Lillith, Capítulo LXIV. He muerto.

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En este capítulo quiero narrar mi experiencia con la muerte de la cual nadie o muy pocos regresan. Lo vivido aquí fue muy fuerte para mí aunque para ustedes queridos lectores no lo sea pues sólo el hecho de estar en el mundo de los muertos y ver desde ahí tu cuerpo sin vida ya es bastante traumático.

Lillith.

Lo último que recordaba en ese momento era que vi pedazos del orbe caer mientras convulsionaba del dolor después todo se puso oscuro y silencioso.

Me vi cayendo en un vacío oscuro y frío hasta que me llegué a topar contra un suelo duro y helado. No veía nada pero una luz me iluminó y estaba desnuda tampoco tenía el fruto conmigo; a unos diez pasos de mi apareció otra luz en la que estaba Indira con una túnica blanca tan hermosa como siempre. La llamé pero ella tenía semblante serio y no me respondió fue cuando su vientre fue atravesado por una espada clavada por la espalda y cayó muerta... el culpable, Acacius.

Me enfurecí pero a la hora de transformarme no pude pero aun así me lancé corriendo contra él y al estar a punto de atacarlo, Acacius desapareció haciendo que yo cayera al suelo y llorase. Después me vi rodeada por los patéticos dioses estos no hablaban pero giraron haciendo un tornado que me alzó del suelo unos cuantos metros para luego desaparecer y dejarme caer. Ahí me di cuenta que no tenía mis poderes y no pude entender el por qué. Pero la pregunta era, ¿dónde estoy? ¿Qué hago aquí? Y, ¿cómo salgo de aquí? ¿Qué era éste lugar?

Abrazándome yo misma caminé por ese extraño, gélido y oscuro lugar. Al mucho rato de andar vi una luz como un portal. Pensé que sería una salida pero al llegar me di cuenta que no lo era pues al acercarme vi dentro de éste y había todo un paraíso, un lugar fantástico lleno de paz y alegría. En la tierra nunca conocí un lugar así (salvo el Edén). Decidí entrar y me sentí extraña. Una vez dentro aparecí vestida con una túnica blanca reluciente y fui aceptada por todos los presentes cuando vi a Indira de la mano con el maldito de Said la cual me recibió con un fuerte abrazo el cual le correspondí.

-¡¡INDIRA!! ¿QUÉ HACES AQUÍ? ¿QUÉ ES ESTE LUGAR?

-Es lo que llamábamos en la tierra "el más allá", Lillith... Si tú estás aquí es porque has muerto.

Me paralicé por un leve momento. No podía creer lo que me decía Indira pero si ella y Said estaban aquí era porque estaban muertos y yo también.

-Pero, ¿cómo morí, Indira? ¡Dime!

-Cuando rompiste el orbe, tú caíste y convulsionaste. Lo vimos todo Said y yo. Siempre te hemos visto...

-¿Cómo han podido verme? Quiero saberlo... -Le dije.-

Indira y Said me llevaron a un sitio donde habían algo parecido a piletas redondas llenas de un agua que era cristalina. Llegamos a una e Indira pasó la mano sobre el agua y ésta cambió mostrándome la escena en el Hades y me vi ahí o mejor dicho vi mi cuerpo ya de tamaño normal, ensangrentado, boca arriba con la mirada fija y la boca abierta. Escuché a los titanes hablar de que yo no respondía, no respiraba ni reaccionaba.

Por otro lado pregunté a Indira el por qué yo no estaba en el Hades como los demás muertos y ella me contestó que los olímpicos sólo llevan las almas que los alaban a ellos por eso yo no estaba en el Hades sino en el "Paraíso verdadero" lo cual no me interesaba por el momento pues ya estaba muerta. Mientras tanto los titanes hablaban de lo sucedido...

-Prometeo predijo que ella no sobreviviría... -Dijo Cronos.-

-Pero ella dijo primero muerta que presa y decidió hacerlo. -Dijo Hipérion angustiado.- Era inevitable.

-Si Hades viene y la ve; ¿qué le diremos? -Pregunta Tetis.-

-Él sabrá que le ayudamos. -Respondió Ceo.- Pero verá que murió, sólo nos dejará dormidos como antes supongo.

-No nos creería que le ayudamos, creerá que ella lo intentó mas murió en el intento. -Dijo Océano.-

Todos los titanes lamentaban lo ocurrido y Temis dijo que consultó a Prometeo el cual simplemente repitió lo mismo al decir que lo que él predice siempre es así. Nada lo puede cambiar y que para mí ya no había futuro. Me quedé confusa, me sentía rara y estupefacta, se suponía que yo era inmortal; por lo tanto no podía morir. Indira me decía que muchas cosas cambian, ella cambió al conocer a Said (algo que no me alegra) pero bueno al parecer así son las cosas.

Seguimos mirando por la pileta la estancia del Hades donde los titanes estaban confundidos y atónitos con mi deceso cuando de repente llegó Hades y vio la escena. Interrogó a los titanes sobre lo sucedido pero ellos no daban una respuesta así que llamó a Zeus y éste vino con los demás dioses de Olimpo. Al ver lo sucedido dijo complacido:

-Hermanos dioses; como podéis ver éste demonio ha sucumbido. Esto amerita celebrar una victoria más a mi persona...

-Padre, -dijo Ares o Caín- nunca la mataste. Ella murió por escapar.

-¿Osas contradecirme hijo? -Amenazó Zeus.- El Hades es propiedad del Olimpo así que yo Zeus, el dios de dioses maté a Lillith la primera mujer de la historia humana y que así se escriba...

Diciendo esto y otras estupideces vi a Hades lanzarle un ataque a Zeus con un rayo de color verde sepulcral.

-El Hades me pertenece a mí solamente, Zeus. -Gritó Hades furioso.- Ya me has quitado el derecho de estar a la cabeza del Olimpo con trampas y engaños ahora no pretendas quitarme el inframundo, maldito.

Luego Zeus en un movimiento rápido lanzó un trueno contra Hades mientras se levantaba a la vez que lo tachaba de traidor. Mientras los dioses discutían, vi que Caín se acercaba y acariciaba la mejilla de mi cuerpo inerte con cierta tristeza luego Zeus quiso reclamar mi cuerpo en señal de trofeo algo que me enfureció a tal grado que no lo pude tolerar. Fue entonces cuando supe lo que debía hacer.

Lilith, la primera mujer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora