Ross la salvacion de Ryan, & ¡En Problemas!

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—¿Qué demonios hace Ryan con su ex? —Entre cierro los ojos y miro la romántica escena que se presenciaba en mis narices, puto sarcasmo. Estoy que me lleva la chingada, quiero gritarle y pegarle al estúpido de Ryan. Recuerdo que hace unas horas me había dicho que me quería y ahora esto. Baia baia. Pero pues qué podía esperar, es hombre.

Como hoy es el día del sarcasmo iré a joderle la cita. Emmy no me detiene, hasta ella quiere golpearlo con todas la de la ley.

Camino a paso apresurado hasta su mesa, poniendo mi mejor sonrisa fingida, y ya no hay marcha atrás. Cuando llego a la mesa, Ryan me mira confundido, con cara de "traga me tierra".

Antes de que hablara o mas bien dicho, gritara algo alterada, el sonido de mi celular interrumpe mis planes y a regañadientes contesto.

—¿Ross? —Me pongo nerviosa al no recordar quien era, el nombre me sonaba pero no quiero meter la pata y que se ponga triste, tan animado que se escucha su voz varonil.

—Claro... ¿Recuerdas que me dijiste que me llamarías? —Niego con la cabeza, aunque sé que no me puede ver —ese lunes en la cafetería del colegio, te veías tan hermosa y perfecta, ese vestido rosa con escote se te miraba de maravilla, fue lo más bello que pude haber visto en toda mi vida —no dudé en sonreír, me sonrojó al oírlo decir cada palabra y, yo que no me acuerdo del color de su cabello.

—Cuando quieras nos podemos ver... Solo que cuando estés libre llámame, soy muy olvidadiza y olvido llamarle a las personas —río nerviosa —bueno, adiós —menciono en despedida.

—Adiós bonita —se escucha en su voz nervios, a lo que me hace sonreír de ternura.

Con la llamada se me ha olvidado el enojo que anteriormente sentía, ahora solo estoy apenada por Ryan y su truco barato de enamorar a varias chicas a la vez, pero no le funcionó conmigo, admito que antes me atraía, pero sólo era por su físico.

Acomodo mi cabello de lado y miro a los dos chicos, Ryan me mira nervioso y se frota las manos, juro que parece que va a sudar por los nervios. La chica, ella está de lo mas confundida, ya que no tiene ni la menor idea de que iba a hacer. Le hecho una mirada fulminante a los dos. Sin querer decir palabra alguna, me voy con la frente mas que en alto. No quería disgustar mas mi día.

Actualmente.

Pero si todo iba mal, ahora era peor. No entiendo cómo rayos terminé detrás de las rejas de una delegación. En un cerrar de ojos. Con la persona más despreciable de éste mundo, nada más y nada menos que August, el chico que rompió mi corazón. Él no me quería o si no hubiera luchado por mí aunque su nueva novia y mi peor enemiga, Bea, se opusiera. Su amor no fue tan grande.

—Perdón —escucho de fondo. No quiero voltear a verlo, así que me limito a gruñir por lo bajo. Estúpido, con un perdón no se arregla nada.

Recuerdo.

Estaba caminando lo más normal del mundo, sola por el gran centro comercial, ya que Emmy me abandonó hiendo se por su lado a unas tiendas de bolsas y ropa, bueno, realmente fui yo la que rechazó la invitación diciéndole que me adelantaría.

De repente escucho una voz muy familiar, claro, al voltear puedo ver que se trata de August, el cual corría desenfrenada mente como una embarazada apunto de parir, y a lo que pude ver, fue que huía de unos guardias de seguridad, y él en vez de pasar de lado y seguir corriendo, me jaló de la mano, y por inercia corrí con él.

Y por eso... No es lo mío Enamorarse ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora