Salimos de ese lugar y nos fuimos a mi casillero para sacar una blusa nueva que siempre traía por si acaso. Y nos fuimos directo al baño.
- Me puedes explicar que fue todo ese show.
- Qué exagerada Eleonor!!
- Exagerada?! Por favor Elizabeth. Stephen te está echando el ojo y tú solo lo ignoras!!
- Y lo voy a seguir haciendo - respondí enojada.
- Pero, por qué?! Cualquier chica incluida YO daría lo que fuese para que Stephen las mire.
- No Eleonor - a veces ella podía ser muy testaruda - No, porque él piensa que puedo ser una más de sus conquistas que por cierto ha tenido muchas. Y yo jamás, entiende muy bien esto, jamás sería una más de su lista.
-Tal vez él no te quiera como una más.
- Cómo dices? - pregunté absorta a lo que había dicho.
- Creo que ... bah! Hablar de esto contigo es perder el tiempo nunca me harías caso.
- Gracias por tu comprensión- había sonado la campana, tenía que volver a clase - nos vamos?
- Claro.
- Verdad, qué clase tienes ahora?
- Cálculo - respondió con desgano- y tú?
- Baile.
- Ojalá que no te encuentres con...
- Ni siquiera lo pienses - le advertí.
- Bueno nena ya me voy. Ojalá que bailen los dos bien pegaditos -me guiño un ojo.
- Bye tonta. Nos vemos a la salida.
Me fui a la clase de baile al menos era uno de mis cursos favoritos. Entré a la clase todavía no llegaba nadie así que fui a los vestuarios y me puse las prendas adecuadas para bailar. Calenté un poco y llegó el profesor y los demás alumnos entre ellos ... Stephen. Maldije para mis adentros y él pareció muy contento al verme allí.
- Y nos volvemos a ver Elizabeth.
- Pues sí, lamentablemente.
- Ja! - y se alejó hasta los vestidores.
Cuando estuvimos todos completos comenzó la clase. Lo que estábamos bailando es Tango. Y eso lo practicas desde 3ero de sec. Genial - pensé. Yo sabía bailar eso, lo he practicado hace ya 5 años y sabía que no tendría problemas con ello.
- Muy bien todos elijan pareja y comencemos- dijo el profesor.
- Bailamos? - me preguntó un chico de piel morena, alto, fornido, de ojos marrones claros y cabello ondulado negro se trataba de Erick.
No pude negarme.
- Será un placer.
Y cuando todos ya teníamos pareja el profesor puso una música un tanto sensual y provocativa. Ya la habíamos bailado antes asi que ya sabíamos los pasos. Yo bailé (ya más de una hora) como siempre pero no era que Erick fuera mal bailarín nada de eso, pero no lo veía a mi altura y el profesor se dio cuenta.
- Erick - detuvimos la danza - podrías bailar con Nainsha por favor?
Instintivamente volteé para poder ver con quién me tocaría bailar y se trataba de Stephen pero pude admirar lo gran bailarín que es cada movimiento que tenía lo hacía con tanta elegancia, coordinación y pasión que me quedé muy sorprendida.
- No veo el por qué no.
- Bien. Stephen! - él se detuvo y volteó - por favor intercambia con Erick.
- Ya voy - pero no le dijo a él sino a mí.
Caminó hacia mí con todo ese aire provocador y coqueto y cuando llegó comenzamos a bailar me agarró de la cintura y bailamos tal y como lo dijo Eleonor pegados el uno al otro mirándonos fijámente. Ahora sabía con mucha más razón que bailaba de lo genial, de lo estupendo. Nuestros cuerpos se comunicaban a la perfección. Y era tal la impresión de que bailábamos tan bien, que los demás nos miraban perplejos y cuando la canción esta por terminar enrollé mi pierna con la suya y la otra la alcé, de ahí él me dio vueltas me echó hacia atrás yo lo agarré de la nuca y lo acerqué hacia mí y ahora nuestros rostros se alejaban minimamente... y ahí acabó. Todos aplaudieron estaban totalmente sorprendidos. Yo aún podía sentir su respiración agitada y su cabello alborotado le daba un aire totalmente sexy.
- Gran baile Stephen y Elizabeth, los felicito - nos dijo el profesor.
- Gracias - respondimos al unísino.
Y se alejó, todos lo hicieron las clases ya habían culminado. Solo nos quedamos él y yo.
- Bailaste bien- dijo Stephen.
- Tú igual.
- Oye lo que pasó en el refrigerio en verdad discúlpame, estaba distraído.
- No te preocupes, ya pasó.
- Necesito que me perdones - mientras se acercaba hacia mí y me dejaba entre la pared y él.
- Vale te perdono - dije temorosa a lo que podría pasar.
Sus manos rodearon mi cintura mientras me miraba a los ojos.
- Por qué tratas de fingir que no te gusto?
- Porque lo es, tú no me interesas.
- No te creo. No te creo porque cuando miro a tus ojos me doy cuenta que no es verdad. Me doy cuenta que te gusto, pero tratas de fingir que no lo es. Por qué haces eso?
- No tengo porque darte explicaciones. Y entiéndelo NO ME GUSTAS.
- Sigo sin creerte.
- Me vale.
- Veamos que es lo que pasa después de esto.