♡Capítulo 3: Mujeriego.
Narra Mabel.
Me levante por la vista del sol entrando por mi habitación... ¡Se me había olvidado cerrar las cortinas! Me cubrí con la sabana, realmente quiero seguir durmiendo, pero alguien abrió la puerta...
-¿Qué quieres Dipper? –Pregunté enojada, papá y mamá no se levantaban temprano los domingos y Dipper se levanta temprano para ver maratones de su serie favorita y como todos los domingos que estaba en casa venía a levantarme.
-¿Acaso no piensas levantarte? Son las 9:40 de la mañana, ya despierta dormilona. –Dijo Dipper y yo solo suspiré y quise cerrar los ojos, cuando recordé...
¡Hoy iba a verme con las chicas a las 10:00 de la mañana! ¡Oh rayos! ¡Alarma tonta! ¡Celular tonto! ¡Todo tonto!
-¿Por qué no me levantaste temprano, tonto? –Pregunté desesperadamente, mientras me levantaba y buscaba la ropa que me pondría.
-¿Y yo que iba a saber que te querías levantar temprano? –Preguntó mientras tomaba un poco de su bebida que al parecer era chocolate caliente.
Rico... ¡Este no es el momento para pensar eso!
Agarré unos jeans y una blusa rosa y para acompañarla una chamarra rosa, al parecer hacía algo de frío. Miré que zapatos me pondría, Uhmmm... ¡Igual unos zapatos rosas!
-¿Me prestas tú auto? –Pregunté antes de meterme al baño, un poco desesperada.
-¡Ni lo pienses! –Dijo Dipper ofendido.
-¿Qué? ¡Pero si se manejar! –Dije enojada, ya tenía mi permiso de conducir, ósea... ¿Quién me cree mi hermano?
-Levantaré a mamá y le diré que no quieres prestarme tu auto... Ya sabes cómo se pone cuando la levantamos un lindo domingo. –Sonreí mientras cerraba la puerta del baño.
-¡Bien ganas está! –Gritó Dipper para enseguida escuchar un fuerte golpe de puerta. No creo que eso vaya a despertarlos, pero lo bueno de todo... ¡Es que ya tengo como irme! El chantaje es muy bueno, debes en cuando.
Me bañe lo más rápido que pude... El agua estaba algo caliente, pero no debía esperar a que se entibiara, tenía que llegar temprano...
Aunque eso era imposible...
¡Tonto celular!
Me cepille los dientes, me seque y me puse la ropa, me veía realmente genial.
Salí del baño y me peine lo más rápido que pude, una coleta toda desarreglada, pero me quedaba bien, de todas formas como si a las chicas les importará.
Desconecte mi celular eran las 10:10 a.m., trague saliva nerviosa.
Miré los mensajes y uno de ellos era de Pacifica.
Pacifica:
Te mataré en cuando llegues, esto te sucede por hacerme esperar. –Enviado a las 10:08 a.m.
Suspiré nerviosa, Pacifica daba miedo... Demasiado, pero era una linda persona.
Yo:
¿Sabes lo mucho qué te quiero, Pacifica de mi corazón? ¡Ya voy en caminooooooo! <3. –Enviado a las 10:12 a.m.
Guarde mi celular en la bolsa y baje las escaleras, allí estaba Dipper mirando su serie favorita.
-¡Por favor, si tú no te das cuenta que él es el asesino, realmente eres tonta! –Dijo Dipper mirando la televisión, yo solo reí bajito, demasiado normal.
-¿Dónde están las llaves? –Pregunté haciendo que se sorprendiera un poco.
-En la barra. –Ni siquiera me miró... ¡Obsesionado! Agarré las llaves de la barre y lo miré.
-¿Me das dinero? –Pregunté sonriendo.
-¿No te dio mamá dinero? –Preguntó sin ni siquiera mirándome.
-No me alcanza, ahora dame. –Dije extendiéndole la mano.
-Ash Mabel, no me molestes más. –Saco de su cartera un billete de $100.00 dólares y me lo dio.
-Ya no lo haré. –Sonreí agarrando el billete y guardándolo en la bolsa.- Hasta luego.
-Sí, sí, lo que digas. –Dijo ni siquiera mirándome y diciendo adiós con la mano, yo solo suspiré y salí de la casa.
Bien ahora llevaba buen dinero... Aunque hubiera seguido molestando a Dipper, para que soltará $200.00 dólares, pero lo dejaré así porque voy tarde.
Subí al carro y lo encendí, y después de esperar varios minutos le di en marcha. Ya que si no esperaba unos minutos, Dipper me diría: "El motor no se calienta, espera unos minutos, tonta". Ya me lo imagino diciéndome eso, si quiero a mi tonto hermano, pero tenía razón... Pero ¡Ugh!
Estacione el auto cuando llegue al estacionamiento del café Barletta, le puse el seguro, agarré mi bolsa, baje del auto, cerré la puerta y salí corriendo hacía la entrada del café...
Me iban asesinar.
Pobre de mí.
Mis amigas estaban conformadas por 4 chicas.
Pacifica, Candy, Grenda é Wendy.
Pacifica es la hija menor de los millonarios Northwest, es una chica, algo presumida, arrogante, rubia, pero si eras su amiga, te podía querer demasiado.
Candy es una chica proveniente de familia asiática, usa lentes, suele ser un poco divertida.
Grenda es una chica un poco robusta, fuerte y demasiado valiente, aunque ella suele hacer muchas locuras, sale desde hace 6 meses con el hermano mayor de Pacifica, William.
Wendy es la mayor de nosotras, es demasiado divertida y demasiado sociable, se podría decir que es la más popular de nosotras.
Pero aun así que me quieran demasiado, me pueden asesinar.
Abrí la puerta del café y lo que menos me quería encontrar, allí estaban las chicas frente a mi esperándome con una gran sonrisa.
-Hola chicas de mi corazón. –Dije mientras trataba de sonreír, y miré el reloj que estaba en la pared 10:25 de la mañana, rayos.
-¡Estoy conteniendo mis ganas de matarte, Mabel! –Dijo Pacifica caminando hacía la mesa donde nos sentaríamos y todas la seguimos.- ¡Pero porque me dijiste "Pacifica de mi corazón" te perdonaré querida! –Sonrió y se sentó.
-Pero nosotras no te perdonamos. –Dijeron al mismo tiempo, Candy, Grenda y Wendy.
-¡Eres una impuntual! –Dijo Candy mirándome enojada.
-¿Pero si yo invito los cafés dirán algo? –Pregunté sonriendo.
-Bueno así... ¡Con gusto te perdono! –Dijo Grenda sentándose.
-Igual yo, un café gratis, no todos los días te lo pueden dar. –Dijo Wendy sonriendo sentándose.
-Quiero uno grande, eh. –Dijo Candy sentándose.
Suspiré, de todas formas todas pedirían unos grandes.
-¡Yo igual quiero mi café gratis! –Dijo Pacifica haciendo una mueca.