Thiago, es un chico muy amable y agradable, con todos y sin excepción alguna, siempre he admirado su forma de ser; la manera en la que defendía a las mujeres de los babosos del colegio, era totalmente encantadora, tenía una forma peculiar para referirse a su madre, siempre tan caballerosa y respetuosamente.
Ambos estamos en la misma clase y debo confesar que mis amigas suelen hacerse ideas de que él y yo seremos una linda y hermosa pareja algún día, pero yo solo sentía afecto y una gran admiración por él.
En las noticias pronosticaron el clima de hoy como lluvioso, sugirieron que deberíamos usar: paraguas, abrigos e impermeables, ya saben, accesorios antilluvia.
"¡MAL TIEMPO para la urbe que amaneció con lluvia y frío!" dijeron los engendros que se hacen llamar reporteros del clima.
¿Mal tiempo? Definitivamente están muy equivocados. Soy amante de los días lluviosos, nublados o simplemente "deprimentes" para algunas personas, me encanta sentir esa paz y tranquilidad que logran darme esos tipos de días, nada mejor que un día con lluvia, como para poder tomar una buena taza de café.Era la última hora de clase y el maestro Rivers estaba indispuesto de salud, por lo que tuvo que estar ausente en su clase, y teníamos tiempo libre pero, como mi colegio era demasiado estricto, no podíamos salir del aula y más aún con la lluvia que se presentaba. Mientras esperaba a que termine la "clase", me asomé a la ventana de mi aula para observar a mi querido amor platónico, lástima que siempre será eso y nada más. Leo, es uno de los jugadores del equipo de fútbol; alto, cabello castaño, el cual siempre lo mantenía bien peinado, ojos lindos color avellana y una hermosa sonrisa, así era como los elegía, no me interesaba conocer más allá de eso, ni sus gustos, ni sueños, ni miedos, nada, yo me inventaba todo, pensaba que así todo sería más fácil, y de esa manera no estropeada nada, ya que solía hacerlo muy amenudo.
Lo miraba desde mi aula como todos los días, y me imaginaba cómo sería sentir alguna vez sus labios o, cómo sería su voz, seguí imaginando cosas sin sentido hasta que sentí a alguien detrás de mí que me rodeaba con sus brazos. Thiago, me mantenía junto a su pecho, mantenía en su rostro una sonrisa de oreja a oreja y como siempre, no sabía qué hacer, de hecho tampoco sabía porque no lo había empujado de inmediato, así que nos quedamos ahí por un buen rato y en silencio, lo único que se escuchaba, eran los chillidos que hacían mis amigas, como si estuvieran presenciando una escena súper romántica, dementes, capaz y ellas planearon todo esto.
Pasaron unos minutos y fui salvada de ese incómodo momento por la campana que nos recordaba la hora salida, en ese momento lo alejé y me despedí como si no hubiera pasado nada. Aquel día pensé tanto en aquella escena, pero lo ignoré por completo, no quería ni imaginarme que estaba empezando a sentir algo más que una simple amistad por Thiago, era algo ilógico, imposible, jamás sentirá nada más allá que una amistad por él. ¡jamás!.
ESTÁS LEYENDO
Lo que nunca supiste de mi.
Short StoryHopy es una adolescente que diariamente tiene una lucha contra todos sus miedos, pero hay uno que la atormenta más y no le permite acercarse a las personas que realmente quiere, con el tiempo aprendió a elegir a sus amigos y a quererlos, aunque se l...