♥ Capítulo 19 ♡

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Me despido de Adam con una sonrisa y muy sonrojada luego de que ayer despertara de mi cama muy sorprendido por lo que pasó.

Catherine me mira con la sonrisa más fingida que puedan imaginar y espero a que entre Adam para sacarle el dedo de en medio. Su sorpresa fue tremenda y siguió a Satney para "enfurecerme".

Ya en el limosina, le indico al chofer (cuyo rostro lo cubre una pequeña barrera) la dirección de mi hogar para después ponerme unos audífonos y relajarme.

Las calles pasan y las casas también, las personas parecen desaparecer a los pocos minutos debido a la velocidad de la limosina. Entonces ésta para precipitadamente.

- Me saluda al señor Grow - comenta el chofer.

- Claro, ¿De parte de quién? - le pregunto curiosa por saber su nombre e identidad.

- De parte de Max McBrown

- Seguro, se lo diré.

Fuera del auto, las ventanillas polarizadas no me dejaron ver el rostro del chofer haciendo crecer mi curiosidad.

- Papá - le digo al hombre que admiro al estar frente a la puerta.

- Adam llamó avisando de tu llegada. Además vi tu mensaje. - contesta mientras se acerca.

- Estaré contigo al fin, todo un mes.

- Tenemos compañía. - abre la puerta para que entremos.

Mi sonrisa se desvaneció y rápidamente me imaginé varias cosas: ¿Podría estar su hijo soñado Aarhus Beckett? ¿Una mujer nueva? ¿Un chico nuevo? ¿Familiares?

Camino pensando en más posibilidades pero me encuentro con la primera opción: Aarhus.

- ¿Veniste a ver mis avances del libro o sólo a hablar de Jennifer? - le digo con los brazos cruzados y un poco enojada. Él sólo se levanta del sofá y me pellizca mis mejillas.

- No seas así, necesitaba ver a mi hermana - contesta sonriendo.
Papá se va a la cocina tarareando una canción que desconozco. En vez que me acompañe. Que raro padre tengo.

- Idiota. Tu interés en mis medios no es disimulado. - doy por hecho esta conversación y comienzo otra- ¿Por qué estás feliz?

- Jennifer finalmente me aceptó. - sonríe.

- ¿Cómo no? Si yo fui quién le mostró evidencia de que Óscar la engañaba con muchas. Aunque me dejo en visto.

- Gracias July. - me abraza.

- De nada, además, ¿Quién no querría salir con el chico más "popular, guapo y carismático" -le señalo con mis dedos las comillas - de esta preparatoria?

- Nadie por supuesto.

- Yo. - me señalo con mi pulgar muy victoriosa

- ¡Chicos está listo el almuerzo!- grita papá desde donde estaba.

Ya los tres sentados, almorzando unos ricos huevos revueltos, me acuerdo de la encomienda que tenía.

- Padre, un tal Max McBrown te manda saludos. ¿Quién es? - asiento mi tenedor para esperar su respuesta.

- ¡Vaya! ¿Dónde lo viste? Llevo años sin verlo.

- Es el chofer de Adam. Dime quién es. - refunfuño impaciente.

- Es mi amigo de la infancia. Tiene un hijo de tu edad y recuerdo haber hecho un trato con él: casarte con su hijo.

- Tonterías que hacías papá - reclamo al señor.

- ¿Y por qué no lo hizo? Ahora July no estaría con Adam - agrega Aarhus.

- Porque desapareció un tiempo. Hasta ahora que lo menciona July me doy cuenta.

- Mejor ni le hables que quizás recuerde el trato y me metas en más líos. - amenazo a papá con el tenedor y continúo con mi merienda.

- Estuvo delicioso señor Grow, como siempre. Lástima que esta habilidad no se lo pudo heredar a su hija.

- No te hagas el gracioso porque tu comida no es mejor que digamos.

- Basta, parecen marido y mujer. - sonríe papá.

- En nuestro cadáver. - contestamos al mismo tiempo.

- Yo sólo vine a pagarte por tu misión con Jennifer, además de traer dinero para el libro. Todos pagaron.

- Bien, entonces si sale mal no es responsabilidad mía. Soy lectora no escritora.

- Trato hecho. Toma

Los billetes formaban un monto espectacular pero no se comparan al trabajo físico y mental que es crear un libro.

- Las vacaciones comenzaran y estaré con Adam. - agrego mientras recojo los platos. - exámenes finales me esperan.

- Lo lograras. No eres sabelotodo pero tampoco una inepta. - responde mi padre.

- Gracias.

- Odio interrumpir pero ya me voy. Tengo una cita.

- ¿La primera con Jennifer?

- La segunda - sonríe con satisfacción antes de cerrar la puerta.

Aarhus se marcha ya que le faltaba vestirse y prepararse como toda una mujer. Ambos sabemos que tarda tanto en el baño haciendo no sé qué.

- ¿Podemos ir a Night a cenar? - pregunto a papá.

- Tenía planeado comprar pizza pero como hoy estás conmigo, así que esta bien.

Doy un brinco de felicidad y lo abrazo. Extrañaba sentir protección paternal aunque admito que deseo estar con Adam.

Compro corazones rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora