. Una rayo de luz en la obscuridad

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Tres años después

Las cosas en la empresa iban a pedir de boca, todo estaba muy bien, después de aquella época de inestabilidad por la que pasamos todo había quedado como un amargo recuerdo.

A pesar de los problemas que se presentaron jamás me deslinde de mis responsabilidades y ahora en la actualidad seguíamos siendo uno de los emporios más poderosos del planeta.

Lleve mis manos al cuello, últimamente había estado trabajando de más de lo debido pero no era mi culpa, todo tenía una razón de ser y la mía era obviamente era Xia Lu, llevábamos 2 años de relación pero las cosas se habían complicado después del embarazo, si Xia estaba esperando un bebe mío.

Quizás había sido demasiado irresponsable de mi parte pero yo la quería muchísimo. La cuestión era que se había puesto insoportable a partir de su estado de gestación o quizás así siempre había sido y no me había dado cuenta o no me quise hacerlo.

Las peleas con ella era cada día gritaba, lloraba y hacia berrinche, siempre le echaba la culpa a las hormonas y aunque pareciera extraño no engordaba a pesar de comer bien, en su estado era raro por lo que temía que tuviese un desorden alimenticio.

Xia Lu se volvió una complicación constante en mi vida, muchas veces me plantee dejarla pero al saber que estaba embarazada no podía permitirme ser tan desalmado y dejarla sola, después de todo era mi hijo.

-Señor le buscan ­-se escuchó el intercomunicador.

-Déjalo pasar -le conteste a Sheng.

Cho Kyuhyun irrumpió en mi oficina, hizo una reverencia -Buenas tardes Han Geng, aquí el último informe del señor Kim, hubo un altercado unos hombres trataron de hacerle daño -me levante del golpe.

- ¿QUE? ¿HEE CHUL ESTA BIEN? ¿QUE HA PASADO? ¿QUIEN SE ATREVIO A PONERLE UNA MANO ENCIMA? -

-Sí, sí señor no se exalte Choi y yo nos encargamos de esos sujetos fueron unos vagos que se cruzaron en el camino, él está bien puedo asegurarlo -

-Me alegra escuchar eso pero aun así redoblen la seguridad, contratare a otros dos escoltas -me lleve la mano al pecho respirando con tranquilidad - ¿Hee Chul esta solo? -

-No, Min Ho se ha quedado a cuidarlo -me tendió el folder -Esto es todo estaré regresando a New York señor, con permiso -y se fue dejándome hundido en la preocupación.

A Hee Chul pudo pasarle algo si no hubiese sido por la seguridad que le contrate, si no hubiese hecho eso no sé qué le hubiera pasado... y de nuevo aparecía en mis pensamientos, entraba en mi mente como ráfaga de viento y se negaba a irse de ahí.

Hee Chul era mi sentimiento permanente, puede que los años hayan pasado pero mi amor por el no cambiaba ni siquiera un poco. Celos me nacieron cuando vi las fotos en EUA donde él se paseaba con su nuevo amor el imbécil de Kim Ki Bum, aun así me puse feliz, un poco. él se veía feliz.

Mire mi celular, una llamada insistente de Xia Lu, no quería contestar pero si era algo relacionado con él bebe tenía que hacerlo.

-Bueno... si, saldré pronto... nos vemos en casa... te quiero -apague el IPhone y aburrido tome el saco del respaldo de mi silla me lo puse y salí de la oficina.

Si no llegaba a casa antes Xia Lu se pondría como loca y eso era lo que menos quería.

Conduce con rapidez, al estacionar el auto la vi recargada en el marco de la puerta estaba seria y cruzada de brazos. Al verme bajar del carro entro a la casa, no entendía su actitud.

Bajo los pétalos de cerezo (Hanchul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora