Capítulo 12

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Estábamos en él patio con él almuerzo en nuestro regazo, ninguna decía nada. Yo aún estaba sorprendida y pensaba en todo tratando de encajar las piezas, pero ninguna coincidía. No se me ocurría nada y no me animaba a preguntar.
Levante mis ojos observándola disimuladamente intentando que no me notara, ella observaba él cielo mientras estaba recostada sobre la pared, en este momento es cuando me doy cuenta de que no es muy femenina. Todo sobre ella me causa curiosidad, miro detenidamente su cabello, tan oscuro. Sus facciones de chica, casi perfectas. Continuo observandola como si eso me dijera más sobre ella, como si me diera respuestas. No tengo prisa por que toque él timbre, por un momento olvido todo. Iara me da tranquilidad, me hace descansar por así decirlo un poco de todo. Salvo cuando me mira con sus orbes azules, me intimidan y me hace pensar que me pide explicaciones.
Me descubre y me observa fijo, a veces pienso que mis ojos no son bonitos y por eso los mira demasiado fijo.
Intento buscar que decir, una excusa para que no se de cuenta de que estuve observándola un buen rato.

-¿Quien es ella?- tres palabras salieron de mi boca sin permiso. Veo como cierra sus ojos no con enojo, si no con tristeza.

-Era una muy buena amiga mía, Oriana.- Me quedo insatisfecha con su respuesta ¿por qué siempre me dice tan poco?

-no es verdad, si no no te hubiera gritado como te grito hace rato.- Me pongo seria arriesgándome a que quizás se enoje.

Ella frunce él ceño y mira al suelo, abre sus labios como si fuera a decir algo pero no pronuncia nada.

-Podes decírmelo...-le digo intentando sonar amable.

Junta sus rodillas a su cuerpo rodeando con los brazos sus piernas, me mira y vuelve a llevarme con ella a otro lugar, donde solo pienso en su mirada azul.

-Era mi novia, terminamos hace unos días.- Dijo con apuro, notablemente rápido, pero entendí todas las palabras a la perfección.

Definitivamente no lo esperaba, es una pieza nueva, con forma redonda, no encaja en nada de lo que había armado. Me doy cuenta de que tengo que darle una respuesta, intento sonar neutral.

-¿Ya no la querías?-le digo manteniendo mi distancia, pero en seguida me doy cuenta de que lo dije en un tono juzgador.

-Los corazones cambian.-Me mira fijo y distingo dolor en sus ojos, no me convenzo de su respuesta. Siento que es una mentira y aun ahí sentimientos por esa chica en su corazón.
No digo más, y otro silencio nos vuelve a gobernar.
Después de instantes se levanta y toma sus cosas, me paro enseguida queriendo agarrar su brazo, pero se aleja de mi a espaldas y pierdo él equilibrio.
Logro sostenerme rápidamente y siento presión en mi pecho, definitivamente no soy muy buena con las personas. Sólo me limito a verla irse mientras escuchó él timbre sonar.

Perfectos desconocidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora