Jamás Me Daré Por Vencida -Jesús Oviedo.

Capítulo 8 -Partidos y bromas.

{Jesús y Daniel Oviedo multimedia}

Estoy tumbada en el césped del campo de juego, y el chico del cual no sé el nombre corre hacia mi.

-¿Uno más? -me tapo los ojos con una mano por el sol y lo miro-

-Ya te he ganado, aceptalo niño -digo riendo-

-No me gusta que me llames niño, niña -me guiña un ojo-

-Entonces, ¿como te llamas señor no meto un gol? -digo levantándome y limpiando el uniforme de porrista que llevaba-

-Jesús -sonríe-

-Genial -me doy la vuelta y comienzo a caminar dejando sólo al tal Jesús ese-

Paso por delante del equipo y del entrenador que aún me miran como si fuese la niña del exorcista, pero, solo le gane al chico ese, que les pasa.
Llego hasta las animadoras y me cruzo de brazos manteniendo mi peso en una sola pierna.

-¿Y ustedes no practican? -las miro y detengo mi mirada en Carla que me mira con los ojos muy, MUY, abiertos-

-Ya lo hemos echo- dice una en el fondo-

-Ole tu chocho guapa -le grito desde adelante y algunas ríen y otras se aguantan la risa por Carla que me miraba con asco- ¿Acaso te pasa algo? -suelto mirándola-

-Sólo no te acerques a Jesús, ¿vale? -dice desafiante-

-¿Y si lo hago qué pasa? -digo riendo irónica-

-No querrás saberlo -escupe y se da la vuelta haciendo que todas sus extensiones golpeasen en mi rostro- Y ahora, todas a los vestidores -dice comenzando a andar-

Cómo soy la más rápida al parecer ya he acabado con mis otras dos amigas, estamos ya vestidas, y a punto de salir cuando algo en mi gran ingenio dice que busque la manera de vengarme de esa zorra.

-Esperarme aquí -digo, dejándolas un poco confundidas y salgo a correr-

Voy hacia la cafetería y entro en cuatro patas, gateando, al comedor, donde por suerte no hay nadie, y saco un paquete de harina mediano, sonrío por intuición y vuelvo a correr hasta afuera.
Para mi suerte estas chicas se entretuvieron hablando en las duchas durante 20 minutos, y llegué justo a tiempo.

-¿Que haces? -pregunta Irene al ver que tengo un paquete de harina en mis manos y una cara de psicópata anormal-

-Vosotras salgan, ahora -digo y salen corriendo, porque ya entendieron como sera todo ésto-

Salen todas del baño envueltas en toallas y yo estoy parada en una mesa que había en una esquina, cuando logro ver salir a Carla abro la bolsa de harina y se la tiro encima.

-¡¿Pero qué coño?! -grita riendo y yo salto de la mesa y corro hacia la salida, ella choca con varias ya que no ve nada y cae de trasero al suelo-

-Eres la puta ama -se descojona Sara-

-Corred, antes de que venga a matarnos a todas juntas -río y comenzamos a correr hacia la habitación-

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