03| En París no venden malteadas.

1.3K 76 13
                                    

—Entonces, tú vuelo sale mañana.— dijo Ryan, mientras le daba una mordida a su hamburguesa.— ¿Qué será lo primero que harás al llegar?

—Probablemente echarme una buena siesta.— respondí, dándole un sorbo a mi malteada de Vainilla.

—Que aburrida.

—¡Es un vuelo de 12 horas! No dormiré en todo el trayecto, me conoces.

Ryan ladeó la cabeza en acuerdo. Estamos en nuestro restaurante favorito, y disfrutamos nuestro último día juntos por lo que queda del verano.

Han pasado dos semanas desde que me asignaron el viaje de intercambio a París. Dos semanas en dónde no he dejado de hacer planes y poner mis papeles en orden. Dos semanas en las que casi no he podido dormir, dos semanas en las que no sé nada de Oliver, ni Frida, ni René, a ésta última intenté visitarla pero su familia me cerró la puerta en las nariz, literalmente.

—No puedo creer que casi no te dejan ir.— habló Ryan, con la boca llena. Hice una mueca de asco.

— No me sorprende. La noche del duelo arriesgué todo.— ladeé la cabeza.— Técnicamente, sigo castigada, el viaje a París es como una pausa. Cuando llegue tendré que cumplir mi condena.— hice un mohín.

Así es, casi no me dejan ir a París.

Mamá y papá lo pensaron seriamente; después de todo, les di razones para que dudaran de lo responsable que podía ser.

Al final, fue Meg, mi hermana mayor, quien intercedió para que accedieran. Como siempre, salvando el día.

Pff. Ni siquiera puedo convencer a mis padres por mí misma. Pero siempre hay una condición:  Después del curso de verano debo tomar un tren a Viena y visitarla.

No sé por qué, pero no quiero ver a Meg. No quiero escuchar cómo va su perfecta vida en Viena; y tampoco quiero admitir que mi vida en Nueva York ha sido caótica desde que ella se fue.

—Bueno, al menos podré librarme de ti un par de semanas — Ryan suspiró dramáticamente. Sonreí divertida.

— Y yo por fin podré tomar mis malteadas en paz.

—Lily, en París no venden malteadas.

—¡Mentira! ¿Quieres apostar?

—Seguro. Tendrás que usar camiseta que diga "Ryan es el mejor" durante toda una semana.

Resoplé.

—Que original.— rodé los ojos.— Si yo gano, tendrás que ir a lecciones de ballet.

Fue el turno de Ry para quejarse.

Estábamos a punto de sumergirnos en una de nuestras discusiones tontas, cuando los dos vimos a alguien entrando al local.

Frida.

Mi sonrisa se esfumó.

Sus ojos cayeron en nosotros, no me sostuvo la mirada ni un segundo. Detrás de ella, Oliver y varios de sus amigos entraron al lugar, haciendo chistes que no llegué a escuchar.  Ryan y yo intercambiamos una mirada. 

—¿Vamos al cine? — preguntó Ry, para luego hacerle un gesto al mesero para que nos trajera la cuenta.

Le di un último sorbo a mi malteda.

—  Seguro. Creo que acaban de estrenar una nueva de terror.

— Luego te preguntas porque nunca puedes dormir.

Alcé una ceja al notar que Oliver y Frida se sentaban a dos mesas de nosotros. Apreté los nudillos por debajo de la mesa.

No necesito un melodrama. Mañana me voy a París, y no sabré nada de ellos en todo el verano. Ya no me importa.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 15, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

7 SemanasWhere stories live. Discover now