Veintinueve: oportunidad

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No se me ha concedido ni un minuto para recomponerme. Las heridas de mi cuerpo han empeorado y mis fuerzas están decayendo sin demora alguna. No comprendo la rapidez con la que broly me ha dañado y como yo he menguado de tal manera. Aun no logro concentrarme. Siento el cansancio aumentar en cada golpe despedido y como la cólera ya no cabe en mí con cada ataque fallido.

Consigo exterminar a los oozarus que se interponen pero broly no permanece cerca como para atacarlo con seriedad. No desperdicio ni un segundo más y sin retardo acumulo todos mis ímpetus en solo un punto.

Me transformo en súper saiayin.

Un temblor se siente en toda superficie y el estremecimiento de muchos llego a percibir. La energía se esparce en todo mi ser y las heridas sanan temporalmente, el dolor es leve comparado a mis nuevas fuerzas. La emisión de las mismas se hacen presentes a mi alrededor y el nivel de mi ki se nota entre todos. Nuevos contrincantes aparecen y no lo diviso a broly. No queda otra. Primero me encargo de ellos.

-¡maldita sea no podemos acabarlo!- grita enfurecido el soldado a mi lado lanzando seguidamente bolas de ki al oozaru.

-¡cuidado!- advierto al tiempo que lo empujo y retengo la energía expulsada de la boca del otro oozaru. La misma la encapsulo con mi poder y se la lanzo con toda la potencia que me es posible. La recibe abiertamente y el daño no es palpable. La ira solo se dilata.

-¡¿Cómo le cortaremos la cola raditz?- me pregunta impaciente el segundo soldado. No respondo y pienso con rapidez nuestras opciones. Somos tres contra dos. Poseemos la desventaja.

-tú distrae al oozaru de la derecha y tú el de la izquierda- les ordeno elevándome. -y atráiganlos hacia mi dirección- sin desperdiciar los segundos ambos realizan su tarea de inmediato. Mientras tanto reúno todo mi poder en la palma de mis manos y espero el momento indicado. Los oozarus caen en la treta y se avecinan a mi proximidad. A solo centímetros de mi cuerpo libero la bola de ki, la cual impacta contra ellos. Caen inconcientes al suelo pero aún viven.

-¡si!- ambos saiayin chocan las manos en señal de triunfo.

-terminen con ellos- dicto dejando el lugar. Es raro. A pesar de la gran cantidad de energía que perdí me siento en perfectas condiciones para continuar.

La busco entre los saiayin y oozarus combatiendo, entre las bolas de ki y rayos despedidos. La busco con vida y luchando por la victoria de su reino. La busco desesperado procurando salvarla del peligro y hasta dar mi vida por ella.

-vegeta- pronuncia con un hilo de voz. Observo las lágrimas recorrer por sus mejillas mientras mantiene petrificada su mano en el corazón. Kakaroto permanece inmóvil, absorto ante tal acción. Inmediatamente comprendo el origen de su dolor.

-bulma, dime lo que sientes- le pido acercándome a su lado y por primera vez eleva su mirada. La misma me proyecta disturbio y tensión. Me arrodillo al igual que ella y poso mi mano sobre su hombro. Le sonrío sutilmente y asiento mi cabeza indicándole que exprese la sensación.

-siento- se detiene. Respira con gran profundidad y comienza de nuevo. -su...- titubea, no sabe que decir con exactitud. -dolor- dice al fin. No me sorprende su enunciado, lo sospechaba.

-¿te has unido con vegeta?- pregunta incrédulo kakaroto interrumpiéndonos. Bulma le interroga con la mirada, indagante ante la conclusión de su amigo. Luego la desvía hacia mí y de igual forma me observa.

-pero...- aun no atina alguna palabra. Entreveo la zona de su cuello y no descubro ninguna marca que nos afirme nuestras suposiciones. Kakaroto se aproxima a nuestro alrededor.

-bulma si no te ha mordido ¿Cómo es posible?- le aclaro mi duda. Sin apartar su mano del corazón, remueve la otra de su lugar y la sitúa en su cuello.

Eterno Lazo...bulma &vegetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora