Nunca podría haberlo imaginado. (Yellow Mellow)

Capítulo 10: Sutileza.

|| >> Narra Melo << ||

Tardamos 15 minutos en llegar al edificio del estudio, llamo al timbre y enseguida abre Andy.

- ¡Por fin han llegado las dos señoritas! Anda, pasad. - Dice señalando el reloj.

Adele y yo nos reímos mientras dejamos los pennys al lado de la puerta y entramos. Saludamos a Sam que se encuentra en la sala principal y nos sentamos a componer.

Según mis anteriores planes, terminaríamos la grabación en tres días, pero tengo dos días como mucho, por el tema del viaje a Granada. Se lo tengo que comentar a todos los componentes del grupo, pero prefiero hablar más detenidamente con Adele, así que aprovecho que ella se va al baño, y bajo un poco el tono.

- Oye... - Andrew y Sam me miran dándome a entender que siga la frase. - Me han surgido algunos problemillas y tengo que volver a España el día 14, el día siguiente a pasado mañana, y tengo que arreglar algunos asuntos. ¿Os importaría si intentamos terminar hoy? No me importaría quedarme hasta tarde... Siempre que vosotros queráis, claro.

- No te preocupes, podemos terminarlo hoy siempre y cuando nos demos prisa, claro. - Añade el rubio.

- Por mí no hay problema, ¿se lo has comentado a Adele? - Pregunta Sam.

- Eh, bueno... no os preocupéis por ella, lo tengo todo controlado.

En cuanto Adele vuelve nos dirigimos al estudio, a hacer las pruebas de sonido y calentamientos.

- Estoy un poco... nerviosa. - Me confiesa.

- No te preocupes, seguro que nos sale de puta madre. - Le digo mientras le dedico una sonrisa y ella se ríe.

(...)

Miro mi reloj, son ya las siete y media, hemos terminado de grabar la primera canción del día, nos faltan dos más.

- Vamos a tomar un caféeeee, ¿no? Llevamos mucho tiempo grabando... - La voz de Sam me saca de mis pensamientos, sinceramente no me apetece un café, soy más de tomármelos por la mañana.

- Está bien...  ¿Queréis venir? - Pregunta Andy mirándonos a las dos.

- Yo no tengo hambre, gracias, me quedaré aquí.

 Será el momento perfecto para hablar con Adele.

- Lo mismo digo. - Dice ella.

- Está bien, no tardaremos mucho, que hay que seguir con esto, ¡hasta ahora! - Se despiden de nosotras con la mano, a lo que repetimos el gesto y nos quedamos mirando en el sofá del salón.

- Um... Adele tengo que contarte algunas cosillas...

- Cuéntame, mi amor. - Me responde mientras acaricia mi mano. Notar su piel con la mía me hace sonreir levemente.

- Verás... Tengo que volver a España dentro de cuatro días... Por cosas de trabajo, ya sabes. 

- Iré contigo. - Añade segura de sus palabras.

- ¿Qué? N-no creo que puedas, tengo una reunión y... - Al decir estas palabras me interrumpe.

- Me da igual, haré todo lo posible, Melo. Eres lo mejor que me ha pasado en estos meses, eres quien me motiva para despertarme, te quiero, y no voy a alejarme de ti, aunque me cueste la vida.

Me acerco a ella lentamente, mirándola a los ojos, sus ojos azul verdosos tan preciosos. Nuestras respiraciones se mezclan en los pocos centímetros que nos separan, pero no por mucho tiempo, unimos nuestros labios. Ella posa sus manos en mi corto pelo y yo le agarro por la cintura, haciendo que el espacio entre nuestros cuerpos sea nulo. Adele empieza a morder mi labio inferior, lo que me hace soltar un pequeño gemido. Nos volvemos a besar, esta vez más apasionadamente. Mis besos descienden desde sus labios hasta el cuello, mientras acaricio su espalda, necesito quitarle su camiseta.