9.

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Una de las profesoras corre hacia los tres muchachos y los abraza con fuerza, Miguel da un quejido de molestia, Alex uno de dolor, y Ruben sólo ríe sintiéndose feliz.

—¿Están bien?- pregunta al separarse de sus alumnos.

Los tres se dan una mirada rápida, pero el castaño y el pelinegro se dan una cómplice y el ojiverde sólo sonríe mostrando aquella dentadura que poseía.

—S-Sí, hemos logrado escapar del fuego- informa Miguel algo incómodo ante la mirada del mejor amigo de Ruben.

—¡Oh dios!- exclama horrorizada, y lleva ambas manos a su boca sorprendida- El fuego estaba a dos salones del nuestro, no sé qué hubiera pasado si Bravo no hubiera insistido en ir a ver si alguien faltaba, ya que, Ruben-se dirigió al nombrado que despegó sus ojos del perfil de Miguel, y se concentró en la profesora al escuchar su nombre- no estaba entre nosotros y Alejandro fue el primero en ir a buscarte- una tímida sonrisa se forma en sus labios y gira a ver a su mejor amigo.

—Eh...si-dice Alex con un notorio sonrojo en sus mejillas, y rasca su nunca algo incómodo.

—¿Enserio hiciste eso, por mí?- un brillo en sus ojos verdes se hace notar, y Miguel cierra su puño con fuerza al ver a los dos tan cerca del otro.

—Sí, ya sabes, eres mi mejor amigo y debo estar pend..-baja la mirada, y con la valentía recorriendo su cuerpo decide de que era ya el momento, el momento de soltar todo. Era ahora o nunca- Ruben, estoy enamorado de ti; desde octavo grado- murmura nervioso y juega con la hilera de su polo.

Sus ojos verdes se abren de par en par, ¿acaso escuchó bien? ¿Alex se le había declarado? Y varias mariposas estallaron en su vientre con alegría, una sonrisa se curva en sus labios y toma las manos de su mejor amigo, del cual, ha estado enamorado desde siempre.

—Alex- muerde su labio nervioso- Yo también siento algo por ti, y sé que es desde mucho- las palabras se atropellan en su boca, no sabía como decirlo- ¿Yo..uh..puedo?- pregunta con la esperanza de un 'sí' y Alejandro despega sus ojos del sucio piso, y entre el humo y los gritos de Miguel desde lejos —¡Ruben, hey! ¡No lo ha..-la profesora lo lleva hasta el otro extremo dándole así un espacio para Ruben y su amigo— asiente con timidez.

—Vale- suspira Ruben, y juega con los dedos contrarios- ¿Listo?- pregunta como un niño pequeño al que recién aprende a manejar una bicicleta-.

Sus labios se acoplan como un rompecabezas, se juntan tan bien es que difícil creer que ambos muchachos se están besando. Los ojos de ambos se encuentran cerrados, disfrutando el beso, sintiendo el sinfín de emociones explotando en su organismo, y explorando más allá de lo buscada.

Apegan sus frentes con ternura, y se miran atentamente.

—No puedo creer esto ¿sabes?- dice un Alex con las mejillas coloradas, y una sonrisa plasmada en su rostro.

—'No puedes tocar las nubes si no lo intentas'- murmura Ruben con una mirada pacífica.

—Linda frase, de un lindo chico-.

Y allí se encontraba Miguel, con la mitad de su corazón en una mano—literalmente— y la otra palpitando sin fuerza, ya rendido, decide caminar hacia sus amigos y se adentre al grupo que han formado.

—Rogel, ¿y esa cara?- pregunta Morgan, una de sus amigas.

—¿Algunas vez no has sentido que te arranca a tu mitad?- pregunta sin esperanzas.

—Claro, eso pasa cuando estás enamorado- contesta la muchacha con una sonrisa.

Era difícil de creer que su amigo esté 'enamorado'.

—Y eso es lo que me pasa, pero.. ¡Espera! ¡¿Enamorado?!- exclama sorprendido.

Claro que lo estaba, aunque su corazón todavía no lo acepta.  


Filósofo|| RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora