Tan impredecible que me dan ganas de leer tu manual, tus argumentos vagan en tren de tema en tema que me pierdo, justo aquí es donde me he quedado y no regresas por mi.
En alguna parte de ti, me he quedado.
Y como piano regresas tocando una nota que me gusta, tus dedos sin rumbo son igual de impredecibles que tú, robando notas, disparando una tras otra, esperando que vuelvas a tocar la nota que me agrada.
Tan impredecible que tus planes residen en la idea de no quedarte, perderte en un café negro sin azúcar.
Pero solo hablas perdida, con mirada en pasados que te buscan, tan impredecible que te quiero, que te odio, que te tomo sin azúcar ¿qué más puedo decirte sin hablar?
Y a medida que las horas colapsan pierdo los sueños donde apareces, con el alma en las nubes y tú sonrisa en la mía.
Si, me aterra la idea de mis dedos corriendo por tu cabello siendo fastidio profuso esperando respuesta de una sonrisa o un gesto de cuestión.Obstinada en seguir con mi juego, e ignoras que me escondo en el tuyo.
Me creía tan capaz, con mi montón de palabras bajadas de no sé qué estrella, pero lo peor es que no encuentro mi lugar, dentro de ti, tampoco soy feliz, no es mi lugar, ni tomar café sin azúcar y aún así me buscas con una sonrisa intacta.