¿Cómo te sientes, Frank?
Fue la primera pregunta que me hicieron los doctores. Y también me la hizo mi novio. Y mamá, y Jamia.
Debería poner mi cabeza en orden. Estuve quince días en coma, pero siento como si hubiera sido anoche cuando me desmayé en brazos de Gee. Me duele todo el cuerpo, me cuesta respirar y tengo una puta cánula en mi nariz. Siento como si me pincharan el pecho cada vez que respiro profundo. Tengo las piernas entumecidas y la cabeza me duele desde que desperté.
Pero esto no es nada, absolutamente nada.
No es nada si lo comparan con el terrible dolor que siento por dentro cuando veo sufrir a Gerard. Me alegro enormemente de que haya sido su hermoso rostro lo primero que vi al despertar, pero se nota que no está bien. Está delgadísimo, y muy ojeroso. La barba le queda terriblemente bien, pero el jamás se la deja. En quince días no hizo siquiera tiempo para afeitarse.
Lo que fue para mi como una bomba atómica que cayó directo en mi corazón, haciéndolo mierda totalmente, fue cuando vino la enfermera esa, la que se hizo amiga de mi novio, y me enseñó una foto. Llegó sonriendo, y me dijo 'Debes ver esto. Se que no me corresponde, pero me pareció tan dulce que no pude evitar tomar una foto. Es que ustedes son tan hermosos."
Y lo vi. Gerard dormía con la mitad del cuerpo en el suelo, el torso en mi camilla y aferraba mi mano. Noté por su rostro que se había quedado dormido llorando. Cuando la mujer se fue, no pude evitar romper a llorar.
¿Acaso merezco que alguien haga tanto por mi? Gee es el novio perfecto, es muchísimo mas de lo que podría haber soñado. Y yo solo lo estoy hundiendo en la miseria.
Me siento terrible, porque lo amo. Lo amo mas que a mi propia vida, como jamás amé a nadie.
Verlo sufrir, verlo derramar lágrimas, me hace sentir un dolor en el pecho, como si estuvieran desgarrando en pedazos mi corazón. Y me duele aún mas que el llore por mí.
Tengo ganas de gritar, hasta lastimar mi garganta, hasta quedarme sin voz. Hasta que alguien me escuche.
Quiero, o mas bien necesito, proteger a Gerard de todo lo que pueda dañarlo, y es difícil porque ahora soy yo quién lo está dañando.
¿Cómo un ángel puede estar perdiendo su luz a causa de alguien tan simple y patético como yo? Siempre que se lo pregunto, me dice que el ángel soy yo, me dice muchas cosas tan hermosas... Me hace imposible el alejarlo. Aunque, también es mi egoísmo lo que me impide alejarlo de mi.
Es que sus brazos son para mi el lugar mas seguro del mundo, podría pasar el resto de mi vida bajo la calidez de su abrazo.
Gerard es la persona mas maravillosa que conocí en mi vida. No sólo lo amo como a mi pareja, si no que también lo admiro mucho como persona. Es dulce, siempre tiene una palabra amable, es incondicional. Hasta siento un poco de envidia, por sus preciosos ojos verdes, su habilidad para dibujar y su hermosa voz cuando canta.
Nunca me consideré una persona fuerte, pero estoy haciendo esta lucha por él. Porque me imagino un futuro a su lado, porque le hice la firme promesa de no dejarlo. Y mi sueño desde que lo vi por primera vez es pasar mi vida junto a él. Creo que tengo la oportunidad, y no voy a desperdiciarla dejándome morir, eso sería estúpido.
Pero me estoy cansando de hacerle mierda la vida.
El doctor me dijo que van a adelantar mi operación, que será el mes próximo. Y justamente es unos días antes de la fiesta de graduación. Obviamente no iré, aunque me hubiera encantado. Pero el problema es Gerard. Esperó esta fiesta durante mucho tiempo, y no quiero que se le arruine por mi causa.
¿Qué clase de persona que podría tener a quien quiera a sus pies muestra devoción por un moribundo? Hay cosas de él que no comprendo, como siendo tan perfecto pudo fijarse en mi.
Pero cuando salga de esto, voy a hacer todo lo posible para compensarle todo esto. Voy a hacer mi mayor esfuerzo para hacerle tan bien como el me hace a mí.
Esto es una mierda, duele y cuesta. Pero voy a salir adelante. Por Gerard.
Porque es el amor de mi vida.
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Out of order. ||Frerard||
FanfictionGerard llevaba una vida casi normal. Digo casi, porque no era como el resto de los adolescentes, para nada. Odiaba ver las cosas fuera de lugar, era pulcro, y siempre tenía todo en orden. Era un 'niño modelo' como lo llamaban algunos, aunque a él no...