Decime qué hago con nuestros restos.
Con todo eso que fuimos, que ya no somos y jamás volveremos a ser. Cómo hago para deshacerme de tanta tristeza fuera de lugar.
Para dejar de pensar en esos días en los que vos y yo éramos pleno fuego,ardiendo amor, y nada lo extinguía.
Ahora las llamas arden pero creo que solamente en mí, y en vez de vestirse de pasión hoy toman la forma del resentimiento, de la pena, de ese sentimiento que me dice que vos y yo, ya nunca dejaremos de arder.
Intenté matarte tantas veces, pero entonces miraba tus ojos y ya no podía hacerlo, aunque creo que vos sí podrías matarme... Y me pregunto qué fue lo que te detuvo.
Yo miro tus ojos y cada fortaleza en mí se hace débil.
No es amor, no puedo definir qué es, y solo vos y tus ojos entienden ese sentimiento.
Sólo vos y yo entendemos por qué aún, después de tantas veces al borde de matarnos, no nos enterramos.
¿Será que ese sentimiento que tenemos al mirarnos solo muera con nosotros? Espero algún día poder mirarte con la misma cara de la indiferencia.
Pero las cosas que pasaron entre nosotros marcaron tanto mi piel que es difícil mirar atrás y verte entre el más vago y recóndito recuerdo.
Fuiste lo mejor y fuiste lo peor,
y creo que eso hará que cada vez que te recuerde se encienda de nuevo ese fuego, que me quema lento y me duele, pero sólo por dentro.
Vos y yo no tendríamos que haber sido. Porque ahora nunca podremos dejar de ser.
