Pov~Ana.
Esto si que es tranquilidad.
Poder pintar en el parque, escuchando a los pajaritos píar y el agua de la fuente caer mientras las ideas fluyen desde tu cabeza hasta las manos que dibujan lo que tu imaginas. Poder mirar el papel y ver todo un mundo en el dibujo.
Esta es mi gran pasión. Puedo ser callada e incluso un poco tímida pero esto es algo que se me da realmente bien y que me aisla de mis problemas.
-¿Qué es lo que dibujas?-Una voz desconocida me sobresalta y me saca de mis pensamientos. Me giro y veo a un chico castaño mirar con interés mi dibujo.
-Es una chica asomada a la barandilla de la popa de un barco.-Le explico mirando también el dibujo y mordiendo la parte trasera del lápiz.
- Es bonito, me recuerda a Titanic. -Le miro sorprendida.
-¿Tú has visto titanic?-Él sonríe divertido y asiente.
-¿Qué pasa? ¿Por ser hombre no puedo ver ese tipo de películas?-Yo asiento y bajo la cabeza avergonzada. Menuda pregunta, si es que parezco tonta.
Él se sienta a mi lado con total libertad y yo me aparto un poco cohibida. Él lo nota y se disculpa.
-Por cierto me llamo Andrés. -Dice mostrandome su mano. La miro como si fuese un experimento alienígena y el riendo la aparta.
-Yo soy Ana.-Digo volviendo a mirarle.
-Bueno Ana, me encanta como pintas y deberías- Él se calla al oir la melodía de un móvil, le miro y él me señala. Miro en mi bolso y sí, era mi móvil.
-Lo siento.-Me disculpo.-¿Si?
- ¿Ana? ¿Podrías coger el coche de tu padre e ir a buscar a Eli?-Dice Sandy al otro lado de la línea.
- ¿A Eli porqué?-Oigo como suspira al otro lado del teléfono.
-Por que tú amiga es tan poco inteligente que le ha dado por sacarse el carnet de conducir y lo ha conseguido. -Miro un árbol sin terminar de comprender a donde quiere llegar mi amiga. -Pero esto no se queda aquí; Su padre le ha regalado un coche y ella ha decidido probarlo y se ha quedado parada en mitad de la carretera sin gasolina.
-¿Enserio no revisó el tanque de gasolina antes de probar el coche?-Niego con la cabeza. Quiero mucho a Eli, pero a veces parece un poco idiota.-Voy a ver si puedo pero llama a Sean por si acaso. Nos vemos luego. Adiós.
Miro a Andrés y veo que está esperando a que le diga que pasa.
-Lo siento, me tengo que ir. A una amiga le ha surgido un problema y me necesita.-Él asiente y se levanta para darme dos besos. En cuanto siento sus labios presionar contra mis mejillas me sonrojo y en acto reflejo me tapo la cara con el pelo para que él no lo note.
Recojo mis cosas y termino de despedirme de él para ir hacia mi casa a por el coche.
*****************************
-¡Elisabeth Gordon! ¿Tú eres idiota o qué?- Le digo al llegar a la cuneta donde había aparcado el coche. Ella se incorpora del capó donde estaba recostada y me mira.
-¿Lo siento, vale? No me acordé, aparte ya he econtrado ayuda.- Dice señalando al otro lado del coche. Miro hacia allí y veo aparecer una cabeza que me resulta muy familiar.
-Hola ¿Qué hay?-Dice muy animado Marcos, el chico que conocimos en aquell excursión.
-¿Tú le has llamado?-Le pregunto a Eli en un susurro.
-No.-dice ella.- Acababa de llamar a Sandy cuando un coche se paró y pensé que me iban a secuestrar o violar pero por suerte apareció Marcos. No veas que alivio. -me cuenta también susurrando.
-Bueno Eli.- Dice el chico totalmente ajeno a nuestra conversación. -Ya tienes el tanque lleno otra vez, te he dejado una garrafa de reserva pero haznos un favor y comprueba si tienes gasolina antes de coger el coche. -Dice él.
Ella ríe y asiente.-Muchas gracias. -Dice acercándose y dándole dos besos. Marcos se despide y se monta en el coche. Nosotras le vemos desaparecer y entonces me giro para encarar a mi amiga.
-¿Qué raro que justo pasase por aquí no?
-No te montes peliculítas Ana, que nos conocemos. Ha sido simple casualidad. Fin. -Yo la miro y asiento. No creo que sea simple casualidad pero llevarle la contraria a Eli significa perder el tiempo con argumentaciones y necesito ver a Sandy y contarle lo del chico del parque.
Me despido de Eli y montamos en nuestros reapectivos coches en direcciones opuestas. Durante el trayecto intento ordenar mi cabeza para ver que es lo que le cuento a mi amiga. Técnicamente lo del chico no ha sido gran cosa pero necesito contarselo a alguien para ver que opina.
En cuanto llego llamo a la puerta y me abre una Sandy con cara de confusión.
-¿Ana? ¿Qué haces aquí?-pregunta. Yo la empujo hacia adentro y cierro la puerta.
-Tengo que contarte algo y necesito tu opinión.
Hola!! Es corto lo sé, pero no estoy de muy buen humor.
ESTÁS LEYENDO
Mi príncipe Azul
HumorPuede parecer un poco cliché pero ya irás descubriendo la originalidad. Elisabeth llega a un instituto nuevo en el que se encuentra a gran cantidad de chicos guapos, pero solo uno le hará perder la cabeza. Sean es el típico chico popular, hasta que...