Daisy

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Los años pasaron y los niños crecieron. Tristán y Monique ahora tenían 5 años y estaban apunto de ir empezar el colegio.

-Vamos, Ezra. Los niños van a llegar tarde a clase.- Dije cogiendo las llaves del coche.

-Ya bajan.- El me contestó. Una vez que los niños estuvieron con sus mochilas y con sus chaquetas todos nos metimos en el coche.

-No puedo creer que ya hayan pasado 5 años desde que nacieran.- Me dijo Ezra cuando los niños se marchaban dentro del edificio.

-Lo se, crecen tan rápido.- Dije con ganas de llorar.- Dentro de nada pasan a la universidad, o se casan y tienen sus propios hijos.- Terminé.

-Pero siempre serán nuestros pequeños. Pasen los años que pasen ellos van a seguir nuestros niños de hace 5 años.- Ezra me dijo dándome un abrazo confortante.

-Te quiero, Ezra.- Le susurré.

-Yo también, Aria.- El me contestó. Ezra y yo hoy habíamos librado para poder dejar a los niños en el colegio, así que ahora teníamos un día entero para nosotros solos.

Una vez que llegamos a casa, Ezra cogió nuestros cascos de la moto y dijo de ir a dar una vuelta con la moto. Corrí a ponerme unos pantalones negros y una camiseta con un jersey para quitarme la falda que llevaba y fuimos al garaje a por la moto.

Con la moto fuimos hasta un pequeño pantano que había alejado de Rosewood y nos sentamos allí a pensar y a pasar un rato juntos sin los niños alrededor.

Con los niños, nuestros momentos a solas habían descendido mucho. Siempre querían pasar tiempo con nosotros y Moni no se quería despegar de sus padres y le costaba mucho confíar en la gente. Esperaba que le fuese bien en el colegio y encontrase amigas.

-He estado pensando.- Irrumpió Ian nuestros silencio.

-¿El qué?- Pregunté.

-Han pasado 5 años desde que nacieron los niños. Te quería preguntar si estarías de acuerdo conmigo en tener otro bebé.- El me dijo.

-¿En serio quieres que tengamos otro hijo?- Pregunté.

-Claro, todos los que podamos mantener.- El me contestó.

-Si tu lo quieres, yo también.- Le contesté dándole un beso en los labios.

Nos quedamos en el pantano un rato más y después volvimos a casa. Una vez que habíamos llegado allí las manos de Ezra estaban por todo mi cuerpo y mi ropa desaparecía rápidamente.

-Te quiero, Ezra. Eres lo mejor que me ha pasado.- Le dije en un susurro mientras le quitaba la camisa.

-¿Quieres que por fin nos casemos?- El me preguntó tiernamente.

-Siempre he querido ser la señora Fitz.- Le contesté sonriendo feliz mente.

-Te quiero. Te quiero.- El repetía.

Una vez estuve en la cama el me separó las piernas con cuidado de no hacerme daño y se metió dentro de mi con un suave movimiento de caderas.

Fue una mañana llena de pasión, pero lo más importante, fue la mañana en la que concebimos a Daisy Marie Fitz, que nació el mismo día que nuestra boda.

Fin

Muchísimas gracias por leer. Quiero empezar a escribir un fanfic donde Aria y Ezra se conozcan pero sean pequeños y lo empezaré a subir en cuanto termine


Amores de universidad. (Ezria)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora