30- Interesante no, dulce si

1.7K 43 4
                                    

No puedo terminar mi frase, ya que el timbre del piso retumba por todas las paredes. Los chicos se miran entre si y sonríen. Enseguida todos desvían su mirada hacia mí, sin dejar de sonreír. Ninguno se mueve de sus silla, simplemente se me quedan mirando, como si supieran que la persona que ha tocado el timbre es para mí. Aunque mi padre no me ha dicho nada de una segunda caja, es lo primero que se me pasa por la cabeza.

Me levanto de la silla lentamente, sin dejar de mirar a los sonrientes chicos que se quedan inmóviles en sus respectivos sitios. Solo sus cabezas se mueven al seguir mis pasos hacia la puerta. Una vez delante de la puerta, la abro confiada en encontrarme otro señor con una caja en sus pies. Pero en vez de esto, me encuentro un enorme peluche justo delante de la puerta.

-¿¡Fluby!?

Sin pensármelo dos veces, salgo del piso sin importar que vaya descalza y alzo al peluche, despachurrándole entre mis brazos. Huele raro, como a colonia de hombre, pero no es la de mi padre. Antes de que pueda seguir pensando, noto unos brazos envolviéndome que me hacen olvidarme completamente de todo lo que tenía en la cabeza. Unos brazos pequeños y muy blancos que reconozco enseguida, por lo que sin dejar el peluche la abrazo como puedo. Y como siempre, ya estamos las dos gritando de la emoción en medio del pasadizo del bloque de pisos.

De golpe, aparecen unos brazos que nos arrastran a las dos hacia en interior del piso. Oigo pasos alrededor nuestro, pero no puedo ver nada con Fluby y Fiona en mis brazos. Así que deshacemos el abrazo y nos separamos para encontrarnos en la sala del piso, con todos los doce chicos delante de nosotras, mirándonos sonrientes.

-¡No me lo puedo creer, chicos!- Grito de la emoción, lanzándome a los brazos abiertos de DO.

Poco a poco voy notando como más brazos se unen a este nuevo abrazo, quedando todos unidos como una bola en medio de la sala. Cuando lo deshacemos, noto los ojos de alguien clavados en mí. No quiero levantar la cabeza, ni unir mi mirada con él, si es quien yo creo… Mirando hacia abajo me fijo en que aun voy con la ropa de ayer, así que agarro el brazo de Fiona, que esta justo a mi lado, y, disculpándome, la arrastro hacia mi habitación.

Una vez la puerta esta cerrada, me tiro de nuevo en la cama y miro ferozmente a mi amiga.

-¡Mala persona, que eres una mala persona! Y muy imbécil, por cierto.

-Lo se, lo se. ¿Pero esto a que viene?- Me pregunta ella, sentándose a mi lado en la cama. Va vestida, como no, toda negra, o casi. La única parte que no es negra son los pantalones cortos, que son tejanos. Aun así, de ellos salen como un bordado negro a conjunto con la camiseta de tirantes, que es mas corta por delante que por atrás. En ella hay dibujado un infinito con la palabra “peace” escrita en la línea. Y por acabar de conjuntar, va con unas bambas altas con unas alas pegadas a los costados.

Eso me recuerda que antes de ir a Corea, fuimos a comprar. Ese día se las compro, y me obligo a mí a comprarme unas de iguales, para no ir siempre con las verde fosforito. Aunque esta claro que las mías no son negras, si no que blancas y azules.

Sin responder a la pregunta de mi mejor amiga, me levanto y empiezo a buscar la ropa para cambiarme, algo cómodo. Y rebuscando encuentro un conjunto perfecto. Pantalones cortos blancos, con una camiseta del monstruo de las galletas y las bambas que antes mencione. Miro hacia mi amiga, que sonríe al ver las bambas en mis manos. Desvío mi mirada hacia el baño, debería tomar una ducha.

-Sígueme. Y mientras yo me ducho, cuéntame que tal fue estos dos días en los que no me has respondido el teléfono, fea.

-No hay mucho que contar…- Empieza diciendo mi amiga.

-Mentirosa, siempre dices lo mismo y te pasa algo alucinante.

-Bueno... Simplemente que…

Sorprendente "Why are you so serious?" T1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora