El consejero

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Era mas que obvio decir que todos mis familiares y mis pocos amigos que tenia me verían de forma diferente a la que era antes. Llego el momento de entrar a casa y estar cara a cara con mis parientes (y para mi desgracia... Cena familiar) que no solo eran los que veía habitualmente sino también a familiares que venían de otras provincias e incluso a dos tíos y 5 o 6 primos que vivían en otro países. En definitiva, un infierno para mi; tener que pasar por el pasillo junto con mi padre y que tantas miradas se enfoquen en mi como si de un monstro se tratará. Algunos veían con asombro, otros con pena, hasta  tambien se podía sentir el miedo de la mayoría... Parece que mi madrastra abrió la boca y el rumor se expandió tan rápido como la peste negra en toda Europa, la verdad es que no la culpo a ella por decirlo, reconozco que haría lo mismo si me enterara de semejante cosa.
La pase fatal ese dia, hubiera preferido haber estado en ese psiquiátrico y que me sigan estudiando, a estar sentado bajo un árbol en el patio triste porque nadie se acercaba ni a saludarme solo por sufrir este síndrome. El gusano se movía a través de mi oreja izquierda sacando la cabeza por aquel orificio, y me dijo con su voz calmante -veo que tu familia te quiere mucho- dijo con ironía.
-cállate, tu no sabes nada- respondí con enojo.
-yo no te abandonaré, solo tienes que obedecerme y todo saldrá bien-
Apretando los dientes dije -¡no eres real!, no tengo porque obedecerte-.
Pausadamente respondió -soy mas real que el amor de tu familia hacia a ti-
-vete a la mierda, no me importa que ellos no me quieran. Y tengo en cuenta que para nadie valgo la pena, por eso no estoy mal-
-vos y yo pensamos igual, somos el uno para el otro-
Enfurecido exclamé -¡No eres real!-
-¿Como estas seguro de que es real y que no? Tal vez, ellos son productos de tu imaginación y yo realmente existo-
-solo cállate de una vez- mientras decía esto, muchos de mis primos que estaban jugando en el patio se dieron cuenta de mis gritos y se quedaron anonadados de lo que veían... Claro, seguramente ellos veían a un idiota que le insultaba al viento, lo cual no estaban muy alejado de la realidad.
En el momento me levante y fui a mi habitación, intentando escapar de la realidad pero, por si no fuera poco, mi padre me informo de que los próximos dias tendrían que hacerme estudios sobre el funcionamiento del cerebro y que si esto empeoraba, en unos cuantos meses me medicaría con pastillas y hasta con dosis para dormirme.
Sin mas que decir, me encerré en mi habitación y dialogué con tranquilidad con El gusano. -van a matarnos si esto sigue así-
-¿A que te refieres?-
-te están engañando para usar drogas contigo y matarte-
-¿De que estas hablando?-
-vas a terminar encerrado en un cuarto blanco con un chaleco de fuerza, los demonios vendrán por ti y yo no podre hacer nada-
-pensas que me voy a comer ese verso-
-eres un idiota, ¿Sabes que? Haz lo que quieras, si quieres intenta que te "ayuden" y veras que te mataran, ¿crees que esas dosis te harán bien?-
Me puse a dudar por un momento y me di cuenta de que en gran parte tenia razón El gusano, asi que me limite a preguntarle -¿Que puedo hacer?-
-seré tu consejero, pero deberás hacerme caso en todo lo que te diga, de lo contrario veras como las cosas malas te destruirán lo poco que eres, ¿aceptas mi ayuda?-
Después de dudarlo mucho tiempo y teniendo en cuenta que después de todo esa cosa no existe y que solo es imaginario, me di cuenta que no tenia otra opción así que acepte el acuerdo.
Las sesiones seguidas al psiquiatra los dias siguientes fueron cada vez menos intensivas, había dominado bien el arte de fingir normalidad, después de todo eso era lo que me decía mi amigo el gusano. Durante esos meses mi comportamiento era "normal" mientras que la actividad cerebral iba empeorando cada vez peor, pero los doctores decían que yo aun seguía siendo consciente de las cosas y que podía controlarme por mi mismo... Y asi era, solamente que las intenciones eran diferente a las que ellos pensaban.
Asi que muy a menudo los psiquiatras le decían a mis padres de que tendría que tener cuidado con mi sensibilidad porque eso cambiaria bruscamente mi actitud y mi control, lo cual yo sonreía y en mi mente me reía a carcajadas, jaja entiendo que sufro de esquizofrenia pero puedo controlar mis decisiones.
Uno de los dias cambio mi situación de ocultar quien soy, en esos momentos ya no era novedad saber que sufría de ese síndrome y por lo tanto, todo mi curso lo sabia, y como era de esperar las burlas y los insultos se hacían presente en cada rincón del colegio. Uno de estos chicos era demasiado molesto, se ganaba el respeto imponiendo burlas hacia los demás, típico en todos los colegios. Era alto, grande de cuerpo y lleno de cicatrices de peleas, se llamaba Carlos, no se cansaba de insultar a cada quien con sus defectos, y yo me hartaba de escuchar sus idioteces. Lo peor estaba por venir, trabajo en grupo de a 3 en la materia de biología; quería morir y volver a nacer cuando escuche eso, por suerte iba a pasarla con un buen amigo (Agus) así que eramos yo, Agus y Carlos en el mismo grupo a elección del profesor, para evitar peleas decidí poner casa yo y sin mas preámbulos nos decidimos juntar al dia siguiente solo nosotros tres que yo a demás tenia casa sola, tenia que mantener el orden hasta que llegara mi hermana y mi padre.
Cuando nos juntamos ese dia, podíamos hacer el trabajo aunque tambien hubo mucho rose y frases polémicas para que el me provoque a mi y yo lo provoque a el, pero en términos simples terminamos el trabajo. Cuando terminamos, lo pasaron a buscar a Agus en un auto sus padres y deseaba que llegaran mis padres o mi hermana para evitar ese momento incomodo, porque en definitiva estábamos en mi casa solo yo y Carlos, lo que sucede luego me seguiría sorprendiendo.

Mentalidad retorcidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora