-¿Has hablado con el oficial? – pregunte mientras me acomodaba en frente de mi padre.
-Sí, lo he hecho, me ha asegurado que no dejaran el caso pero en cierto modo...- titubea.
-¿Qué? ¿Qué sucede? – digo alzando las cejas.
-En cierto modo – re compara la compostura – me han dejado a entender que bueno... va a ser difícil encontrarla...
-¿Difícil? – pregunto indignado. - ¿Acaso has contratado a los mejores policías de la ciudad?
-Sí, lo he hecho pero tú sabes que estos casos son difíciles de resolver, a veces funciona pero ya sabes...
-¿Tu no crees que la encontraran? – pregunto ante aquella frase sin terminar
-Tienes que aceptar lo que sucedió hijo – dice mi padre – Elena ha desaparecido, tal vez por su propia voluntad no porque le haya ocurrido algo...
-¿Qué quieres decir con eso?
-Me refiero a que tal vez... no quiere que la encuentres – mi padre baja la vista como si no estuviera dispuesto a hablar más del tema como si no quisiera ver mi rostro.
Mi madre tras aquello dicho finge seguir con sus tareas diarias como sentarse a desayunar en silencio. Por un minuto la observo sus rostro mostraba tristeza desde ya que no se esperaba que nada de esto sucediera y en cierto modo yo no me lo imaginaba.
Me levanto de repente y abandono aquella habitación. Noto la mirada de mis padres tras de mí. No estaba preparado para eso, desde luego que no podía aceptar la idea de que ella se haya ido, por su voluntad y no en contra. De que me haya dejado todo por la clase de monstruo que soy y que de alguna manera jamás conocería a mi hijo.
Durante los siguientes días no deje de buscarla. Día y noche estuve buscando, navegando por internet, hablando con su familia, sobre acerca de dónde podía estar. Lo que me sorprendió más aun es encontrarme con que absolutamente nadie de su familia tenía la más mínima idea de donde se hallaba. Al principio pensé que tal vez solo era una perfecta coordinada mentira, que tal vez sabrían la clase persona que era y todo lo que le había hecho a Elena y tal vez nadie querría saber nada acerca de mi.
Desafortunadamente tras una semana de investigación, no la encontré.
Una mañana como cualquier otra, levantándome temprano, desayunando en la casa de mis padres donde había vivido desde aquella vez en la cual Elena me dejo y no la volví a ver más, desde ese entonces mi rutina era siempre igual, levantarse temprano hablar con mi padre acerca de Elena y como siempre, no había noticias. Encerrarme en la oficina de mis padres y buscarla por los más remotos lugares y al fin final del día siempre el mismo resultado. Nada.
Esa mañana algo cambio.
Temprano baja a la cocina donde como todas las mañanas mi padre y mi madre se hallaban allí. Me acomode frente de ellos esperando, esta vez sí, noticias acerca de Elena.
-¿Has sabido algo hoy? – pregunto dejando de lado el desayuno.
Tras un segundo de silencio, un silencio que mi padre no acostumbraba nunca él responde.
-Sí, ha llamado el oficial hoy...
-¿Y? ¿Sabe algo de Elena? – pregunto esperanzado.
Mi padre nuevamente calla, dejando un incomodo sonido en el ambiente, un sonido que no todos los días acostumbraba a vivirlo. En ese momento miro el rostro de mi madre, últimamente, durante todo este tiempo siempre hubo una chispa de esperanza en ella, al igual que yo. En cierto modo ella tenía esperanzas de ver a Elena nuevamente, y a su nieto pero en esta ocasión todo fue diferente. No había esperanza en ella, tampoco lo había en la de mi padre pero aun así... lo había en la mía.
-Elliot, Han abandonado el caso.
Todo se derrumbo, toda la esperanza que tenía también, todo lo que planeaba decirle, lo que imaginaba en un futuro con ella era distinto. Todo eso cambio. Antes me veía todo mi futuro era con ella y con mi hijo, sin embargo ahora era solo yo. Yo con mi soledad. Toda esta semana la había estado buscando pero en cierto modo tenia esperanza en que la policía hiciera mejor trabajo que el mío, que la encontraran pero ahora mi futuro, el de Elena y incluso el de mi hijo quedaba en mis manos, si aun la buscaba o si tal vez lo abandonara todo.
Tras esa desilusión una ola de furia vino a mí. Como un torbellino por todo lo que había vivido. Antes no sentía nada sin embargo y en tal poco tiempo había sentido todo, demasiadas cosas pero eso no me cambio o al menos no habia cambiado para ella aun recordaba sus últimas palabras antes de que ella se fuera, antes de su desaparición, antes de todo.
¡Tú no eres así! – me gritaba.
Pero si era así... lo era es solo que ella no lo quería ver. No estaba dispuesta a admitir la clase de persona horrible que era.
-¿Tan rápido se rinden? – pregunto con ironía e ira.
-No es eso hijo... es solo que... ya le han dado un resultado al caso.
-¿Cuál? ¿Abandonar un caso por qué no son lo suficientemente buenos?
-No... - contesta mi padre afligido. – Han declarado que Elena ha desaparecido por propia voluntad.
Rio, una sonrisa lo bastante amargada y sarcástica ante la situación.
-¡Desde ya! ¡Han decidido el camino más fácil! – me levanto abrutadamente de mi asiento.
-Si ellos no están dispuestos a buscar a Elena y a mi hijo, Lo hare por mis propios medios.
-Elliot... - dice mi madre suavemente – Creo que tienes que dejar todo esto ya, tal vez es como dijo tu padre, tal vez ella no quiere ser encontrada.
En ese instante me vino a la mente aquel recuerdo, aquel último mensaje de ella. Dejándome definitivamente.
"Creo que todo esto ha sido un error, ha sido un error haberte conocido tal como lo ha sido enamorarme de ti, desde luego que todo esto me di cuenta que ha sido gracias a ti. Desde luego nunca quisiste esto y no soy quien para obligarte pero lo único que sé que mi hijo, nuestro hijo él jamás será un error. Asique esta es mi manera de despedirme, no sé si nos vamos a volver a ver, tal vez en un futuro pero no te molestare jamás. Adiós Elliot"
Esa había sido su manera más fácil de dejarme, sin mirarme a los ojos, sin susurrarme aquellas palabras, sino que por un mensaje. Pero aun no quería reconocer aquella idea, ella jamás me menciono en ese mensaje que no quería ser encontrada simplemente se despedía sin desafiar al futuro y es que tal vez el destino no quería que la encontrara...
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Todo de Ella
RandomMiedo a amar, miedo a sufrir. Eso era lo que tenían en común estas dos personas. Una mujer inteligente, dulce y bonita llega a la vida de este empresario millonario quien es egoísta y se alimenta de su propio ego y arrogancia. Tras la llegada de Ell...