Recuerdo poco de mi vida, mis recuerdos empiezan desde hace unas tres semanas. Todo olía de maravilla, y siempre tenía a mamá cerca de mí, ella siempre me decía palabras bonitas.
Solíamos dar largos paseos, algunos buenos y otros no tanto. Los humanos pueden llegar a ser muy crueles. Recuerdo cuando muchos de ellos nos gritaban a los dos cosas como - ¡fuera chuchos!-, otros decían, -¡no os queremos aqui!-. Mamá siempre decía que nos les escuchara. Había otros que a mamá le daban cosas para comer y eran amables.
Ella me enseñó a correr, a dar saltitos, a gruñir y a ladrar.
Y ahora estoy andando sin rumbo a la espera de algo desconocido.
