~CAPÍTULO 27~[La antigua Nina]

742 98 2
                                    

Un golpe estruendoso de la puerta golpeando al cerrarse. Madera contra madera y mi furia enrojeciendo mis oídos hasta más no poder.

"¿Por qué debería de esperar que el muy idiota no se encamara con su novia, después de que anduviera buscándome?" ¿Por qué diablos tenía que creer que el muy imbécil no resultara tirándose a Liza después de andar besándome? "Estúpida, estúpida" Tú no eres así Nina... tú no eres una estúpida...

Si Taehyung quiere a la antigua Nina, pues bien. Tendrá parte de la antigua Nina—Me dije en mi misma sin poder apaciguar mi enfado. ¿O debería ponerme a llorar como sufrida después de tener el corazón roto? No. Tener el corazón roto es que no pueda estar con él por fuerzas mayores como mi salud; verlo encamarse con alguien no se merece ni siquiera una lágrima mojando mis mejillas. Se merece que alguien le arrebate aquello que lo hace tan orgulloso de ser un hombre. Alguien que solo puede con su pene.

Tomé asiento en la cama buscando un libro con qué distraerme. Quizás debería leer para quitarse ese sabor de repulsión de la boca. Y pensar que yo he besado la misma boca que ha besado Liza, quien sabe cuántas entupidas enfermedades he contraído en la boca.

Escupí furiosa y luego corrí a lavarme la boca, sin poder de evitar tener asco. Repulsión. Taehyung, eres un... un completo idiota.

Empecé mi lectura, centrándome en uno de mis libros favoritos "Historia de dos ciudades" de Charles Dickens

"Taehyung es un idiota, Taehyung merece no tener aquello que lo enorgullece tanto, ni siquiera merece ser hombre" "Hombres que ni si quisiera saben qué es aquella palabras ni como sr uno" Maldición. No me podía concentrar.

Quizás pasaron dos horas, cuando golpecitos en mi puesta me regresaron a mí misma; es decir, a la Nina que seguía echando chispas hasta por las orejas—

-¿Nina?—Llamaron. Y allí estaba él—Nina ¿Estás ahí? —Su estúpido timbre de voz que parece seducir a todo mundo—Oye niña ¿quieres ir a pasear? ¿Debes estar cansada? Quizás podríamos...

No esperé más. Mis pies me condujeron hasta la puerta, y esta se abrió de golpe—

-Nina—sonrió tan amplio que no pude contener mi deseos de lo que me disponía—Parece que me esperas ansiosa—Dijo orgulloso—

Mi puño se cerré y tomó fuerza, y de un segundo a otro, antes de que continuara con sus palabras endulzantes, mi puño se estrelló en su mandíbula mandándolo de espalda hasta caerse al suelo, emitiendo un gemido de dolor—

-¡Eres un maldito imbécil!—Le grité pateándolo en la piernas derecha, mientras él gateaba para alearse— ¿Cómo te atreves si quiera a buscarme después de...?—Mis palabras cesaron sin ser capaz de pronunciar aquello. Mis patadas también se detuvieron mientras me hallaba de pie junto a sus caderas, y él apoyándose en su codo con la mirada sobre mí y su mano izquierda cubriéndose la nariz que brotaba sangre.

-Nina...-- Susurró-- ¿Qué diablos te ocurre?—

Apreté tanto como pude los puños. ¿Y me cuestiona qué me ocurre?—

-No me busques más—Pronuncié levantando mi pie con todas mis piezas hasta pisarle justo en el entrepiernas, ocasionando un grito de dolor profundo que provocó que se retorciera en sí mismo mientras me alejaba de él para ingresar a mi cuarto y cerrar la puerta de un golpe.

Mi rostro ardía y mis puños se cerraban entre sí. Mi furia aún no había sido liberada. Deseaba poder hacer más que solo patearlo allí en donde sus hormonas lo alborotan y provocan que se comporte como un perro.

Das wird dir gefallen

          

-Nina—Llamó nuevamente su voz, tan adolorida como jamás lo había escuchado—Nina...

Mis ojos fulminaron la puerta y un libro de biología salió disparado contra esta, golpeando esta con mucha fuerza—

-¡Lárgate maldito idiota!—Grité furiosa--

-Ok—su voz se escuchaba espantada—Me voy, me voy—Se escucharon gemidos de dolor mientras al parecer se paraba y empezaba a alejar sus pasos de mi habitación.

No voy a llorar, me repetí. Si he de llorar que sea por algo que valga la pena, no por algo como esto.

La mañana siguiente me hallaba más calmada, pero eso no evitaba que caminara pareciendo irradiar fuego y quemar a todo aquel que intentara menospreciarme. Quizás después de que me desfogue, entonces termine llorando para liberarme. Quizás, pero por el momento espero no llegar a esa fase porque detesto verme débil... no lo quiero.

Cruzaba el pasillo de chicas, cuando pude distinguir a JungKook saludándome y correr hasta encontrarse a mi lado—

-Hola Nina—Sonrió-- ¿Cómo estás? Aun con muchas fuerzas, ya veo—Sonrió vacilante—

-Muchas—Pronuncié con ironía, continuando mi camino—

-He escuchado que anoche pretendías dejar a Taehyung sin testículos—Pronunció el caminado a mi lado sin ser invitado—

-Lástima que no fue así—Mascullé—si no te importa...--

-¿Alguna razón en específico?—continuó el mientras nos deteníamos por los pasillos detrás del campo, que eran el atajo más cercano a los pasillos principales. Me gustaba caminar por aquí porque muy pocas personas solían caminar por esta zona—

-¿No te lo dijo?—Arqueé las cejas. JungKook frunció los labios metiendo las manos a los bolsillos de sus pantalones, mientras sonreía negando con la cabeza—

-No. Pero si te consuela, HoSeok se burló de él hasta orinarse en los pantalones—

Genial. Se lo tiene merecido. Apreté los labios tratando de mantener la calma, tomar aire y luego responder—

-Anoche... anoche lo vi tirándose a Liza—Un silencio sordo se apoderó del ambiente, mientras que en el rostro de JungKook se reflejaba la estupefacción por causa de mi confesión. Al parecer realmente no lo sabía. Sin embargo, la voz de Taehyung gritó a los cuatro vientos por mi espalda—

-Mierda. Perdóname, Nina—Volteé con prisa logrado verlo salir de tras de los muros. Había estado persiguiéndonos. Claro... debía de suponer—Nina, no tenía ni idea que nos verías. No sé... cómo—Mis ojos se incendiaron aún más. Si antes estaba enfada, ahora me hallaba furiosa. Ahora mi pecado era llegar a verlos—

-Perdóname Nina—Suplicó llegando hasta encontrase delante de mí. Tenía amoreteada la mejilla y el labio superior partido—No era mi intención que veas aquello, te juro que...—

-Cállate—Pateé su pierna, haciendo agacharse ante el dolor-- ¿No te han enseñado a mantener la boca cerrada porque con cada palabra solo empeoras las cosas?—

Volteé inmediatamente hacia JungKook que hacia mudo. Por supuesto, él solo trataba de averiguar para Taehyung. Sus estúpidos amigos son iguales—

-Y a ti tampoco se te ocurra seguirme—Levanté mi pierna tanto como pude, golpeando a JungKook justo en el entrepiernas, viendo su expresión nula llena de dolor.

Quizás estaba exagerando, pero es en este momento que es mejor dejarme sola, porque terminaré desfogando mi enfado con todo el mundo.

Me alejé de ellos, logrando al menos apaciguar mi furia. El día de hoy Liza me sonreí con aquellos ojos de burla, aunque en su rostro podría saber muy bien la razón. Claro, ella ya se había asegurado de que yo andaba furiosa por haberla visto con Taehyung anoche. Felicidades, Liza. Ahora eres un poco más zorra que ayer.

En la tarde me dispuse a cumplir mi tiempo en biblioteca, ordenando libros, marcando los que eran prestados y devueltos, así mismo mientras continuaba mi lectura de la noche anterior.

-Señorita—Una voz conocida me sacó de mis pensamientos. Y efectivamente, al levantar la cabeza encontré a Taehyung. Él mantenía la mirada en el pupitre, con el cuerpo tenso e inquieto—Quería pedirle su ayuda con un libro—Susurró mirando a todas partes—Deseo leer un libro y me gustaría que me lo recomiende—

Ladeé la cabeza arqueando las cejas. ¿Es en serio?—

No pronuncie palabra alguna; si no que solo salí detrás de recepción, caminé hasta los estantes asegurándome de qué me siguiera, hasta que finalmente llegué al estante indicado. Por suerte eran tan gruesos que provocaba que muy pocos los tomaran—

Tomé los tres libros que el día anterior él había rechazado, y luego los solté en sus brazos, tan fuete que apenas y tuvo tiempo de sujetarlos y no caerse al suelo con ellos—

-Esos. Si quieres joderme la tarde, lee esos—Pronuncié quizás, muy déspota y con un vocabulario que no suelo tener—

Taehyung bajó la cabeza y dio media vuelta, llevándose los libros.

Regresé a mi puesto, dedicándome a continuar mi libro; sin embargo, alrededor de ya casi las seis de la tarde, levanté la mirada hacia la mesa primera, la más cercana a mi puesto. Sorprendentemente, allí estaba Taehyung, sosteniendo gran parte del libro de un lado, Quizás ya había leído unas doscientas páginas. No era mucho, pero era algo. Observé sus ojos cansados, y su rostro desganado mientras el sueño parecía ganarle pero aún continuaba leyendo. Una sonrisa se escapó de mis labios, ante su esfuerzo de no terminar estampado contra las páginas. Quizás así empieces a pensar con el cerebro en vez de con tus testículos.

-Yo le doy dos minutos más. Máximo cinco—Dijo una voz a mi lado. Volteé de prisa, encontrando a un joven de cabello negro, ojos también bastante oscuros y sonrisa pícara y vacilante. Quizás lo he de haber visto en alguna parte, pero no recuerdo haberle dirigido la palabra nunca—

-Si. Yo le doy mucho más—Pronuncié a aquel joven sabiendo que se refería al tiempo en que Taehyung demoraría en caerse estampado contra el libro a causa del sueño. En realidad no le daba mucho tiempo soportando el libro, más bien despierto; y más ahora que se había percatado de que alguien me dirigía la palabra, y aquel tipo no era nada desagraciado. De hecho, era bastante atractivo. Quizás era del último grado, de aquellos chicos que aman el baloncesto, porque tiene pinta y cuerpo de ser jugador de baloncesto. Aunque no era muy alto, pero tampoco tan bajo, pero si más bajo que Taehyung—

-Tan seguro que ya se le cae la baba sobre el libro—sonrió guiñándome un ojo—Hola. Me llamo Park Jimin. ¿Cuál es tu nombre, guapa?—Estiró su mano y tomó la mía, inclinándose y besando mis nudillos provocando que un escalofrío y estupefacción me corrieron por la sangre—


AMOR ENTRE BURBUJASWo Geschichten leben. Entdecke jetzt