20.Matthew

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Zayn

El Tribunal Supremo de justicia de Nueva York era realmente enorme. Me sentí inhibido al entrar y ver tal cantidad personas por doquier. Un muchacho de traje, quizás tres o cuatro años mayor que yo se dirigió a nosotros. Extendió su mano en forma de saludo a la vez que se presentaba. Su nombre era Matthew. Su cabello era rubio, sus ojos celestes, sus labios finos y largos, nariz pequeña y cejas tupidas.

Nos presentamos uno a uno. Él con una sonrisa, dijo que nos haría un breve recorrido antes de asignarnos al abogado que nos guiará durante la pasantía.

El recorrido no duró más de una hora. Actualmente nos encontrábamos en una oficina con otros tres abogados, uno de ellos sería mi jefe ahora.

- Afortunadamente, yo seré el jefe de uno de ustedes - dijo Matthew sin borrar su sonrisa de ganador - Mi pasante será Emily Grant.

- Qué alivio no tener que volver a oírlo - me susurró Harry al oído mientras Matthew dejaba la oficina junto con Emily.

Mi amigo tenía razón, ese hombre era bastante insoportable. Aunque hubiese preferido tenerlo yo como jefe, pues durante el recorrido lo atrapé mirando a Emily de reojo. De cualquier forma, no creo que la rubia ceda a los encantos del neoyorquino de pacotilla.

Me asignaron a un hombre cuarentón de cabello negro y facciones duras. Era sin duda un hombre que imponía cierto miedo combinado con respeto.

Tal vez para mi desgracia, el sitio dónde iba a trabajar sería el mismo en dónde estaba Emily y el palurdo rubio.

Dios ¿Te importaría alejarme de ella tan solo un día de mi vida?

Con ella presente, no podía ser feliz. Cuando fui al departamento de mi novia, no pude esbozar una sonrisa verdadera debido a la culpa que sentía por solo pensar en esa muchacha. Recordar lo que ocurrió me dolía, pero sentir algo por ella me duele más. Es como si estuviese engañando a Carol con solo pensar. Nunca le he sido infiel a nadie y no quiero hacerlo. Pero ambas parecen estar impregnadas en mi corazón.

No quiero dañar a ninguna. Pero haga lo que haga, así sucederá.

Mi primer trabajo es hacer un informe sobre un caso judicial. Para ello debo investigar y redactar, lo cual consumirá mucha de mis horas. Pero estaba decidido a hacerlo de la mejor manera y rápido, o sea sin distracciones.

Harry

Me asignaron colaborar con la tramitación de un caso contencioso. Mi jefa, la doctora Beatrice, será quién me guie. No es algo difícil de hacer, pero requiere de mucho papeleo. Y eso es, lo que más detesto de abogacía. Por suerte la abogada Beatrice es muy simpática, lo que hará más liviana mi estancia aquí.

Trabajábamos hasta el mediodía, pero luego del almuerzo debíamos volver y continuar hasta las cuatro de la tarde. Después podíamos irnos o quedarnos hasta la hora que deseáramos, como horas extras. Obviamente al día siguiente debes volver y cumplir el horario, pero tendrás menos por hacer si te internaste todo el día anterior en la oficina.

Si bien la idea de tener menos por hacer mañana era tentadora, tuve que rechazarla. Tengo algo pendiente que hacer y no estoy dispuesto a posponerlo.

A las cinco en punto me hallaba frente a la puerta de roble con un tapete adelante que en vez de decir bienvenido tenía escrito en amarillo sonríe. Pensé en que tal vez había anotado mal la dirección o que Carol me había dado la equivocada. No podía concebir la idea de que alguien que en su tapete tiene escrito sonríe en amarillo flúor, pueda ser amigo del antipático de mi hermano.

Dudoso, presioné el timbre esperando que alguien similar a Edward me atendiera. Pero cuando la puerta se abrió, supe de inmediato que estaba en el lugar incorrecto. Un muchacho bastante mayor que yo a simple vista, con el cabello largo al igual que su barba y con una... ¿túnica dorada? Me sonrió y luego frunció el ceño.

Verdades Peligrosas(Zayn, Edward Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora