Soy un asesino.

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 En una ciudad sin valor, moral ni justicia, cualquiera paga por ver una buena carnicería. Eso lo se muy bien. Respire, no estaba nervioso, pero si muy aburrido, pude oir las voces de los espectadores emocionados por lo que verían, no era mejores personas que yo. Se escucho al presentador anunciar el inicio del gran "acto": "Damas y caballeros ¡el banquete empezara! Para que su experiencia sea más placentera, nuestro show va a comenzar, pagaron y aqui se los entregamos, disfruten por favor ¡De la sangre y sudor de nuestros campeones!".

Se alzó entonces la puerta de la jaula, mi oponente estaba frente a mi, el coliseo en medio del edificio, a la vista de todos los espectadores, no me importaba si era un combate, ya estaba mas que decidido el resultado. Avance, solo con mi katana a paso lento, el que estaba enfrente a mi tenia armadura, imagine que para hacer que pareciera desigual, pude escuchar gritos decir "¡No es justo!" pero los ignore, corrí en dirección a mi oponente, el estaba asustado, pero lo escondía muy bien, sabia quien era yo, Hidesato, quien mata personas, inocentes o no, eso no me importaba, pues yo mato a los monstruos que me ordenen que mate, en este mundo donde los humanos y las criaturas existen, yo soy un depredador al que le pagaban por atacar a su presa, y lo hacia muy bien. Se escucharon alabanzas, el combate termino, yo gane, siempre gano, sali del coliseo dispuesto a exigir mi paga e irme. Camine por los pasillos como si ese lugar fuera mi casa y llegue a la oficina del que me contrato.
-Oh Hidesato, digno de un asesino de tu categoria, hiciste un corte limpio pero espectacular- Dijo una voz ronca de un hombre gordo que apestaba a colillas de cigarro. Era el Señor M.
-Sus palabras y cumplidos solo tendrán valor cuando me entregue mi paga- conteste lo mas rapido que pude para evitar respirar semejante aroma.
-Oh si, si el dinero claro, disculpame, soy algo viejo y olvidadizo...- interrumpio mientras sacaba su nuevo cigarro -Déjame llamo para que te lo traigan- Presiono un botón de su escritorio y sus matones llegaron, odiaba cuando no pagaban y preferían matarme, me ponia de mal humor. Sace mi confiable katana, era obvio que no recibiría mi dinero por las buenas. Comence de derecha a izquierda, uno a uno mis oponentes cayeron, y el Señor M me miro con miedo e imploro por su vida, diciendo todo lo que había hecho por mi, pero ya me tenia cansado con su charlatanería, planeaba cortar su gordo cuello de una vez por todas desde hacía bastante tiempo.
-E-Espera, era una broma, te lo compensare el doble ¡No! ¡El cuádruple! ¡Solo déjame vivir!-
-Gordo, estas en un negocio tan sucio y lleno de rivales, que estoy seguro que tarde o temprano ibas a estar en mi lista de víctimas, mejor me anticipo, sabes, quiero tomarme un descanso- señale con toda la sinceridad que podía ofrecerle.
-Entonces, hazme un pequeño trabajo y podrás descansar amigo mio- De entre las sombras, disparando al gordo frente mio, un hombre que yo no conocia emergió solo para sonreirme, se veía en buena forma, elegante, me dio asco pensar en la fórmula que debía tener.
-Mucho gusto joven Hidesato, puedes llamarme Unmei, y soy tu boleto a la gloria- Dijo de forma clara, concisa y breve, sonreí, me agradaba como hablaba.
-Esto se esta poniendo interesante- fue mi única respuesta.

De haber sabido que pasaría mas adelante, mi reacción y acciones siguientes, tal vez, solo tal vez, hubieran sido distintas.  

Oh my poor goddess.On viuen les histories. Descobreix ara