Capítulo 17

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Hoy es mi primer día en la universidad, y sí que estoy nervioso, la noche anterior no pude siquiera cerrar los ojos, estaba muy ansioso por que amaneciera, pero cuando salió el sol me di cuenta de que esa noche de sueño iba a ser esencial para poder estar despierto y alerta todo el día. No sé porque pero de en cuanto me levanté de la cama tenía un mal presentimiento, como si algo malo fuese a pasar, pero luego pensé "no me ha pasado suficiente" luego de eso me relajé y me cambié de ropa para bajar a desayunar y tomar el autobús.

-Andrew, hijo... espera- dijo mi papá cuando estaba por cruzar la puerta.

-¿Qué pasa papá?-

-No vayas en autobús......... toma, es un regalo de parte de tu madre y mío- mientras decía eso él extendió su mano y me dio unas llaves, yo no lo podía creer, mi padre me estaba dando un auto, yo solo me quedé ahí parado con una gran expresión de sorpresa, quería saltar de alegría y también se lo agradecía mucho a mi madre, dondequiera que esté ella sigue vigilándome y cuidándome.

-No lo ralles- me dijo mi padre antes de entregarme las llaves.

-No sé qué decir.........gracias papá, enserio.

-Anda, vete ya, llegarás tarde.

Cuando salgo de mi casa veo un auto estacionado al frente un Mustang de 1967 y es simplemente hermoso, desde pequeño siempre tuve un gusto peculiar hacia los autos clásicos, cada vez que veía uno mis ojos no dejaban de verlo hasta que se iba, simplemente me encantan.

No tengo palabras para describir como me siento en este momento, en la escala del 1 al 10 mi nivel de nerviosismo ha llegado a 15 cuando por fin llego al estacionamiento de la universidad, dios estoy tan nervioso que creo apenas podré salir de mi auto (mi nuevo y precioso auto). Cuando salgo del auto me siento totalmente diferente, como si estuviera en la cima del mundo y que nada podía detenerme en este momento.

Estoy completamente perdido, justo ahora de voy dando cuenta de lo enorme que es esta escuela, enserio no se compara con mi preparatoria, este lugar parece una pequeña ciudad, literalmente, tienen de todo: desde sus propias cafeterías hasta una piscina olímpica, pero lo que más me gustó fue la pista de hockey. Estoy tan emocionado por entrar al equipo.

Por fin encuentro la oficina y ya dentro veo que no soy el único de nuevo ingreso, al cruzar la puerta puedes ver unas 20 personas más, todas amontonadas y desesperadas por tener su horario de clases y toda la información sobre el campus. Antes de ser absorbido por toda esa gente me hago a un lado y me dirijo hacia una pequeña esquina donde hay un par de sillas y decido sentarme un rato. Unos minutos después llega un estudiante y se sienta al lado de mí, era un poco más alto que yo, tenía el pelo largo, bastante largo y negro, y también tenía un tipo de sonrisa algo peculiar, era casi contagiosa, se veía muy amigable. Cuando me decidí a hablarle él me cortó y habló primero.

-No te gustan los lugares con mucha gente, ¿eh?

-Todo depende del lugar, en este caso me gustaría estar en otro lugar para ser honestos.

-Tienes toda la razón. Soy Rudy- y extendió su mano para saludarme

-Soy Andrew, mucho gusto- y sostuve su mano mientras lo decía.

-¿Qué carrera tomarás?

-Medicina, ¿y tú?

-Algo similar, pero en mi caso mis pacientes serían más peludos, con plumas o escamosos.

-Entonces es veterinaria.

-BINGO. De hecho creo que es en el mismo edificio que en el de medicina.

-¿Enserio? Entonces creo que nos veremos más seguido

-Más de lo que crees.


Diario de Sueños PerdidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora