Capitulo2- Jugadoras hostiles

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Fecha: 13/02/18 [Un día después de la alianza]

Marco

Era apenas el segundo día del juego y ya tenía a un aliado, no podía perder el tiempo y tenía que seguir avanzando, para dominar la habilidad del fuego azul al principio pensé que mi habilidad era sólo la del fuego, pero mis llamas siempre eran de color azul y frías, al menos yo estaba más aventajado que Enma, quien apenas podía materializar su poder en sus manos, mientras yo era un experto para materializarlo en pies y manos, sin embargo quería llevar mi habilidad más allá, para eso entrenaría y controlaría mejor mi habilidad.

Decidí entrenar en la azotea del edificio de departamentos donde vivía con mi familia, en la madrugada cerca de las 3 de la mañana porque así podía entrenar sin que nadie se diera cuenta.

Puse toda mi concentración en una mano y ya no en mis piernas, materialicé una bola de fuego azul en mi mano que me costó mucho trabajo y la lancé con todas mis fuerzas a un tinaco que había en la azotea, fue una gran sorpresa cuando la bola de fuego al momento de chocar con el objeto, se levantó una cortina de vapor y tras ésta pude verlo... El tinaco estaba envuelto en hielo. La felicidad me invadió y mi esfuerzo dio frutos, era suficiente por hoy, ya podía descansar luego de haber logrado un ataque que me había agotado tanto como si hubiera corrido por varios minutos.

– Así que tu habilidad de llamas azules congelan...es impresionante – Una voz desconocida se hizo escuchar, era la voz de una chica, la cual había visto mi habilidad y el hecho de que dijera habilidad, significaba que ella era una jugadora.

– Soy Marco – Dije sin lograr ver a la chica.

– Yo soy Leonora y te mostraré mi habilidad – Dijo ella apareciendo de golpe frente a mí, la chica se veía joven; yo diría que era de unos 16 años con un cabello rubio recogido y un rostro angelical además de tener una altura cercana al metro con 60 centímetros, era linda pero su belleza fue solo un distractor para que me atacara.

La distancia de dos metros entre nosotros se convirtió en 4 porque me dio un enorme golpe que hizo retroceder varios pasos, ya estando en el suelo revisé mi celular y por la aplicación, pude ver que había alguien más con nosotros.

Leonora estaba a 4 metros de mí y un nuevo jugador de nombre Lucy estaba a 8 metros detrás de mí.

Lucy

Leonora y yo teníamos mucho de conocernos, fue fácil hacerla mi aliada cuando nos dimos cuenta que ambas éramos jugadoras en este evento, ahora habíamos empezado la cacería de jugadores, pero fue un golpe de suerte encontrarnos con uno ya agotado y sin un aliado cerca.

Él se levantó del suelo y en una posición de boxeo iluminó sus manos y pies en unas llamas azules. Ya habíamos observado su habilidad y descubrimos con facilidad que no era rival para ninguna de nosotras, mi habilidad era la de la teletransportación, por eso logramos llegar a su posición sin que se diera cuenta y la de Leonora es la de pausa de tiempo, el resultado del combate ya había sido decidido aún antes de comenzar.

Marco

Estas chicas eran hostiles, desconocían sus habilidades y ellas ya sabían la mía. Era un dos contra uno que me tenían muy a la defensiva, ya había logrado ver a Lucy, cabello negro sin recoger, altura como 10 centímetros mayor a Leonora y una mirada digna de una villana de película o serie.

– Yo no sería capaz de golpear a unas hermosas chicas como ustedes, pero podría al tratarse de un juego, haré una excepción solo por hoy – Dije mostrándome sonriente ante la situación desfavorable, el cansancio me mataba, el golpe de Leonora no fue fuerte, pero fue extremadamente rápida, Lucy apareció detrás de mí y me dio un golpe con una espada de madera, directo en la espalda.

Sus golpes eran unos tras otros, eran ridículamente rápidas y mi poder de fuego azul no podía hacer nada. Esta vez no le veía escapatoria para salir de ésta. Estaba ya sumamente lastimado, más por los golpes que me daba Lucy con su katana de madera que de los golpes de Leonora. Esta pelea lleva 10 minutos y ya me tenían en las últimas, la lluvia que se hizo presente y eso aumentaba mi desesperación por no poder hacer nada en esta pelea.

– ¿¡Tanto desean ganar!? – Pregunté sin obtener respuesta alguna de las chicas, pero Leonora paró de darme golpes y se posicionó unos metros alejada de mí, mientras sonreía entrelazó sus propios dedos unos con otros y me respondió.

– La verdad es que yo solo deseo encontrar el amor de alguien que pueda amarme por igual, sería fácil tener algo como eso de recompensa por ganar ¿tú qué dices chico, por qué quieres ganar? – Explico y luego cuestiono con una mirada de tristeza, una mirada de alguien que a pesar de su temprana edad se sentía sola, su pregunta era buena, me hizo reflexionar y aceptar que nada me faltaría. Solo esperaba que con el paso del juego, hubiera algo que quisiera con todo mí ser, como mis recuerdos, sí, mis recuerdos de aquel pasado olvidado tal vez sería mi deseo.

Lucy

Mi espada de madera ya lo había lastimado lo suficiente, nosotras no queríamos matarlo, en todo caso lastimarlo o hacer que se rindiera, guardé mi katana en una funda y me teletransporté detrás de Marco.

– Ésta es tu última advertencia, ríndete o te mataremos – Le dije esa mentira solo para intimidarlo, el sujeto tragó saliva y su fuego se apagó de sus manos, el sabía que era lo mejor para él.

Marco

Estaba en las últimas, lo admito. No tenía una buena determinación. No había algo que deseara más que recuerdos. Mi fuego azul desapareció de mi cuerpo por unos instantes. ¿Por qué rendirme si tengo un trato que cumplir?

– ¡Si este es mi final daré lo máximo para caer como un excepcional aliado! – Grité y el fuego azul volvió a mi cuerpo, ahora no sólo estaba en mis manos, sino desde las puntas de mis dedos hasta mis hombros, di un enorme salto al cielo, sabiendo que era casi imposible ganarles en velocidad, tendría que congelar toda la azotea con ellas.

Concentré más de mi fuego en mi mano derecha para poder congelar la azotea del edificio. El solo congelar un tinaco me costó bastante habilidad y esta vez tengo que hacerla al menos 15 veces más potente, el fuego en mis piernas me hacía flotar, sentí el frío de las llamas salir de la palma de mi mano y una enorme cortina de vapor se formó en la azotea cuando lancé la bola de fuego.

Cuando se disipó el vapor, solo vi a Lucy y a Leonora paradas sobre el hielo que se había formado sobre la azotea, mi ataque en el que había dado todo de mí no les hizo nada, ya estaba agotado al máximo, el fuego en mí era apenas unas brasas de frío, mi levitación se había acabado y ahora estaba en el suelo congelado de la azotea.

– Pausa de tiempo y teletransportación, esas son nuestras habilidades, te lo estoy diciendo porque ya es segura tu derrota – Lucy me informaba sin mostrar emoción alguna, ella tenía razón, me iban a derrotar en ese instante.

Perdón Enma, fui un débil aliado, espero no pases por la misma humillación. Vi segura mi derrota, pero algo raro pasaba, pude ver que el hielo del suelo iba subiendo por los pies de ambas, como si de un virus se tratara. Ahora ellas estaban congeladas y unidas al suelo de la azotea, Lucy al notar eso, pudo romper el hielo fácilmente, por lo que supuse que ella era la de la teletransportación y por eso Leonora no podía escapar del hielo con su pausa del tiempo, el hielo parecía no detenerse en su subida.

– Tranquila Leonora, con mi teletransportación puedo liberarte fácilmente – Le decía Lucy a Leonora que no dejaba de forcejear para librarse del hielo, Lucy estaba a punto de hacer contacto con ella para sacarla del hielo, cuando sin aviso algo sonó como si le hubieran dado un golpe en la espalda a la chica que aún seguía congelada al suelo, Leonora se encontraba temblando y con enormes escalofríos, algo la había paralizado, pero no fue gracias a mi hielo, alguien le había lanzado un ataque y yo sabía quién podía ser.

– Oye Marco ¿Cuál es el punto de ser aliados, si vas a pelear solo? – Dijo Enma llegando al lugar con su luz eléctrica que iluminaba toda la azotea.

JUGUEMOS A SER DIOSES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora