Me despido de Adam con una sonrisa y muy sonrojada luego de que ayer despertara de mi cama muy sorprendido por lo que pasó.
Catherine me mira con la sonrisa más fingida que puedan imaginar y espero a que entre Adam para sacarle el dedo de en medio. Su sorpresa fue tremenda y siguió a Satney para "enfurecerme".
Ya en el limosina, le indico al chofer (cuyo rostro lo cubre una pequeña barrera) la dirección de mi hogar para después ponerme unos audífonos y relajarme.
Las calles pasan y las casas también, las personas parecen desaparecer a los pocos minutos debido a la velocidad de la limosina. Entonces ésta para precipitadamente.
- Me saluda al señor Grow - comenta el chofer.
- Claro, ¿De parte de quién? - le pregunto curiosa por saber su nombre e identidad.
- De parte de Max McBrown
- Seguro, se lo diré.
Fuera del auto, las ventanillas polarizadas no me dejaron ver el rostro del chofer haciendo crecer mi curiosidad.
- Papá - le digo al hombre que admiro al estar frente a la puerta.
- Adam llamó avisando de tu llegada. Además vi tu mensaje. - contesta mientras se acerca.
- Estaré contigo al fin, todo un mes.
- Tenemos compañía. - abre la puerta para que entremos.
Mi sonrisa se desvaneció y rápidamente me imaginé varias cosas: ¿Podría estar su hijo soñado Aarhus Beckett? ¿Una mujer nueva? ¿Un chico nuevo? ¿Familiares?
Camino pensando en más posibilidades pero me encuentro con la primera opción: Aarhus.
- ¿Veniste a ver mis avances del libro o sólo a hablar de Jennifer? - le digo con los brazos cruzados y un poco enojada. Él sólo se levanta del sofá y me pellizca mis mejillas.
- No seas así, necesitaba ver a mi hermana - contesta sonriendo.
Papá se va a la cocina tarareando una canción que desconozco. En vez que me acompañe. Que raro padre tengo.- Idiota. Tu interés en mis medios no es disimulado. - doy por hecho esta conversación y comienzo otra- ¿Por qué estás feliz?
- Jennifer finalmente me aceptó. - sonríe.
- ¿Cómo no? Si yo fui quién le mostró evidencia de que Óscar la engañaba con muchas. Aunque me dejo en visto.
- Gracias July. - me abraza.
- De nada, además, ¿Quién no querría salir con el chico más "popular, guapo y carismático" -le señalo con mis dedos las comillas - de esta preparatoria?
- Nadie por supuesto.
- Yo. - me señalo con mi pulgar muy victoriosa
- ¡Chicos está listo el almuerzo!- grita papá desde donde estaba.
Ya los tres sentados, almorzando unos ricos huevos revueltos, me acuerdo de la encomienda que tenía.
- Padre, un tal Max McBrown te manda saludos. ¿Quién es? - asiento mi tenedor para esperar su respuesta.
- ¡Vaya! ¿Dónde lo viste? Llevo años sin verlo.
- Es el chofer de Adam. Dime quién es. - refunfuño impaciente.
- Es mi amigo de la infancia. Tiene un hijo de tu edad y recuerdo haber hecho un trato con él: casarte con su hijo.
- Tonterías que hacías papá - reclamo al señor.
- ¿Y por qué no lo hizo? Ahora July no estaría con Adam - agrega Aarhus.
- Porque desapareció un tiempo. Hasta ahora que lo menciona July me doy cuenta.
- Mejor ni le hables que quizás recuerde el trato y me metas en más líos. - amenazo a papá con el tenedor y continúo con mi merienda.
- Estuvo delicioso señor Grow, como siempre. Lástima que esta habilidad no se lo pudo heredar a su hija.
- No te hagas el gracioso porque tu comida no es mejor que digamos.
- Basta, parecen marido y mujer. - sonríe papá.
- En nuestro cadáver. - contestamos al mismo tiempo.
- Yo sólo vine a pagarte por tu misión con Jennifer, además de traer dinero para el libro. Todos pagaron.
- Bien, entonces si sale mal no es responsabilidad mía. Soy lectora no escritora.
- Trato hecho. Toma
Los billetes formaban un monto espectacular pero no se comparan al trabajo físico y mental que es crear un libro.
- Las vacaciones comenzaran y estaré con Adam. - agrego mientras recojo los platos. - exámenes finales me esperan.
- Lo lograras. No eres sabelotodo pero tampoco una inepta. - responde mi padre.
- Gracias.
- Odio interrumpir pero ya me voy. Tengo una cita.
- ¿La primera con Jennifer?
- La segunda - sonríe con satisfacción antes de cerrar la puerta.
Aarhus se marcha ya que le faltaba vestirse y prepararse como toda una mujer. Ambos sabemos que tarda tanto en el baño haciendo no sé qué.
- ¿Podemos ir a Night a cenar? - pregunto a papá.
- Tenía planeado comprar pizza pero como hoy estás conmigo, así que esta bien.
Doy un brinco de felicidad y lo abrazo. Extrañaba sentir protección paternal aunque admito que deseo estar con Adam.
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Compro corazones rotos
Teen Fiction"Un corazón roto es lo peor que te pudiera pasar" July Grow está en contra de ésta idea, ya que gracias a un anuncio en el diario semanal, ella podrá ganar millones de dólares. Sólo tiene que vender su corazón a un hombre totalmente desconocido y...