Capitulo 22

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Peeta la vio demasiado concentrada en su comida, pero nada entraba en su boca. El tenedor iba de uno a otro lado de su plato y su mirada de ojos grises no había vuelto a brillar. Solo paso un día y toda la alegría que parecía tener ayer se desvaneció.

En la mañana, al despedir a la familia Odair, Lily había llorado al darse cuenta que tenían que irse y luego la siguió Luke. El señor de esa casa, sabia por Finnick, que Katniss había sido de gran ayuda a Annie con sus hijos, pero no sabía cuan significativos eran los niños para ella, o cuanto ellos la querían.

-¿ira a la ciudad hoy?-le pregunto tratando de que quizá se distrajera con algo más.

-si-le contesto simplemente sin dejar de mover la comida de su plato.

-¿ira al orfanato?-ella asintió probando un poco de pollo, él pudo largar un suspiro al verla comer-Katniss...-la llamo, ella levanto su mirada gris de su plato de comida y lo miro- podríamos volver a la ciudad- pareció pensarlo- quizá conseguir una casa, no vivir con tío Haymitch y Effie.

-¿usted no tiene que trabajar aquí?-le pregunto ella creyendo imposible esa opción.

-sí, pero podría viajar solo yo-le ofreció.

-¿y Prim?-pregunto mirando un momento a la pequeña que estaba entretenida hablando con sus hermanas, volvió su vista a él- ella no lo vería nunca, prefiero viajar cuando se pueda-negó y sentencio resignada.

-iré con ustedes hoy-le comento el concentrado en cortar su pollo, ella lo miro mientras comía, no pregunto nada pero Peeta se imaginaba que querría hacerlo- tía Effie va a matarme si paso tanto tiempo sin ir a verlos-Katniss asintió.

El señor Mellark tenía otros motivos por los cuales querer ir a la ciudad además de ver a sus tíos, desde la noche anterior decidió ser más atento con respecto a la vida de Katniss, sabía que en el pasado ella no era la única que parecía más cómoda con ignorar, sino que él tampoco había hecho nada para saber que hacia ella, eso debía cambiar, de lo contrario el problema en el que se había metido empeoraría con el tiempo.

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Katniss paso de tener miedo a sentirse extraña al estar cerca del que era su esposo, estaba confundida con su forma de actuar, pero además en ese momento se encontraba apenada.

Las veces que él visito el orfanato lo hiso prácticamente obligado por su tía Effie, aunque...en realidad ni antes, ni ahora mostro enojo o fastidio al tener que visitarlo, sino que parecía curioso por lo que ese lugar significaba.

Así como él se había ofrecido a mostrarle los viñedos, pensó que de manera recíproca ella debería de remendar la última visita que él tuvo en ese lugar.

Al entrar a la gran casa que funcionaba como hogar de niños huérfanos, Peeta volvió a mirar las paredes adornadas por dibujos y pensó que todo permanecía tal y como él lo había visto hacia un tiempo.

-si quiere...-hablo Katniss, él desvió su mirada de las paredes a ella- si quiere, puede venir conmigo o puede ir con Rue y Prim-las niñas pasaron a su lado corriendo con destino hacia el gran patio, él volvió a mirarla.

-creo que esta vez tendré que ir con usted-sonrió ligeramente a lo que ella asintió aun reacia a devolverle la sonrisa, caminaron hasta la puerta que las niñas atravesaron y en el patio efectivamente además de los niños de la casa estaban las hermanas que se encargaban de cuidarlos.

La mujer mayor que los recibió la primera vez, se acercó a recibirlos de nuevo.

-preciosa...- la anciana la abrazo fuerte- trajiste a tu esposo hoy-cuando se separó miro sonriente a Peeta, se acercó y también lo abrazo, él se sorprendió ante el gesto- es tu segunda visita... ¿Peeta?-miro a Katniss asegurándose del nombre del señor Mellark, ella asintió, volvió a mirarlo- es como si fueras un hijo más desde ahora, ¿no te molesta?

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-no, claro que no-estaba un poco impresionado todavía por cómo fue recibido pero nunca le habían gustado las formalidades y lo cierto era que se sentía más cómodo si se dirigían a él solo por su nombre de pila.

-pasen-los invito la hermana- estábamos preparando el té justamente- les comento mientras se dirigían a una mesa larga en medio del patio.

Cuando se acercaron otras monjas saludaron primero a Katniss con gran cariño y a él de la misma manera, como si el amor que sintieran por ella se trasladara inmediatamente a ese señor por ser su esposo.

-¡Katniss!-escucho ella a sus espaldas y giro inmediatamente al reconocer la voz de Rose que se acercaba corriendo, se inclinó para poder recibir su abrazo, la niña colgaba de sus hombros mientras miraba al hombre que estaba a su lado- ¿Quién es él?-le pregunto en un susurro, cuando se separaron, Katniss miro a Peeta.

-él es el señor Mellark-lo miro.

-ella es Rose-se la presento a él.

-solo Peeta está bien Rose-le dijo a ella con una sonrisa, mientras veía como la pequeña se mostraba curiosa en mirarlo pero al mismo tiempo tímida aferrada a las faldas de Katniss, cubriéndose con ellas.
-saluda al señor...-Katniss se dio cuenta de la timidez de Rose y también de como él la miro cuando lo volvió a llamar señor, apretó la mano de la pequeña dándole fuerza y a la vez se corrigió- saluda a Peeta ¿sí?-no se podría saber quién estuvo más sorprendido al escuchar el nombre, si él o ella misma, miro a Rose tratando de no darle importancia.

La niña se descubrió un poco de la protección de la señora Mellark y con la confianza que sus manos aferradas le daban se acercó.

-es un placer conocerte al fin Rose- dijo él tomando la mano de la pequeña y depositando un rápido beso, una sonrisa se formó en el rostro de esa niña, en el mismo momento en el que un gris diferente pero no tan diferente volvía a cruzarse con el azul. Peeta hubiese mentido si no admitiera que esa tímida sonrisa o esos ojos no le recordaban a alguien, desvió su mirada hacia su esposa de nombre que contemplaba el primer acercamiento-Katniss ha hablado mucho de ti-le informó, Rose miro a Katniss y ella le sonrió... ahora él podía acordarse a quien le recordaba esa sonrisa, pero a la vez le parecía imposible, que dos personas se parecieran tanto y no llevaran la misma sangre.

-¡Rose!-escucharon la voz de Rue y Prim legar a saludarla, la niña confiaba más en ellas pero aún era un poco reservada- Katniss-Rue miro a su hermana- las rosas, las rosas se han marchitado.

-¿las que están atrás?-le pregunto su hermana mayor a lo que Prim asintió.

-¿podrías ir a arreglarlas?-le pregunto la pequeña Mellark con entusiasmo a lo cual la esposa de su padre asintió, pero al dar el primer paso recordó que el padre de la niña que planeaba seguir sin más, estaba a su lado-papá, tú también tienes que venir, así aprendes-Prim tomo del brazo de su padre, no hubo necesidad de que Katniss tuviera que cumplir con la incómoda tarea de volver a pedirle que la siguiera, solo pudo escuchar una ligera risa de ese hombre a sus espaldas.

Las niñas le enseñaron el terreno en el que la rosas casi sin vida yacían y se distrajeron jugando mientras ella inspeccionaba el lugar.

-o cree que van a morir no importa lo que haga, o de verdad no le gustan las rosas blancas-aseguro Peeta a la vez que ella lo miraba, preguntándose...

-¿Por qué dice eso?-él estaba demasiado seguro de lo que decía, su única explicación fue señalarse el entrecejo.

-cuando no le gusta algo no tiene contemplaciones en no demostrarlo-le explico él, ella dejo de fruncir el ceño y entendió el porqué de su seguridad. Era verdad, su cara nunca había aprendido a disimular.

Libertad (FINALIZADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora