Capítulo 9: "Mi querida vampiresa".

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Me encontraba en mi habitación, acostada en mi cama, pensando en todo lo que había ocurrido esta noche, y la verdad no tenía sueño. Después de subirnos al auto, Alex solo me miraba y suspiraba, yo no mencionaba nada, solo miraba a través de la ventana. Ya estaba cansada de todo lo que había sucedido hoy y sabía que así me arrodillara en frente de Alex, no lograría nada.

Mi única fuente de información en este momento era Evan, y sabía perfectamente donde lo podía encontrar, pero una parte de mí no quería demostrarle tanto mi interés.

Traté de cerrar los ojos para descansar un poco y poder mañana buscar una fuente de solución a este problema, y es que nosotros los vampiros en si no tenemos necesidad de dormir, pero hay tiempos en los que no tienes nada que hacer en la noche y buscas una forma en la que el cansancio llegue a ti y generé un poco de sueño en tu organismo para así poder matar tiempo.

Y al parecer esta noche no iba a lograrlo.

Así que me puse de pie en mis pantuflas de oso.

Si, demasiado infantil, Lo sé.

Salí de mi habitación y caminé hasta la planta baja, entré a la cocina en busca de algo de comer, encontré un yogurt, lo tomé y lo destape con mis dientes. Lo curioso era que la mayoría de los alimentos que habían en esta nevera tenían sangre, eran como productos especiales para los vampiros.

Y luego sentí unas manos rodear mi cintura, haciendo que yo tirará de mi codo hacia atrás y le pegará en el estómago.

—¡Ay! —se quejó, un momento... esa voz. —Siempre tan brusca - encendí la luz para ver con mayor claridad a Louis quejarse del dolor.

—Entonces deja de hacer eso —reí —además ¿cómo diablos has entrado?

—Tengo mis trucos —se puso derecho —quería verte.

—Ya me has visto —sonreí —puedes irte.

Rió, Louis no era mala persona, solamente que su primera impresión no había sido la mejor ni en el mejor momento. A nadie le agradaría saber de un día para otro que estas comprometida y que te casas en un mes.

—Sé que no me presente de la mejor manera —se rascó la nuca —quisiera hacerlo bien.

Bueno, no tengo nada que hacer, no me quedaría mal hacerle unas cuantas preguntas a Louis para tal vez conseguir un poco más de información.

—¿Entonces responderás cualquier inquietud que tenga? —pregunté.

—Pues eso, creó —sonrió.

Ok, Grey debemos de aprovechar esta oportunidad.

—¿Porque estamos comprometidos?

—Ya te dije —tomó asiento en la encimera —tu padre y mi madre se casaron, yo siempre te buscaba pero tú me ignorabas, pasaron los años y a mi madre se le ocurrió la gran idea de comprometernos y pues aquí estamos.

—Uhm ¿tu madre?

Asintió.

Esto no es tan bueno.

—¿Cómo nos conocimos?

—Por medio de mi madre, ella planeó que tu fueras a nuestra casa y ahí te vi.

Al parecer su madre era la culpable de todo, aún no la conocía y ya me caía mal.

Tenía que buscar una forma de preguntarle algo que llevara hacia otra cosa, de una forma indiscreta, pero por el momento no se me ocurría ninguna pregunta normal que llevara a algo "fuera de lo normal", y bueno, el olor de su sangre seguía siendo igual de asqueroso, pero no podía llegar y decirle así:

Grey. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora