No confío en él.

29

Narra Lissy.

Desperté al oír la puerta cerrarse de un portazo. Liam apareció, lucía desesperado. Zayn se removió a mi lado y yo me incorporé y miré al joven de los ojos color miel.

-Tenes que venir conmigo.-dijo con un hilo de voz mientras buscaba un buso suyo.-Tenemos que ir ahora. Hay que encontrarlo antes de que cometa una locura.

-¿Qué?-pregunté en un susurro.

-Que Niall puede estar cometiendo una locura en este mismo momento y tenes que frenarlo, sos la única que puede.

Me puse de pie con rapidez y Zayn abrió sus ojos. Antes de que pudiera decir nada, me puse el buso de Liam y salí de la casa junto a él.

-¿Dónde está?-pregunté con la voz agitada. Zayn se subió al asiento trasero.

-Lo estoy rastreando.-dijo mirando su teléfono. Se lo pasó a Liam y este arrancó.-Tranquila, Lissy.

Pero yo no podía detenerme, tenía que encontrarlo, tenía que ver que estaba bien y lo estaría siempre. Distinguí su auto en las vías y Liam se detuvo. Quiso detenerme al oír el tren pero fui más rápida y corrí hasta ahí.

-¡Lissy!-gritó Zayn y la piel se me erizó al

Abrí la puerta del asiento del acompañante y subí, cerrando el seguro. Niall me miró con terror y luego al tren. No sé cuantos segundos pasaron antes de que él arrancara el auto y saliera de las vías.

-Estás loca.-gritó con las lágrimas inundando su rostro. Asentí y me senté en sus piernas, abrazándolo con fuerza.-Lissy, no tenías que estar acá. ¿Y si el tren nos alcanzaba?¿Y si estaba tan borracho que no arrancaba?

-Me moría con vos.-dije en un susurro.-Dejaba que me matara a mi también. Iba a hacerlo de todos modos. Si vos moris, yo muero. 

-Lissy..-lloró y la puerta se abrió de golpe. Zayn me sacó por la fuerza y me abofetó con todas sus fuerzas, logrando que cayera.-¡¿Qué haces?!

-Casi haces que se mate, te odio.-le gritó a Niall.-¿Cómo se te ocurre subir al auto, a vos?-estalló, mirándome.- Lissy Malik te volviste completamente loca.

-Sabía que él iba a arrancar.-musité con ambas manos en mi mejilla.

-¿Y qué si no lo hacía?-preguntó completamente furioso.-Ibas a dejarme así de fácil, gritándole tu nombre a la nada. Eso ibas a hacer. Andá, Lissy, saltá a las malditas vías del tren.

Narra Zayn.

Me arrepentí de mis palabras en cuanto ella se paró y comenzó a correr hacia las vías. La alcancé a tiempo y caí de rodillas con ella entre mis brazos. Ambos llorábamos, todo era un desastre.

Miré su rostro enrojecido y lo besé una y otra vez sin poder evitarlo. Quise secar sus lágrimas pero salían más y más.

-Lissy...-susurré y ella me abrazó con fuerza.- Todo está bien, nena. Perdón. No quería gritarte o pegarte o... No quería lastimarte, princesa. Te amo. Te amo demasiado, sos mi vida, solo fue el terror a perderte de un instante al otro.

Ella no me respondió. La alcé, sin despegarla de mi pecho, y caminé al auto de Niall. El rubio se acercó pero Lissy ni se inmutó. Lloraba entre mis brazos en silencio mientras me tomaba con fuerza. Liam quiso tomarla pero ella se negó y solo se sentó en el piso, abrazándose a sí misma.

-¿Lis?-preguntó el chico de los ojos color miel. Algo no iba bien y todos lo sabíamos. Liam había llamado Lis a Lissy y eso solo sucedía cuando algo muy malo ocurría.- Hey, ¿Qué pasa?¿Por qué llorás así y...?

-¿Ibas a irte?-le preguntó a Niall.-Ibas a irte así como si nada. No iba a importarte. Si yo no llegaba no ibas a apartarte. -Lissy se puso de pie y tomó mi mano, volviendo al auto.- Por favor, llevame a casa.

Mientras las luces de la carretera iluminaban el rostro de mi hermana, podía ver el brillo de las lágrimas en sus mejillas enrojecidas. Alargué mi mano y tomé la suya. Quiso sonreírme con una mueca que le salió fatal y sentí que el mundo se me desmoronaba.

En ese momento, me topé con una Lissy de diecisiete años, cabello moreno y pálida como la nieve. La vi sentada en la noche, en el asiento del acompañante, llorando al recordar el intento de suicidio de su novio. Probablemente se preguntaría qué tan poco valía, qué había hecho mal, cuán poco la quería él. Lo cierto es que ella no aceptaría respuestas a esas preguntas, al menos que salieran de sus extensas cavilaciones. Me encontré perdiéndola en la bruma de una vida que parecía haberse vuelto demasiado espesa para ella y el terror se apoderó de mi. No podía dejar que algo le pasara. No podía volver a verla colgando de un asiento en una montaña rusa que se caía a pedazos. No podía dejarla morir cuando aún tenía posibilidades de vivir.

Detuve el auto pero le pedí que no bajara. Yo la ayudaría. La alejaría del dolor, la mantendría a salvo aunque sintiera que iba a tomar la decisión errónea. 

"Apunta a fallar"

Eso haría. Apuntaría a fallar para poder ver si eso la ayudaba. Y, si no lo hacía, apuntaría en otra dirección, porque hay muchos caminos que seguir y uno tiene que conducirnos a la felicidad.