El ogro y la voz

El corazón

Un mar de emociones inundaban su pecho, su mente era una tormenta de pensamientos e ideas, le tomó tiempo acostumbrase y coordinar su corazón y mente. Los humanos eran más complejos de lo que se podía imaginar, aunque nunca antes se lo preguntó, que debía hacer?

Fue en dirección donde vio por primera vez ese rostro que tanto le llamó la atención. Y su corazón palpitó tan fuerte y rápido al verla que no podía sostenerse en pie. Que era aquella magia que lo hacía débil ante la mirada de una joven?

Los días y años pasaron y él olvidando su origen se comportaba como uno más de los hombres que habitaban ese pueblo, el pueblo de la joven de la que se enamoró. Y la joven de un bello corazón compartía su vida, sus alegrías y penas. Confiaba en él.

- Es hora – escucho el hombre.

- Eres la voz, te recuerdo.

- Tu estrella está muriendo, volverás a ser ogro – dijo la voz.

- Ahora? Tengo tanto por hacer y tan poco tiempo.

- Dejaras de ser humano, te volverás ogro y nadie te reconocerá en esta tierra. Debes volver a tu lugar antes de que eso pase.

El hombre batallaba día a día con el ogro en su interior, a veces dañaba a la joven sin pensarlo, sin quererlo, como si no tuviera corazón. Como si fuera un ogro cruel y egoísta con cara de hombre. La joven dejó de confiar en el hombre.

El último rastro de hombre que aún sostenía ese corazón marchito le hizo notar que el amor que la joven le dio sirvió para darle una razón para vivir.

Para evitar más daño aceptó todo lo que la joven decidió, era un ogro pero no quería alejarse.