Capítulo 3: Rescate

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Ya habían pasado unos días desde lo sucedido en la ciudad, últimamente estuvimos caminando por todos los alrededores y más allá en busca de información acerca de este extraño mundo de personas con orejas y colas de animales, el resultado... peor de lo que esperábamos, el setenta por ciento de las personas a las que preguntamos nunca habían salido de la ciudad, el veinte por ciento nos entregaba información repetida, y ese diez por ciento restante se resumía en los comerciantes que sí salían de la ciudad pero ninguna información relevante se nos fue dada.

En un día como cualquier otro, salí a talar unos árboles que se encontraban a unos trescientos  metros de la cabaña cuando de pronto escucho un golpe seco y un grito acompañándolo, cuando identifiqué el sonido salí corriendo hacia su fuente ya que sabía cual era.

-- ¡Aria!- grité.

Tardé unos minutos hasta llegar a la puerta de la cabaña que había sido derribada. Entré en la cabaña gritando su nombre pero no tenía caso, nadie respondía, después de mostrarme toda la cabaña encontré un pedazo de papel incrustado en una de las paredes con un cuchillo, la nota decía:

"Querido héroe... A ver si te metes en tus asuntos y no molestas a la gente equivocada, tenemos a tu pequeña hermana, si quieres volver a verla igual que como la viste esta mañana mejor será que vengas aquí y recibas tu paliza, ¿te lo dije no? Me las pagarías"

Era el maldito de la semana pasada, se había llevado a Aria. La nota llevaba adjunta una dirección y... un mechón del blanco cabello de  Aria. Con vehemente ira atesté mi puño contra una de las paredes de madera de la cabaña.

-- Me las pagarán todos, lo juro por mi nombre. -Dije.

Tomé mi parka del perchero y salí por la puerta, el cuervo, ahora un poco mas grade se había posado en mi hombro, con un solo pensamiento en mi cabeza: -Sólo espera un poco Aria.

Corrí hacia el pueblo, y empecé a preguntar a las personas acerca de la dirección, mi expresión asustaba un poco a las personas, pero luego de explicitar el carácter de urgencia lo pasaban por alto. Pasó una hora hasta que pude localizar por fin el lugar, un viejo en frente de una sastrería me dijo como podía llegar hasta ahí, cuando terminó de decir me preguntó:

- ¿Y por qué vas allá con tanta urgencia hijo?.

--Hay alguien al que necesito salvar. -Después de decir esto el viejo no preguntó nada más, nieve empezó a caer del cielo así que me puse la capucha de la parka y seguí mi camino.

Caminé unos minutos hasta el lugar, el cual era una especie de  almacén abandonado, en decadencia. La puerta principal estaba abierta, así que sabía que estaba en el lugar indicado.

Atravesé la puerta y me encontré en un cobertizo viejo, hecho de madera, dejaba entrar algo de luz a través del techo ya que faltaban algunos tablones, ví que en el centro del cobertizo se encontraba una sentada y amordazada Aria, junto al mismo bastardo de la plaza, me adentré en el cobertizo, lo suficiente como para dejar la puerta principal a unos metros de mí.

- ¡Uy! La cara que llevas está de miedo, Bienvenido! Tu eres Trone ¿no? Te estábamos esperando. -Dijo.

(¿¡Estábamos?!)

Cuando me percaté de que faltaban los otros dos era demasiado tarde, y recibí un golpe en mi nuca que me dejó noqueado.

Cuando recuperé la conciencia o por lo menos lo intentaba escuchaba que alguien me estaba llamando, era el mismo tipo de antes.

- Holaa? Holaaaa? Despierta! -Decía mientras golpeaba mi estómago. El golpe hizo que  recuperara la consciencia y me dí cuenta de que estaba encadenado a una pared, arrodillado y con las manos hacia arriba.

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⏰ Última actualización: Nov 21, 2016 ⏰

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