Volcán

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El monte se hizo lava y ardimos, ardimos como un bosque en llamas.

Me fundí en sus labios y el tiempo se detuvo.

Sus caricias fueron tatuajes en mi piel y nuestras ropas fueron los espectadores de nuestra obra.

Apagamos las luces, pues sobraba visión, fingiamos ser ciegos con tal de leernos con las manos.

Recorrí cada uno de los rincones de su cuerpo, quería quedarme a vivir en su pecho.

Meter en un frasco de perfume su olor.

Su piel era joven y cálida, su silueta en la pared dibujaba la estructura de un apuesto hombre.

Erizaban mi piel ahogados "te quiero" entre gemidos, junto a su aliento, en mi cuello.

"Te amo, Héctor."
"Te amo, Claire...Y de verdad."

Poniéndote flores, amor mío.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora