Si Tu Te Caes Yo Te Levanto

Capítulo 13

Ramón y Rubén cruzaron una mirada. No se caían bien eso estaba visto.
Eva: Venga no estéis así. Ramón, vete a casa a descansar que mañana entre llorar y no dormir vas a estar que ni tus amigos te soportarán.
Ramón: No si nunca me soportan.
Eva: Venga anda, que mañana ya verás como eres muy feliz. Yo me quedo con Nati.
Ramón: Vale.
Ramón se fue por la puerta y Eva empezó a llorar desconsoladamente.
Rubén: ¿Qué te pasa?
Eva: Nati por favor.
Rubén: Eva, me voy a casa, tengo sueño.
Eva: Te necesito aquí, sino sin ninguna de las dos personas que más necesito, me van a encerrar aquí.
Rubén: ¿Por?
Eva: Ya te lo contaré, pero por favor quédate.
Rubén: Vale, me quedo.
Eva: Tía, Nata joder despierta ya.
Rubén: Mi niña, despertará, tranquila.
Eva: Espero que sea así.
Rubén: Venga, seguro que es así.
Eva: Te quiero.
Rubén: Yo no. Yo te amo.
Eva: Mi príncipe.
Rubén: Mi reina.
Natalia empezó a moverse rápido y terminó gritando desesperada, luego abrió los ojos y se la quedaron mirando.
Eva: ¿Estás bien?
Natalia: Si, si, sólo he soñado una cosa rara.
Eva: ¿El qué?
Natalia: Que me caía por unas escaleras y luego apareció Ramón y no se que dijo y luego me besaba y me ha dado asco el sueño y todo.
Eva y Rubén se cruzaron una mirada, Natalia se quedó extrañada.
Rubén: Natalia, te tenemos que decir una cosa.
Eva: Ese sueño era la realidad de lo que ha pasado desde que te quedaste inconsciente.
Natalia: No puede ser.
Rubén: Si.
Natalia se volvió a quedar dormida y no le dieron importancia, acababa de por muchas cosas que no quería y lo dejaron pasar.
Eva: Mi niño, ¿estará bien?
Rubén: Claro mi vida.
Eva: Te quiero.
Rubén: Y yo enana.
Eva: Creo que necesitas saber todo.
Rubén: ¿Todo qué es?
Eva: Pues todo, desde el principio de la historia.
Rubén: No te entiendo.
Eva: Mi padre murió poco después de que yo naciera, mi madre no tenía dinero suficiente para mantenernos a los dos así que decidió que yo me fuera a vivir con mis tíos hasta que mi hermano pudiera ser independiente o tuviera más dinero. Mi madre consiguió más dinero y pude volverme a mi casa, por eso en los veranos visitaba a mis primos. Un año después de volver a mi casa, mi hermano se fue, tenía diecinueve años, justo ese año fue cuando murió.
Rubén: Por eso nos conocimos.
Eva: Si, y gracias a eso estamos disfrutando esto. Por eso no tengo amigos y sois las únicas dos personas que tengo en mi vida.
Rubén: Nunca te haré daño...
Eva: Te quiero.
Rubén: Jamás te dejaré sola.
Eva: Ni yo.
Rubén: Mi amor, eres lo mejor de mi vida.
Eva: Lo que más quiero de la mía.
Rubén: ¿Qué vamos a hacer?
Eva: No lo sé. ¿Nos vamos a casa?
Rubén: Como quieras.
Eva: Voy a dejar una nota y nos vamos.
Rubén: Vale.
Eva escribió la nota y se fueron del hospital, llegaron a su casa ya tarde y se acostaron.

Al día siguiente se levantaron juntos y se vistieron, desayunaron y se fueron a clase. Ramón apareció, se notaba que había estado llorando tenía los ojos rojos e hinchados. Se sentía incompleto, le faltaba Natalia.
Ramón: Eva, ¿qué tal está Natalia?
Eva: Ayer se desperto con una pesadilla sobre lo que pasó en esos momentos. Luego se durmió de nuevo.
Ramón: Buff.
Rubén: Amor mío.
Rubén apareció y abrazaba a su novia, se amaban.
Eva: Mi vida.
Se fundieron en un bonito y tierno beso, en mitad del beso ambos sonrieron, ese momento romántico hizo a Ramón alejarse y encerrarse en un baño a llorar.

Natalia se levantó a las 10 en el hospital y se vio sola, con una nota al lado. Esa nota era de Eva, su letra se reconocía a distancia. La nota decía:
Natalia, supongo que cuando leas esto será por la mañana, no sé que hora, espero que hayas dormido bien. Rubén y yo teníamos sueño y decidimos irnos a casa a dormir. No hemos avisado a tu madre, así que cuando te despiertes avísala mejor, no se vaya a preocupar de más. Mi madre tampoco lo sabe así que no te preocupes. Te quiero, Nati. Chaop, Eva.
Natalia empezó a llorar, Eva tenía su forma de preocuparse y de expresar lo que le importa las personas de su alrededor.

Siento haber tardado en publicar el capítulo, tenía bastantes exámenes y no me tenía imaginación.