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Calum Hood tenía 18 años cuando decidió escapar de casa. 

Había ahorrado por algo más de un año y, para que su madre no se diera cuenta, los frascos de vidrio en los que había depositado aquel dinero estaban escondidos bajo su cama. Cuando llegó el día, sacó los cuatro grandes frascos llenos de billetes y monedas y esparció su contenido en el suelo. Pasaron una o dos horas antes de que terminara de contar y organizar (de la mejor manera que pudo) todo el efectivo. Lo escondió dentro de uno de los cajones de su armario antes de salir de su habitación, no sin antes asegurarse, nuevamente, de que estaba completamente solo en casa. 

Bajó con rapidez a la cocina y, abriendo el cajón en el que sabía que estaban las llaves, sacó la que abría el garaje. Aquel lugar estaba lleno de cajas, muebles viejos, cosas pertenecientes al novio de su madre y la camioneta Volkswagen combi de su padre. Calum sonrió al ver aquel vehículo y, sabiendo que no tenía seguro (ya que había bajado hace más o menos una semana a limpiar el exterior de la camioneta y decidió quitar el seguro de todas las puertas cuando terminó aquella tarea) abrió la puerta corrediza que dejaba ver el compartimiento de atrás y empezó a sacar todas las cajas que estaban dentro: unas con ropa, otras con peliculas, dos o tres con fotos y, la favorita de Calum, una enorme caja de cartón repleta de vinilos, cd compactos y casetes. El moreno sonrió mientras ojeaba cada uno y veía a los diferentes artistas: Led Zeppelin, David Bowie,  The Rolling Stones, Elton Jhon, Queen, Blondie, ABBA, algo de Elvis y Blue Swede, AC/DC, Aerosmith, The Doors y Janis Joplin. 

Su papá amaba a Janis Joplin. Tanto que la camioneta llevaba el nombre de la cantante. 

Cuando sacó cada caja y la ubico en una repisa de manera más alta del garaje, tomó los instrumentos de limpieza que estaban en el armario y comenzó a limpiar el interior de la misma. Contento con el resultado subió corriendo a su habitación, sacó el dinero que había dejado en la mesa junto con la cadena que tenía en medio la llave de Janis y volvió al garaje. Tuvo que recordarse una y otra vez que estaba solo en casa y que su madre volvería hasta dentro de dos días antes de atreverse a entrar al vehículo y encenderlo. Cuando se percató aseguró de que la puerta hidráulica estaba totalmente abierta la camioneta arrancó lentamente y haciendo gran estruendo. Calum bajó del auto sin apagarlo, corriendo a cerrar la puerta exterior del garaje y, cuando hubo terminado, volvió a subirse y condujo hasta el taller automotriz. 

Cuando llegó a casa, guardó el dinero que le había sobrado en su billetera y tomó sus maletas, las puso sobre su cama y las abrió. Comenzó a empacar su ropa, dejando por fuera lo que necesitaría para la próxima semana: Dos pantalones y cinco camisetas. Al terminar guardó las valijas en el armario. En una semana estaría lejos de su casa. 


The Reckless And The Brave (cake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora