[Especial 3/??]
–Muy bien novato, ahora aprenderás como son las torturas aquí –Comenzó el de cabellos oscuros guiándolo por el pasillo hasta la celda del "experimento". –Por ahora solo observarás, pero al finalizar el día esa cosa ahora estará a tu cuidado. –Mencionó con burla, Daehyun sintió una ira creciente hacia el hombre por como hablaba de un ser humano, pero tuvo que morderse la lengua y reprimir sus expresiones.
No pasó mucho tiempo cuando ya habían llegado y YongGuk abrió la puerta con fuerza, asustando al pelinegro, que se encontraba en la esquina de la habitación. Se veía peor que el día anterior, con los ojos hinchados y la cara roja, se notaba que no había parado de llorar en ningún momento.
–¿Sabes que hora es? –Preguntó el de voz gruesa al azabache con su típica sonrisa de encías. -Muévete, hay trabajo que hacer.
YoungJae negó bajando la mirada y abrazándose a sí mismo con más fuerza, el rubio pudo observar como las lágrimas volvían a resbalar por sus mejillas.
–¿No has aprendido nada? –Reprendió agarrándole del cuello y obligándolo a levantarse. –¿Debo recordarte por qué estás aquí?
El azabache volvió a negar dando bocanadas en busca de aire y hasta que YongGuk no consideró que estaba lo suficientemente rojo no lo soltó. Cuando finalmente lo hizo, el menor se desplomó, respirando pesadamente y tosiendo.
–Levántate, tu sesión de hoy te espera.
Temblando, el pelinegro cedió, se levantó con delicadeza comenzó a seguir fuera de la celda al más alto, con la cabeza gacha y sin dejar de llorar. Parece que no se percató de su presencia porque pasó de largo sin dedicarle mirada alguna.
El moreno los siguió mientras intentaba controlar las emociones que amenazaban con salir, se sentía enojado con el hijo de puta de YongGuk, triste por el horrible destino de YoungJae, pero sobre todo se sentía frustrado, le frustraba no poder hacer nada por el pelinegro más que sentarse a mirar como su vida se desvanecía de a poco, le frustraba ser cómplice de un sufrimiento que el fácilmente podría terminar.
–¡Oh! –Exclamó Himchan una vez todos entraron entraron a la habitación de torturas. –Mírate, te ves horrible. –Apuntó, YoungJae sollozó. –No empieces con eso. –Lo agarró de las muñecas y lo ató al poste donde había estado cuando lo obligaron a presenciar aquel asesinato, él solo se dejó hacer.
–¿Que será el día de hoy? –Preguntó con diversión el mayor, ladeando la cabeza.
–Muy buena pregunta, Guk. –El castaño sonrió. –Ve a por el látigo.
~~~
No hacía falta mencionar los acontecimiento siguientes.
Lo único que sorprendió en demasía a todos en aquella habitación fue el silencio por parte del pelinegro, lloraba, si, pero en ningún momento llegó a quejarse, solo se mordía el labio inferior con fuerza, acallando sus lamentos.
–Suficiente por hoy. –Fueron las palabras del castaño para que la sesión del muchacho se viera por terminada.
YongGuk arrastró al chico por el pasillo y lo tiró dentro de la celda sin ninguna delicadeza, pero solo hubo silencio por parte del secuestrado.
–Fue divertido. –Intentó provocarlo el de voz gruesa. –Debemos repetirlo pronto.
Con la paciencia al límite, el rubio no pudo soportarlo más, y antes de que pudiera detenerlas, sus palabras brotaban de su boca sin filtro. –Basta, creo que ha tenido suficiente por hoy.
El de cabellos oscuros gruñó en respuesta, pero cerró la puerta dejando al azabache en el suelo, probablemente inconsciente. Se alejaron varios pasos antes de que el de voz gruesa lo empujara contra la pared, acercando su rostro al de Daehyun, este último se sorprendió, pero logró controlar sus expresiones.
–Mira, novato. –Bramó con furia golpeando el concreto a un lado de su cabeza. –Aquí quien manda soy yo, y tú no vienes a darme órdenes ¿Has comprendido?
El rubio asintió sin dejar de mirarlo, su corazón latía rápidamente, pero sus ojos lo desafiaban en silencio. El más alto volvió a gruñir pero se alejó, dándole una última advertencia.
–Hijo de puta. –Susurró el moreno una vez el otro estuvo fuera de su vista.
~~~
Zelo corrió con el maletín de primeros auxilios colgando al hombro, Himchan le había informado que la sesión de aquel día se salió un poco de sus manos, y que probablemente la espalda del azabache estuviera pagando las consecuencias, porque las heridas no sólo se abrieron nuevamente, sino que ahora eran más profundas.
Al llegar a la celda, entró con cuidado. Él pelinegro estaba boca abajo sobre el colchón, haciendo muecas de preocupación, pero parecía estar dormido. Haciendo el menor ruido posible, buscó entre el maletín los implementos para curar sus heridas.
–¿Necesitas ayuda? –Susurraron desde la puerta, el pelirrojo abrió los ojos como platos cuando vio a Daehyun allí, mirando con tristeza la escena.
–Si. –Respondió en un murmullo.
El mayor se adentró en la habitación a paso lento y se arrodilló junto al más alto, moviendo sus manos ágilmente, comenzando a curar al pelinegro.
–Se que eres. –Soltó de repente en un tono de voz bastante bajo, lo que menos quería era ser descubierto por Himchan o YongGuk, y tampoco quería perturbar el sueño del secuestrado, porque aunque sabía que tenía pesadillas, era mejor que no sintiera nada físicamente. –Uppie me lo dijo.
Los dedos del rubio se detuvieron de golpe y se volvió para mirarlo, su rostro no reflejaba expresión alguna, pero por dentro estaba gritando. –Cualquier cosa que te haya dicho, es mentira. –Comentó y continuó con la limpieza en la espalda del chico.
–Espero que esto no lo sea. –Su voz se quebró. –Por favor, yo sé que usted puede ayudar. –Una lágrima traicionera descendió por su mejilla. –Yo no puedo hacer nada, soy un inútil, pero usted es la esperanza que tanto he rogado al destino.
–No sé de lo que hablas, niño.
–Por favor, acabe con esta pesadilla. –Un grito ahogado salió de sus labios. –Ayúdelo a sobrevivir.
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Entre El Dolor De Sus Besos [DaeJae]
FanfictionYoungJae no era un chico de muchos recursos, pero eso no significa que no diera todo de si cuando se trataba de sus estudios, con una beca universitaria que conservar y una madre amorosa a la cual quiere enorgullecer, estudia sin parar para el exame...