4

15 1 0
                                    

-Podrías hacerlo, en serio, solo hazlo. -Es que no me atrevo, mi hermano se moriría del enojo y... Solo no podría hacer nada de eso por mi misma. Y la única persona que sé que me apoyaría, es la novia de mi hermano. -Bueno... ¿Que tal si yo te acompaño a hacer tu primera travesura? -me miró con una sonrisa picara. Mi estómago dió un vuelco. -¿Cual? -Hacerte un tatuaje -contestó emocionado. Yo dudé- Conozco un lugar de confianza, mi primo es el que tatúa. A mi me hizo dos tatuajes. -¿Tienes tatuajes? ¿Donde? -le pregunte emocionada. -Uno en la cadera y uno en las costillas, te los enseñaría pero una pareja de ancianos nos está viendo y me da vergüenza -admitió. Reí y lo empujé suavemente. -¿Estás seguro de que no dolerá mucho? -pregunté mordiendo mi labio nerviosamente. -Bueno... Digamos que solo sentirás una punzada -Si me duele te golpeare -le advertí. Mi celular vibro en mi short y lo saqué rápidamente. -Diga -contesté sin mirar quien era. -¡_______! ¡¿Donde rayos estas?! -gritó Sam al otro lado del teléfono. Podía escuchar la voz de Maggie a lo lejos diciéndole que no gritara. -Tranquilo Sam, solo salí a dar una vuelta -De acuerdo. Llega temprano ¿Con quien estás? -preguntó preocupado. -Con un amigo -contesté virando los ojos. Me estaba fastidiando su repentina preocupación. -¿Qué amigo? -¡Que te importa! ¡Dejame en paz Sam, volveré a la casa cuando se me dé la gana!-le grité enojada y colgué antes de que me dijera algo. No me gustaba gritarle a Sam ni me gustaba pelearme con él, pero cuando se ponía en su papel de hermano protector en verdad me cansaba. -¿Todo bien? -preguntó Taylor. -Mi hermano se esta comportando como un idiota -la voz se me empezaba a cortar y los ojos a inundar de lágrimas. No llores, ____. No llores. Te tomara por loca desquiciada. -No podré hacer nada, simplemente no me atrevería a hacer nada por mi sola, me odio por ser tan cobarde, Taylor. No puedo hacer nada sin pensar primero en que pensara mi hermano, en si se enojará conmigo o si no le gustará mi actitud. O pensar en si Maggie me apoyará o irá corriendo a decírselo a él ¡Y me moriré sin haber hecho una sola cosa de esta estúpida lista! -reproché con voz de vil desquiciada histérica casi ahogándome con mis propias lágrimas. Taylor me abrazó de nuevo y me recosté en sus brazos. -Linda, ve por lo que sea que te haga feliz. Al carajo lo que ellos piensen, preocúpate solo por ti misma -aconsejó mientras acariciaba mi brazo despreocupadamente.
Y él tenia toda la razón, tenia que hacer lo que yo quisiera, no lo que ellos quisieran que hiciera. Suspiré y me acurruqué más contra el guapo. Se sentía tan bien estar entre sus brazos, tan confortable que ni siquiera me importaba que no supiera nada de él más que su nombre.
-Tienes razón -le dije y me alejé de su cuerpo para darle una sonrisa y que supiera que ya estaba bien. Pasó sus dedos por mis mejillas y sonrió. -Eres muy tierna -soltó de repente, me sonrojé al instante- ¿Que te parece si hacemos ahora mismo algo de esa lista tuya?
-¡Si! -exclamé contenta, tomé mi diario y lo abrí -Eh... Lo primero no, definitivamente -¿Qué es lo primero? -preguntó curioso. -No te diré, de todos modos no me atreveré a hacerlo.
-Anda, solo dime que es -rogó. -Es subir una montaña rusa -puse los ojos en blanco-Pero no, me dan pavor, jamás me he subido a una, creo que me daría un paro cardíaco. -¿En serio? No sabes de lo que te pierdes ¡Te encantará! -Mmm, no lo creo -lo corté rápido. Él estaba emocionado y se veía lindo, pero jamás me subiría a una montaña rusa. -De acuerdo -se cruzó de brazos -¿Me acompañas a el parque de diversiones? -Taylor, ya te dije -lo miré con los ojos entrecerrados- No me... -yo me subiré, tú solo me verás ¿Qué dices? A final de cuentas asentí. Se levantó casi inmediatamente y me tendió su mano. La tomé y me paré.
Su mano era tan cálida, grande y suave que me dieron ganas de no soltarla jamas, pero lo hice. Porque quizás le daría un poco de miedo que le tomara la mano y que no se la soltara, y a lo mejor él se estaba volviendo loco porque no lo soltaba.
Aunque me acababa de invitar a una cita... No, definitivamente no era una cita. Pero me gustaría que fuera una. -¿Vamos por Jazzy? -pregunté ilusionada de ver a la niña de nuevo. -No. Necesito que se quede sola con mi tía, ya sabes, para que se acostumbre a estar con ella -me explicó.
Y era mejor estar solos, porque así parecía mas una cita, de acuerdo, quizás no era una cita pero cualquiera que nos viera pensaría que era una. ¿No creen? Verían a una chica a punto de morir y a un galán de Londres y dirían: "Miren que lindos ¡Están en una cita!" aunque no fuera una.
O quizás estoy muy desesperada y Taylor es muy guapo. Si, eso suena más convincente.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 06, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

The perfect bucket list [t.c]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora