~Our Promise~ [CANCELADA]

Capítulo 14: Si hablamos demasiado, la verdad se vuelve borrosa

Estas ya no son horas para estar escribiendo o actualizando, pero son pequeñeces que no interesan XD Por ahora solamente me queda decir que cuando la mala suerte aparece, no se suele ir tan fácilmente y creo que ahora sí se armara la gorda :D

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Ambos habían entendido a la perfección el contexto de sus palabras. Ambos eran incapaces de mirar algo que no fuera ella mientras se mantenían a la expectativa de lo que sucedería en cuanto el silencio creado entre los tres se desquebrajara por completo.

Él tenía sus motivos para permanecer en la Séptima Familia y estaba dispuesto a hacer todo lo necesario para poder acceder a un puesto más grande que ser un mero subordinado o la mano derecha del futuro jefe. Incluso en sus planes estaba ella como el medio más directo y eficiente para ostentar un puesto privilegiado. ¿Pero cuándo se imaginó que esa oportunidad se presentaría tan prontamente y sin tener que hacer absolutamente nada?

Aunque cuando se ponía a pensarlo fríamente, ¿cuál era la razón por la cual ella había proclamado un enunciado como ese?¿Por qué alguien que solamente deseaba distanciarse de la mafia estaba encargándose de asegurar un futuro para la misma? Y sobre todo eso, ¿por qué lo había elegido a él cuando las opciones abundaban?

—¿Q-Qué has dicho...? —bisbiseó Fuda, como si no diera crédito a lo que había dejado en ascuas a todos los que estaban en ese comedor.

—Que será mi compañero, el futuro líder de mi familia —no había ni pizca de tambaleo en su resolución y eso estaba mosqueando al peli morado—. No hay manera de que puedas competir contra lo que yo le ofrezco.

—Te has ganado una derrota aplastante —decía Kamui sin apartar la mirada del ofuscado y confundido hombre—. En unos años veremos si continúas ladrando del mismo modo.

—En verdad no sabes lo que estás haciendo, Tora —gruñó con creciente cólera—. Vas a lamentar haberlo elegido a él.

—Tú eres el único que está tomando malas decisiones aquí, Fuda —volvió a tomar asiento con una serenidad abrumadora—. Te pediré cortésmente que te retires. Quisiera comer en santa paz —su petición fue respondida con un tremendo golpe a la mesa y la retirada de ese volátil chico.

—¿Ahora que te has autoproclamado como mi dueña sin consultármelo, me explicarás lo que está pasando aquí? —él no era idiota e irremediablemente cuestionaría sobre un comportamiento tan contrastante—. Creo que no soy el único que guarda un preciado secreto, ¿no? —jaló una silla hacia él y le hizo compañía.

—¿Te lo dije no? Los matrimonios dentro de la mafia no suelen ser consensuales y más que eso parecen arreglos que benefician a las dos partes —sus manos sujetaban con delicadeza una servilleta, empezando hacerle dobleces al azar—. Hace meses atrás, antes de que los conociera, se llevó a cabo una reunión entre los miembros importantes del Harusame y se trataron varios temas importantes. Pero uno de ellos fue precisamente los arreglos maritales...—torció sus labios en una mueca de desagrado creciente—. Yoshio y Foda son los sucesores de mayor edad de todos nosotros. Han cumplido los veinte este año y eso significa que pronto podrían convertirse en los jefes actuales de sus familias... Eso tendría que valerme un verdadero comino si no fuera por lo que esos idiotas propusieron —hizo una pauta y miró de reojo a quien le escuchaba atentamente—. Mientras Yoshio sugirió a Haruyo dentro de sus prospectos para futura esposa, Fuda me eligió a mí... Y no precisamente porque le guste, sino porque desea hacerse del poder de mi padre, desaparecer a la Séptima Familia y figurarse como el grupo más fuerte de todo el Harusame.

—De modo que hiciste todo esto para que él se quedara sin opciones y tuviera que resignarse a ser el jefe de su pequeña charca —bueno, ahora comprendía la impulsividad de momento y no podía criticarle por querer encontrar un modo de salir del apuro—. Pero no luce como alguien que desistirá tan fácilmente.