Capitulo Tres:

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Jamás olvidaría aquel día, hace poco habían cumplido 14 años con su hermana y como siempre se probó uno de los vestidos que su hermana, le habían regalado varios para la fiesta y desde que ha había visto abrir los regalos había querido probaselo. Bajaba a la sala con aquel vestido y maquillado, buscaba a su hermana en la cocina para mostrarselo y ella como siempre le decia que era hermosa. Con Sunny se sentia libre, ella era la unica que la trataba como una chica y la hacia feliz.

-¿que diablos haces vestido así?-decia su padre enfurecido al verlo con aquel vestido puesto. Se acercaba a el y lo tomaba del brazo - eres un maricon...sabes la vergüenza que me das - lo gritoneaba y samurreaba mientras lo sacaba de la cocina.

- Papá no le pegues...estábamos jugando, yo le dije que se vistiera así, era una apuesta - mentía la chica para tratar de calmar a su padre, pero este estaba como un loco.

- ¿porque te vistes de chica? Eres un hombre...- le daba un puñetazo, haciendo enseguida que su labio sangraba.

- Porque soy una chica - decia Min enojado y aburrido de ocultarlo mas-Soy una mujer,así me siento...No quiero más usar esas ropas feas.

- ¿una mujer? - repetía y reía -estas loco, eres hombre...lo que eres es un maricon y no aceptaré a ningún hijo así - sin decir nada más comenzaba a golpearlo de una forma brutal, la paliza de su vida.Sunny corrí para defenderlo, pero también se llevaba algunos golpes y empujones. La chica se asustaba al ver a su hermano en el suelo y que este ya lo se movía lo defendía mientras su papá lo pateaba en el suelo. Corría a llamar a los vecinos para que la ayudarán. Tuvieron que separaron del chico que a esas alturas estaba inconciente y llevarlo al hospital.

Min había sufrido muchos daños, pero más que lo físico lo que le dolía era la forma horrible en la que su padre le trataba.
Estuvo varios días en el hospital, poco menos de un mes para recuperarse. La sicologa llamaba a los padres de este para hablar sobre la condición de Min. No estaba enfermo no era raro, sólo había nacido en un cuerpo equivocado. Aunque su cuerpo fuera el de un hombre el tenis claro que era una mujer.

Su padre reaccionaba mal de la misma forma en la que vio a Min vestido de chica, pero su madre solo queria ayudar a su hijo así que seguía las recomendaciones de la sicologa, no le importaba que su esposo no lo aceptará, ella no dejaría que otra cosa mala le pasará a su hijo, casi lo había matado y todo su vida había aceptado que tratará mal a su hijo, no queria que siguiera teniendo aquella vida miserable. Le demandaba y le exigía el divorcio, así era como terminaba aquella relación.

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Cuando Min volvía a casa se preocupaba por los vecinos ya que la mayoría lo había visto vestido así y quizás lo apuntarían como bicho raro. No le hablaba a su padre, su mamá y su hermana lo mantenían alejados de el para que no volviera a hacerle daño.

Tardó un tiempo para que se fuera y los dejará viviendo solos. Después de eso su vida cambió totalmente.

Sunny estaba emocionada más de lo común, casi arrastraba a Min a la casa.

- ¿que pasa? Porque debemos llegar tan rápido? Dijiste que hoy iríamos a comer helado - se quejaba el chico mientras hacia algunos pucheros.

-esto es mejor, te lo aseguró -subía las escaleras rápido y lo llevaba a su cuarto, al abrirlo quedaba sorprendido y no podía evitar llorar.

Aquel cuarto tenía el color que siempre había querido y todo estaba decorado de una manera diferente a como había dejado en la mañana, ahora si parecía el cuarto e una chica.

- te gusta? Mamá lo decoró ...es un regalo- decia mientras la mujer entraba .

- es lo más maravilloso que he visto en mi vida - recorriendo el cuarto -

- aún hay otra sorpresa - decia la mujer adentrándose más y tomando lo de la mano para llevarlo al closet y abrirlo, dejando ver un montón de ropa de chica. - es toda tuya...Sunny me ayudó a elegirla.

- Mamá!! - ahora lloraba mucho más mientras revisaba todo aquel closet y dentro encontraba un uniforme idéntico al que usaba su hermana.- ¿puedo ir así a la escuela? -decia sorprendido

De Azul A RosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora