-¿Có... Cómo? -preguntó sorprendido- ¿De... De verdad me amas?
-Así es. Desde el primer momento que te vi. Desde el instante que vi esos ojazos, esa nariz perfilada, esa personal barbilla, esas mejillas redonditas... Esos anchos hombros y espalda, esos tórridos bíceps -le miré a los ojos-. Te amo Yoel.
Recorrí con mis ojos todo su cuerpo. Empecé por sus pies, que los tenía grandes. Seguí por las piernas, que las tenía fuertes y duras. Un poco más por encima... no quería fijarme pero era imposible no darse cuenta de que su pene estaba también duro y se le marcaba un grandísimo paquete. Aquello me puso a mil e intenté no empalmarme yo también. Seguí por su culo, que lo tenía muy apretado y redondo. Me encantó mirarle a ese rincón. Seguí por su barriga, la cual tenía plana y con unos ligeramente marcados abdominales. Continué mirándole al pecho. Tenía unos pectorales grandes y marcados por su fina y apretada camiseta
-...Te deseo -continué-
-Yo también te quiero, yo también te deseo -me respondió-.
Su paquete seguía intacto, incluso podría decir que más grande. No sabía qué podría estar causando esa excitación por su parte. Igual era que estaba bebido de más que o a lo mejor era que... ¡Oh, mierda! Era yo. En concreto, era mi pene. Que al tener unos pantalones tan apretados, se me marcaba toda la polla porque no estaba colocada como debía de ser. Al ver mi pene y el suyo tan salidos, justo como estábamos él y yo, me puso caliente como un perro y me empalme al 100%.
Yoel, sin pensarlo, se acercó a mí y me besó apasionadamente. Me puso de espaldas contra la pared y me apretó contra ésta. Ejercía presión y notaba su agitada respiración y los latidos de su corazón. También, al acercarse tanto a mí, pude notar como su pene y el mío, ambos erectos, se rozaban y como Yoel gemía. Eso me puso aún más, y empecé a tomar yo las riendas del lío.
-Eh, eh. Relájate. Recuerda que estamos todavía en un bar. Vámonos a casa.
Y así, aún con el calentón y las pollas empalmadas, pagamos y salimos del bar.
-¿Adónde vamos? -pregunté.
-En mi casa hay gente. Tú vives solo, ¿no? -contestó Yoel.
-Así es. Vámonos -le invité encantado-.
Cuando llegamos. Nos sentamos en el sofá y continuamos lo empezado; me senté encima de él, en sus piernas y me agaché y continuamos liándonos. Al estar encima suya, y estar besuqueándonos, se empalmó, por lo que su polla pegaba con mi culo. Al nota su falo tan duro y tan resistente pegar con mi ano, me excité y me empalmé como él, pegando esta vez mi pene contra su abdomen.
-Te conozco desde hace media hora -dijo mientras se levantaba dejándome sentado sobre el sofá-, pero ya has despertado en mí un gran deseo sexual. ¡Quiero follar contigo! -gritó mientras se abalanzaba contra mi marcada entrepierna y me desabrochaba los vaqueros.
- Tío, tío, para. Tengo que pensármelo... porque... soy virgen.
-Imposible -dijo poniéndose de pie-. Imposible que con esa carita, este cuerpito y este pollonsito sigas virgen -bromeó cogiéndome la polla a través de los calzoncillos-. Venga, piénsatelo.
Puse cara de duda unos segundos -Vale, ya me lo he pensado. Follemos -le guiñé un ojo-.
Entonces siguió con lo antes empezado, me besó un poco y se agachó de nuevo y me sacó la polla por encima de los calzoncillos.
-¡Oh! -puso cara de sorpresa al sacármela- ¡Tienes vello púbico rubio!
-Joder, cabrón -me reí-. Me pensaba que dirías algo sobre el tamaño de mi poll... -y sin poder terminar de decir la frase me empezó a lamer la puntita de la polla- ¡Ah! Conque así se siente... Y yo como un gilipollas haciéndom... ¡Oh síi! Haciéndome pajas.
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Folagor. (Gay HOT)
FanfictionNota del autor: Estuve buscando alguna historia gay y hot de Fola pero no encontré ninguna así que bueno, aquí tienen :D Polo, un chico rubio de ojos azules viene a Madrid alejándose de su país natal, Polonia. Así, Polo conoce nuevas amistades y, au...