Capitulo 1: "Lo mismo de siempre"

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Jeff's POV:

Maldito frío de invierno. Me paso las manos desde los hombros hasta los codos y suelto un suspiro.

Ahora me encontraba en una asquerosa celda mientras esperaba el juicio.
Que complicado lo hacen. En realidad era más simple de lo que querían hacer: me conocían, ya sabían que yo me había escapado de prisión y de hospitales, condenenme ya, tengo como dos cadenas perpetuas.

Le apuesto a una tercera.

Rio en medio de la oscuridad y el frío.
Entonces una luz del pasillo en frente mío se enciende, dejando ver a una mujer vestida de vinotinto, con una carpeta en la mano.

-Jeffrey Woods.- me llama.

-Señora bien arreglada.- le devuelvo el saludo sonriendo, pero ella no me devuelve el gesto, sólo abre la carpeta y echa un vistazo.

-¿Tiene abogado o requiere que la corte le consiga uno?- pregunta sin despegar los ojos de las hojas.

-No necesito uno.- respondo acercándome a los barrotes, a ella, dejándome ver a la luz. Ella levanta la cabeza con la boca entreabierta y el ceño fruncido, lista para protestar. Pero la cierra la golpe al ver mi rostro, da un respingo y se lleva una mano al pecho, dejando caer la carpeta muy cerca de mi.

Sonrio.

Me agacho lentamente, como un felino vigilando a su presa, agarro la carpeta y la paso entre los barrotes.
Abro en la primera página, encontrándome con un historial pequeño sobre mi, pero este tiene una foto de mi antiguo yo.

-Interesante...- susurro, continuo pasando las páginas, cosas aburridas. Mi foto actual está al final de una, al parecer no la había revisado aún y se ha llevado un buen susto.

-Devuélvame eso.- demanda. Mi mirada se dirige hacia ella.
Sonrio una vez más y lentamente dirijo mi mano con la carpeta hacia los barrotes.

Ella aproxima su mano hacia la mía, temblando.
Cuando sus dedos rozan la carpeta hago un movimiento rápido, suelto la carpeta y agarro con fuerza su antebrazo, y antes de que ella pueda reaccionar, la jalo hacia mi, pegando su rostro a los barrotes de golpe.

Ella grita, aferrando su mano libre a un barrote.

-No necesito un abogado, el juez ya debe saber quien demonios soy, dígale que deje de joder con sus mierdas legislativas y que me condene ya, ¿entendió?- siseo acercándome a su rostro a medida que hablo, ella cierra los ojos y pequeños sollozos se escapan de sus labios.

-¿Le dirás?- pregunto soplando levemente en su nariz empolvada -¿Cómo te llamas?

-Da-danielle...- susurra con los labios temblorosos.

-¿Le dirás, Danielle, le dirás como una buena chica?- pregunto sonriendo.

Ella abre los ojos y asiente con dificultad con su rostro pegado a los barrotes.
Le sonrio una vez más y la suelto de golpe, casi empujandola. Ella se tambalea un poco y se toca el rostro, su mejilla esta roja y su brazo debe dolerle.

Rápidamente agarra la carpeta del suelo, jadeante. Y casi sale volando por el pasillo, veo como un guardia se le acerca preocupado, con el ceño fruncido.
Ella sonríe nerviosa y le dice un par de palabras antes de salir por la puerta por donde entro.

-Buena chica...- susurro.

.

El juicio se pasó muy rápido. Era lo mismo de siempre: un juez con mala cara, muchas personas elegantes presentes, todos con la misma cara cuadriculada y de oficina.

Después de un rápido papeleo y de un traslado a una prisión cercana a las montañas me encuentro siendo registrado por un policía.

Estoy desnudo frente a él, sólo frunce el ceño mientras mira mi cuerpo blancuzco.

-Da vuelta.- me ordena. Giro sobre mis talones, dándole la espalda.

Silencio.

-¿Te gusta lo que ves?- pregunto burlón. Oigo un gruñido por su parte.

-Listo.

Me doy la vuelta y recibo un impacto en la cara, el uniforme de la prisión.
Un overol azul oscuro y una camisa esqueleto blanca.

-Mi compañero te guiara a tu celda.- me informa. Me visto rápidamente y camino hacia el hombre al lado de la puerta.

Sin una palabra, el policía me guía por unos pasillos que memorizo rápidamente hasta llegar a una sección "más abierta". Era un rectángulo que constituía cinco pisos, llenos de celdas, según veía.

Frente a mi y junto a las primeras escaleras estaba grabado en la pared "Sección Masculina".

Así que una prisión mixta, nada mal.

En el fondo del rectángulo y donde yo estaba parado habían diez mesas de metal con sus respectivos bancos de metal. Habían hombres por todos lados con sus ojos en mi.

Y lo de siempre: algunos me miraban con sorpresiva repugnancia, otros cuchicheaban con el de al lado y otros me silbaban o me llamaban.

Ignorados todos por mi persona, claro.

Deducía que el rectángulo se extendía más allá de las celdas por el pasillo que quedaba a mi derecha.

Subo las escaleras obedientemente detrás del policía. Y más de una vez palmean mi espalda o prácticamente pegan su rostro a mi hombro para ver mi cara.

"Soy toda una estrella." Pienso sonriendo con sorna.

Entonces nos detenemos en una puerta en el tercer piso, la puerta es de metal grueso, pintado de gris como todo el maldito lugar, y tiene una mirilla rectangular (como todo aquí, por Dios).

El policía me dirige una mirada fría y se va, así sin más.
Los cuchicheos aumentan de volumen, ahora son conversaciones sólidas sobre mi.

Me adentro en la habitación y me encuentro con un camarote simple, la parte de abajo esta ocupada, ya que tiene las mantas desplegadas y hay recortes en la pared.

Miro hacia la parte de arriba, dos mantas sobrias color mierda, una almohada y un cepillo de dientes.

"Que considerados." Pienso sarcástico.

-¿Quien eres?- habla una voz a mi espalda.

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Por fin \._./ el esperado estreno.

Amenme, ah. Iré publicando lentamente debido a que tengo novelas atrasadas. Así que, calma people.

Espero que les guste muchísimo <3

Besos en la nalga derecha.

No Way Out |Woodscest| #CreepyAwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora