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Alana entra en un baño y cierra la puerta, el pestillo está roto así que se apoya en la puerta y agacha la cabeza.
'Huérfana'
Aún le dolía que le dijeran eso, a pesar de que tratara a todos los gilipollas del grupo de Claudia con indiferencia le dolían las palabras. Echa muchísimo de menos a sus padres, ojalá estuvieran allí, para defenderla de todos. Nota las lágrimas caer por sus mejillas, que cuando llegan a su boca, nota la sal.
"Sé fuerte Alana" se dice a sí misma. "Eres más fuerte que ellos". Sí, era verdad, pero cuando nombraban a sus padres la fuerza le abandonaba.
-¿Alana?
Reconoce la voz, y respirando hondo y secándose las lágrimas sale del baño.
-Hola Verónica.
Verónica es su amiga. La mira y acto seguido se alegra de tenerla en su vida. Es bajita, pelirroja con gafas y pecas, con una nariz diminuta. Alana la veía muy guapa, aunque los chicos no se fijaban en ella porque era rarita, se vestía de colores muy vistosos y siempre llevaba accesorios extravagantes. Aunque para ella eso no era un defecto, por lo menos no era igual a todas las chicas.
-He visto lo que ha pasado ¿estás bien? Oscar es un gilipollas.
-Sí, tranquila. Solo que no me esperaba que el primer día me sacara el tema del accidente.
Verónica la mira con cara comprensiva, Alana nunca hablaba con nadie del accidente, pero era un pueblo pequeño y todo el mundo se enteró de lo que pasó.
-Venga va, vamos a casa. Mañana será un día muy largo y muy aburrido.
Salen y se encaminan hacia la puerta de entrada. Ven al grupito en el aparcamiento con los coches, pero ellas se van por la otra parte del instituto, hacia casa.
-¿Y quién es ese chico? -Dice Verónica.
-Ni idea,creo que es nuevo en el instituto.
-Seguro, le hubiéramos visto antes. Es muy guapo-Le mira- y te ha defendido.
-Ya. -Dice con indiferencia.
Verónica no dice nada, sabe que con Alana había que ir poco a poco, que le costaba abrirse y confiar en los demás y aunque se conocieran de hacia años, sabía que había una línea que nunca conseguiría pasar hasta que Alana superara lo del accidente.

Llegan al desvío dónde siempre se despedían y prometiéndose hablar esta noche por teléfono cada una se va hacia su dirección.
Alana se pone los cascos, aún le quedaban unos diez minutos para llegar. Le gustaba ir a casa caminando porque así, cuando llegaba su tía estaba haciendo la siesta y no le molestaba. Aunque ese día aun era muy pronto, no había pasado ni el mediodía. "La tendré que soportar"
Llega a casa y ve que su tío esta cortando leña, deja la mochila en el porche y va hacía él.
-Hola tio! -No hay respuesta pero ella eso ya lo sabía. -Te ayudo a llevar la leña al granero. La verdad es que no quiero ver a la tía -Ve que su tío sonríe. Aunque estuvieran casados de hacía años no se llevan nada bien, pobre tío, esa mujer le está amargando la vida sin importarle una mierda.
Alana empieza a coger la leña del suelo y cuando le pesan los brazos decide ir al granero. Cuando entra ve el montón de leña que había preparada en un rincón, el tío se estaba preparando ya que las noticias decían que iba a ser un invierno bastante frío. Y la tía era muy friolera, cuando ponía la chimenea su casa parecía un horno, aunque por suerte su habitación que estaba arriba del todo y en la otra parte de la casa se mantenía más fresca, permitiéndole no morir de calor.

Estuvieron una hora trabajando en equipo, uno cortando y la otra dando viajes al granero con la leña. Cuando no había mucha leña, Alana le contaba como odiaba a Claudia a su tío y aunque este no dijera ni una palabra, ella sabía que le escuchaba y que le hacía gracia ya que a veces sonreía y la miraba.
-A comer! -Dijo su tía desde la puerta del porche.
Terminaron de colocar el último montón de leña y se fueron a la casa. Fueron al baño a lavarse las manos y mojándose el uno al otro se fueron por fin al comedor. Su tía ya se había servido y estaba comiendo.
-Sois unos lentos. Como se nota que sois família.
Su tío y ella se miran, algun día iban a asesinar a esa mujer. Se apartan y empiezan a comer ellos también.
-Alana, he hablado con el señor Hood y me ha dicho que la has liado de buena mañana. ¿El primer día?
-Claudia me ha hecho la zancadilla y me he caído, no ha sido mi culpa.
-Siempre tienes excusas para todo, Claudia es una chica responsable, nunca haría tal cosa.
"Te odio"
-No me mires así, sabes que tengo razón, yo siempre tengo razón. -Y enciende la televisión y les ignora.
Alana aprovecha que no está mirando y le saca la lengua, su tío se ríe pero se pone a comer cuando su mujer se gira con cara de pocos amigos hacía ellos.
Su tía tiene muy buena relación con el señor Hood, que es el director de su Instituto y también el padre de Claudia. Cuando Alana se mudó con ellos, a su tía le sobró tiempo para contarle todo a él, y así creía ella que se había enterado todo el pueblo.

Termina de comer y recoge la mesa con su tío, su tía ya estaba roncando en el sofá. Le tocaba limpiar los platos, se pone los cascos y empieza con la pila y el montón de cacharros que había.
Empieza a sonar Me de The 1975. Le encanta esa canción... comienza a canturrear por lo bajo, haciendo su tarea más llevadera.
Cuando termina, mira el reloj y ve que son las cuatro. No tiene sueño así que coge su chaqueta y sale a dar una vuelta, ve a su tio leyendo bajo el sol y se despide con la mano.

Empieza a subir cuesta arriba, su casa no está precisamente en el centro del pueblo, está más apartada, a una media hora. Alana lo prefiere así, más tranquilidad, por allí puede pasear sin que nadie le moleste. Aunque más arriba de su casa no hay mucho, solo bosque.
Alana empieza caminar fuera del camino, y piensa que aún le queda nueve meses para seguir aguantando a esos idiotas. Este es su último año en el Instituto, luego tendría que ir a la Universidad. Quería estudiar arqueología, siempre le había gustado esas cosas de descubrir y la historia. Empieza a pensar que universidades podía ir, ya que no tiene suficiente dinero así que el verano siguiente tendría que trabajar mucho.
-No deberías caminar sola.
Alana se gira asustada dando un salto hacía atrás, estaba tan concentrada en lo suyo que no se había dado cuenta de que el chico de pelo negro estaba sentado en una roca gigante.
-¿Qué haces aquí? -Le preguntó furiosa. -¿Me has seguido?
-¿Seguirte? -se ríe pero solo dura un minuto, luego la mira serio. - Puede. ¿Que pasa si lo he hecho?
Alana se pone nerviosa, una persona normal habría dicho que no, que también había salido a dar un paseo.
-Eso es de acosador.- dice y mira hacia su alrededor, tristemente se da cuenta de que no sabe dónde está.
-Te has perdido -Se vuelve a reír y Alana le mira furiosa. - Bueno, no. No te estaba siguiendo, yo estaba aquí antes de que tú llegaras.
Alana no dice nada, solo le mira. "Es muy guapo el condenado. ¡Alana! Piensa cómo ir a casa"
-¿ Te ayudo?- Le dice el chico sonriendo.
-No hace falta- Dice orgullosa.
-Entonces te seguirás perdiendo y se te hará de noche.
- No tengo miedo.
-Uf... ¿Una chica dura? -se miran - de acuerdo, mira, yo te ayudo a encontrar el camino principal y luego tú te vas a casa solita.¿Vale?
Alana lo piensa por un momento ¿Puede confiar en él? Esa mañana le había ayudado, y parece majo...
-Vale.
El chico sonríe aún más "Oh, tiene hoyuelos". Se acerca a Alana y juntos pero con una distancia de seguridad impuesta por ella empiezan a andar. Al principio Alana está tensa, aunque el chico le diera confianza, ella nunca confia plenamente en nadie.
-¿Cómo te llamas? -Le dice él.
-Alana y tú?
-Jack, encantado- y le ofrece la mano ella se la da y nota un escalofrío en todo el cuerpo. Él también lo nota.
-¿Como Jack El Destripador?
Se miran por un momento y empiezan a reírse.
-Gracias, es el halago más bonito y original que me han dicho.
-¿Lo consideras un halago?
-Sí, ¿te digo el por qué? -Alana asiente. - Porque a partir de ahora cada vez que escuches, leas o veas algo de Jack El Destripador te acordaras de mí.
Alana se queda muda, le estaba mirando intensamente. Por una vez se ha quedado sin decir, es la cosa más absurda que había escuchado nunca, aunque sabe que tenía razón.
-¿No te habré asustado, no?
-No, estaba pensando que tienes razón. -Le sonríe. -¿Eres nuevo en el pueblo?
-Vivo por aquí, mi família tiene una casa de hace años y he decidido mudarme para acabar aquí el instituto. Antes venía algunos veranos o temporadas, aunque hacía mucho que no venía.
-Espera, ¿Vives solo?
-Sí, cuando quieras ver mi casa avísame - y le guiña un ojo, Alana se pone colorada y mira para otro lado. -Era broma tranquila -y se ríe.
-¿Cuantos años tienes?
-400-le mira serio, pero ella le mira mal, sin creerle.
-Pues te conservas muy bien.
-Gracias, hoy en día con las cremas que hay, comer sano y hacer deporte es lo que tiene.
- Uf jajajaja. Eres vendedor de alguna crema?
-No, pero seguro que si lo fuera te acabaría convenciendo de que compraras una o dos.
- Quién sabe, puede que no comprara.
Se quedan mirando y Alana nota una tensión entre los dos, pero no era incómoda. Se da cuenta de que ahora está mucho más cerca de él, sus brazos se tocan. Jack le sigue con la mirada y le sonríe "otra vez los hoyuelos"
-Bueno, ya hemos llegado. ¿Sabrás llegar a casa?
-Sí, tranqui. -Aunque por una extraña sensación no quiere separarse de él y reconocer eso le asustaba.
-De acuerdo, si tienes algún problema grita -Le dice serio- hasta mañana.
-Vale, gracias Jack. Hasta mañana.
Alana se gira y sigue el camino hacia su casa, Jack la mira desde su posición y en vez de irse a su casa, empieza a seguirle.
Hasta cuando Alana no llega a casa, Jack no vuelve a la suya, sabiendo que ya está segura mira a los alrededores y da media vuelta.

Déjame caer. "Los secretos de la Noche".  #wattawardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora